Arte

Las mujeres poderosas se citan en CaixaForum: de Afrodita a Marina Abramović

La exposición 'Veneradas y temidas' repasa 5.000 años de poder femenino con un centenar de piezas del Museo Británico

BarcelonaHay que tener mucho cuidado con el poder de las imágenes. La Afrodita de Cnidos, de Praxíteles, fue la primera escultura de esta diosa de tamaños naturales. Y de esa imagen de una mujer desnuda que hace el gesto de cubrirse el pubis, hoy conocida por copias posteriores, se dijo que tenía la capacidad de enloquecer a los hombres. La historia cuenta que un joven logró quedarse encerrado en el templo donde se encontraba la escultura para hacer el amor con ella, y siglos después todavía eran visibles los rastros de su eyaculación en el muslo de la escultura. Y al día siguiente se arrojó por un acantilado. Una de estas copias puede verse hasta el 16 de junio dentro de la nueva exposición del CaixaForum de Barcelona,Veneradas y temidas. El poder femenino en el arte y las creencias, fruto de la alianza de la Fundación La Caixa con el Museu Britànic.

La tesis de la muestra se basa en la imposibilidad de encorsetar las imágenes de las divinidades femeninas desde el neolítico en una sola interpretación. Afrodita fue primero una diosa de la guerra, y más adelante del amor, o "del deseo y del sexo", como dice Mary Beard en el catálogo de la exposición. "En la colección del Museo Británico hay una enorme cantidad de objetos que representan formas femeninas aunque, en su mayoría, no son de mujeres históricas, sino diosas espirituales, algo que nos pareció muy interesante estudiar", afirma Belinda Crerar, responsable de desarrollo de contenido de exposiciones internacionales del Museo Británico y comisaria de la muestra. Así, la exposición repasa unos 5.000 años de historia en seis continentes con 166 piezas, desde ídolos cicládicos hasta catorce obras de arte contemporáneo, de artistas como Ana Mendieta, Marina Abramović y Niki de Saint Phalle, estas últimas seleccionadas por la comisaria Rosa Martínez.

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La exposición también quiere plantear a los espectadores cuestiones del "feminismo global", según Crerar, como el poder femenino, las líneas entre el poder femenino y el masculino y las ideas del bien y del mal. Uno de los ejemplos más elaborados es el de la diosa Kali, representada por una llamativa escultura del artista bengalí Kaushik Ghosh: cuando se convierte en una figura sanguinaria, sólo puede calmarla su marido, el dios Chiva. No se trata de un acto de sumisión de ella, que también es venerada como madre, sino que él es el único que puede igualarla en la danza en la que ambos están representados. Y pese a que lleva un collar hecho con cabezas cortadas y una falda hecha con brazos cortados, su poder acaparador también se interpreta como una "lección de orgullo", dice la comisaria.

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De la maldad a la salvación

El recorrido está organizado en cinco ámbitos, dedicados a Creación y naturaleza, Pasión y deseo, Magia y maldad, Justicia y defensa y Compasión y salvación. Entre otras piezas icónicas se encuentra un relieve de la diosa mesopotámica Ixtar, conocido como el de la Reina de la Noche, aunque la comisaria encuentra que este mote es machista; y una efigie de la diosa egipcia Sekhmet, que tiene la cabeza de leona. Y también están representados otros personajes muy populares como Medusa, Minerva y la Virgen. Para Belinda Crerar, esta última es un personaje complejo porque "la de la Biblia y la de la cultura popular son muy distintas".

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En cuanto a las obras de arte contemporáneo, las fotografías de la artista sudafricana Zanele Muholi profundizan en la cuestión del género, al considerarse una persona no binaria. En el vídeo Cabezas de dragón (2018), Marina Abramović aparece con una serpiente pitón que le se desliza por la cara y el cuerpo como "una dominadora" de las energías asociadas "a los mundos subterráneos y la fertilización de la tierra" y la "versatilidad del mal", como explica Rosa Martínez en el catálogo.

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Cierra el recorrido Leiva, la escultura de tamaños naturales de la hija del artista maltés Austin Camilleri. Se trata del retrato de una adolescente con una mirada desafiante porque cuestiona que deba ser juzgada sólo por el hecho de ser mujer, ya que esta escultura fue expuesta por primera vez en una hornacina del Tribunal de Justicia de Malta donde en el pasado s exhibían vivos a los criminales para que recibieran el oprobio del público.