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Desempaquetando un Rubens: el delicado camino de un tesoro hasta Barcelona

'El juicio de París' se instala en CaixaForum y se podrá ver después de nueve meses en restauración

'El juicio de París' de Rubens, desempaquetado en el CaixaForum de Barcelona.
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BarcelonaHay trabajos cargados de responsabilidad pero que también son un privilegio. Alicia Peral, conservadora del Museo del Prado, define así su labor como correo de la institución, es decir, como una de las personas encargadas de acompañar las obras de arte en los traslados y de asegurarse de que llegan a lugar sin ningún cambio. El juicio de París, de Rubens, llegaba al CaixaForum de Barcelona exactamente igual que salió del Prado y que el cuadro se instalaba en el museo con las condiciones necesarias para asegurar su buena conservación. Ha sido un traslado de cinco días de trabajo que ha implicado a dos camiones de grandes dimensiones, los ojos afilados de la conservadora y una puerta del CaixaForum que ha tenido que serrar para que la obra pudiera entrar directamente en la sala donde se exhibirá del 29 de mayo al 21 de septiembre, dentro de la exposición Rubens y los artistas del barroco flamenco.

El juicio de París, una de las obras magnas de Rubens (Siegen, 1577 - Amberes, 1640), llegó a Barcelona el pasado viernes. El cuadro viajó dentro de una caja de madera y protegido con espuma y un plástico policarbonato. El trailer que le transportaba tiene detectores de temperatura y humedad "que se disparan si hay alguna variación", dice Peral. Con la obra de arte iba también un escolta para garantizar su seguridad y dos conductores que se han turnado.

"Uno de los requisitos de los traslados es que las piezas se muevan lo menos posible", explica la coordinadora de la exposición, Anna Penalba. El juicio de París mide dos metros de alto y casi cuatro de ancho. Para cumplir con las condiciones y hacerlo pasar por el camino más rápido hasta la sala de exhibición, los técnicos tuvieron que apretar la puerta del CaixaForum que da a la calle de los Morabos.

El proceso de desempaquetar la obra (los influencers lo llamarían unboxing y lo colgarían en TikTok) es lento y requiere cuidado, paciencia y precisión. Peral ha supervisado cómo un equipo de técnicos deslizaban los pestillos y sacaban la tapa mientras un grupo reducido de periodistas observaban todo el ritual. Con el cuadro descubierto, la conservadora se ha dedicado a seguir cada detalle con una linterna y compararla con una fotografía de la obra en alta resolución para comprobar que ha llegado a Barcelona sana y salva (una tarea que explica muy bien la escritora Marta Orriols en su última novela, Al otro lado del miedo). "Pocas veces nos encontramos sorpresas. Si detectara algo, podría realizar una intervención puntual o valorar otras acciones, en función de la magnitud. Es un trabajo minucioso", detalla Peral. A cambio de esta responsabilidad, tiene la oportunidad de disfrutar de las obras como pocos pueden hacer: desde muy cerca, el rato que necesite y sin la muchedumbre de visitantes del museo.

Detalle de 'El juicio de París', de Rubens, en CaixaForum de Barcelona.

Expuesto por primera vez sin los añadidos de Carlos III

El cuadro de Rubens, pintado hacia 1638, muestra el desencadenante de la Guerra de Troya: las diosas Venus, Juno y Minerva discuten quién de las tres es la más bella mientras que Zeus designa a Paris para que emita un veredicto. La obra es uno de los tesoros del Museo del Prado, del que no se había movido desde hacía más de diez años. La exhibición en Barcelona es aún más especial por mostrar el cuadro restaurado y con algunos cambios. "Al rey Carlos III le molestaba la desnudez de las diosas, y en el siglo XVIII pidió a un pintor de cámara que tapara parcialmente las nalgas y las pelvis con un pañuelo. Ahora hemos podido eliminar estos añadidos y se podrá ver tal y como lo pintó Rubens", señala Peral.

La restauración ha durado nueve meses y también ha consistido en "retirar el barniz sucio y recuperar la profundidad de los negros, porque el cuadro se estaba volviendo amarillo", añade la conservadora. Peral, junto con otros miembros del museo, también se ha encargado de supervisar el traslado de otras 63 piezas del pintor que formarán parte de la exposición del CaixaForum y que refleja el talento de Rubens en el máximo esplendor.

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