"Bienvenidos a la guarida del conejo!"

BarcelonaLa historia deAlicia en el país de las maravillas empezó como un cuento oral que el diácono Charles Dodgson (1832-1898) se inventaba para distraer a las hermanas Alice, Edith y Lorina Liddell mientras "deslizaban pausadamente" Támesis abajo una "tarde dorada" de julio de 1862. Aquella historia que la pequeña Alicia, a los 10 años, pidió a su amigo que se lo escribiera para recordarla, bajo el sobrenombre de Lewis Carroll, se convirtió en 1865 en un fenómeno extraordinario en su época, y desde entonces no se ha dejado de imprimir. Alicia, la Reina de Corazones, el Gato de Cheshire y el Conejo Blanco han pervivido en el imaginario colectivo gracias a traducciones en 170 lenguas (en catalán fue traducida en 1927 por Josep Carner, con ilustraciones de Lola (Anglada), adaptaciones al cine, pinturas, relecturas, espectáculos y manifiestos.

El personaje curioso e indómito de Alicia ha servido de ejemplo para las sufragistas y los activistas contra la Guerra de Vietnam y ha aparecido en viñetas de la Segunda Guerra Mundial y en humor político anti-Brexit. CaixaForum ha reunido toda esta iconografía popular en la exposición Los mundos de Alicia. Soñar con el país de las maravillas, la primera y más amplia muestra dedicada a esta figura, que llega del Victoria and Albert Museum de Londres y podrá verse en Barcelona hasta el 16 de febrero. La comisaria de la muestra, Kate Bailey, dice que el impacto de Alicia "es de un alcance comparable a Shakespeare o, incluso, la Biblia".

"¡Bienvenidos a la guarida del conejo!", exclama Bailey en la entrada de la muestra, donde suena un teléfono y Lewis Carroll invita a entrar en la aldea. La exposición quiere tener un efecto inmersivo, pero no a través de la modernidad de la realidad virtual sino de la magia de la escenografía, obra de Ignacio Cristiano. Aquí están grabados, objetos victorianos, pinturas originales, carteles y vestuarios de verdad. "Las mentes más creativas han tenido a Alicia como fuente de inspiración –dice la comisaria, que cita incluso a científicos del CERN–. Es una obra que tiene vigencia en el siglo XXI, porque hoy puede ser vista como una heroína feminista , una contestataria, una chica decidida que cuestiona su época, con gran curiosidad y espíritu explorador", dice. "Al fin y al cabo, ¿quién no ha oído que el mundo era absurdo? ¿Quién no ha llorado un mar de lágrimas?", plantea Mireia Domingo, directora del CaixaForum Barcelona. ¿Quién no se ha sentido diminuta?

Fruto de la época victoriana

La exposición comienza con el origen del mito literario, y lo contextualiza en la sociedad victoriana en la Universidad de Oxford, marcada por la industrialización y la globalización. Carroll tenía pasión por las matemáticas, la escritura y la fotografía (si bien la muestra se centra en la obra y pasa por alto la parte oscura del autor, estudiada más recientemente: su admiración por las imágenes de niñas y el posible enamoramiento de Alicia). Pueden verse los dibujos originales del autor, "que no era un gran artista", avisa Bailey, y las exquisitas ilustraciones que sí pasaron a la historia, de John Tenniel, con los grabados de los hermanos Dalziel. Que en su tiempo fue un éxito queda demostrado por la existencia de cuadros y protomerchandising en los que aparecen los personajes: llegaron a ilustrar cajas de galletas.

Era cuestión de tiempo que Alicia se convirtiera en un icono pop global. Llega al cine mudo en 1903, cinco años después de la muerte de Carroll. En 1931 Hollywood se apropia de ella y la convierte en una niña rubia de melena larga. Una foto acredita que Alice Hargreaves real (Liddell antes de casada) llegó a viajar a la Meca del cine a los 80 años, poco antes de morir. Por último, la ilustradora de los estudios Disney Mary Blair es quien fija la imagen de Alicia para la película de 1951, después de años de pruebas, incluso con la contribución de unos dibujos de Salvador Dalí. Antes de la película de Tim Burton de 2010, cabe destacar una de las versiones existentes, de Jordi Feliu en 1978, que llevaAlicia en las Españas de las maravillas, es decir, Cataluña bajo la dictadura.

De los surrealistas a la moda

La exposición muestra también la visión de Alicia desde el surrealismo de los años 20, con obras que CaixaForum ha sumado para esta exposición de Dalí, Leonora Carrington y Max Ernst, entre otros. Y también desde la contracultura de los años 60, no en vano el libro habla de la percepción, del sueño, con personajes excéntricos como un gato invisible y un eructo que fuma con pipa. Si en este espacio se puede observar una gran mesa parada con imágenes psicodélicas, la siguiente sala reproduce el jardín de cricket con cartas gigantes, y sirve para recorrer a través de todas las adaptaciones escénicas que se han hecho (con maquetas, carteles, vídeos), hasta llegar a los figurines creados por diseñadoras como Vivienne Westwood y Ágata Ruiz de la Prada. También existen unos trajes que muestran el impacto que ha tenido Alicia en la cultura manga y la moda japonesa.

La fotografía de moda a menudo también ha utilizado el imaginario deAlicia en el país de las maravillas para sesiones de fotos icónicas, como las que se exponen de Tim Walz. A su lado, una fotografía de una manifestación donde una pancarta muestra a los personajes para denunciar la corrupción de Jacob Zuma en Suráfrica. El arte, la música y el documental contemporáneo han actualizado la representación de Alicia (puede ser negra, puede ser de género fluido), pero aún pervive su impacto estético, político, filosófico y simbólico. Por eso es significativo el vídeo que cierra la muestra en CaixaForum: un documental del turco Erkan Özgen sobre un niño sirio de 13 años, Mohammed, que explica como si fuera un cuento lo que es vivir en una zona de guerra, en un mundo incomprensible y sin sentido. El título: Wonderland.