Cine de cómic más allá de 'Spiderman'
'Playlist ', 'Cryptozoo' y 'La tierra de los hijos' son películas de autores de viñetas o basadas en historietas
BarcelonaNo todo tienen que ser superhéroes. El día después de la llegada a los cines del nuevo Spidermanse estrenan tres propuestas con ADN de cómic, pero sin rastro de héroes enmascarados. Son dos novedades de Filmin, Cryptozoo y Playlist, y un estreno en salas, La tierra de loshijos, tres películas que beben del talento surgido de las viñetas y que exploran caminos más personales, lisèrgics e incómodos que el cine de superhéroes, pero sin renunciar a la fuerza a la fantasía o la ciencia ficción: La tierra de los hijos, por ejemplo, está ambientada en un futuro postapocalíptico, y en Cryptozoo aparecen todo tipo de animales mitológicos como el unicornio, la medusa o el grifo.
La más realista de las tres –y también la más relacionada con el cómic– es Playlist, el debut como cineasta de la dibujante Nine Antico, una de las mejores autoras del cómic francés actual y que en Catalunya ha publicado Girls don't cry (Glenat), El sabor del paraíso (Ponent Mon) y la aplaudida aproximación al nacimiento del fenómeno groupieHotel California (Sapristi). Playlist no adapta ninguna obra de la autora, pero, con una fotografía en blanco y negro y un humor fino y puntiagudo, desprende aquel aire naturalista del cómic autobiográfico indie.
Sophie (Sara Forestier de Los nombres del amor) es una dibujante parisina de 28 años que trabaja de camarera en una brasserie mientras siente que se le escapa el tren del amor y no consigue publicar sus cómics. Las cosas mejoran cuando encuentra trabajo como jefa de prensa de una pequeña editorial de cómics –“aquí los denominamos novelas gráficas”, le advierten–. La ansiedad de enfrentarse a las responsabilidades de la edad adulta, la música de Daniel Johnston y la sensación de fracaso vital son las constantes de esta Frances Ha (más) afrancesada, una tragicomedia llena de sexo, rock y guiños a los cómics como un cameo del dibujante Cyril Pedrosa o la delirante reunión de Sophie con un periodista a quien solo interesan los cómics de Chris Ware, “aquel americano que hace unos dibujos diminutos”.
Transgresiones animadas
Otro autor americano es Dash Shaw, referente del cómic indie más imaginativo y transgresor –Ombligo sin fondo (Apa Apa) y Body world (Apa Apa) serían dos ejemplos– que se estrenó como director en 2016 con Todo mi instituto hundiéndose al mar, una cinta de animación low fi que mezclaba las inquietudes de dos adolescentes marginales y el cine de catástrofes al estilo Hollywood. En Cryptozoo la animación es más sofisticada, pero el director sigue planteando historias extremas y surrealistas, ahora sobre unas activistas que rescatan a criaturas de leyendas para llevarlas a una especie de santuario para animales mitológicos que los exhibe como si fuera un zoológico (“de alguna manera tenemos que ser sostenibles”, se justifica una de ellas con pragmatismo).
En el mundo de Shaw los unicornios son capaces de empalar a humanos con su cuerno, los faunos frecuentan los clubes de estriptis y la medusa intenta pasar por humana, así que lleva lentillas para no transformar a la gente en piedra y droga a las serpientes que le salen de la cabeza para esconderlas bajo un pañuelo. Con una animación artesanal –precaria pero con mucho encanto–, Cryptozoo enfrenta a las activistas a organizaciones militares en una especie de blockbuster imposible, pleno de violencia, sexo, esoterismo y delirios hippys. Realmente no hay mucha gente haciendo películas de animación tan extremas como las de Dash Shaw.
Un mundo sin palabras ni futuro
El tercer estreno en clave de cómic de este viernes es la adaptación al cine de una de las grandes novelas gráficas italianas de los últimos años, La tierra de los hijos de Gipi, que vendría a ser la respuesta del maestro del fumetti en La carretera, de Cormac McCarthy. La historia de Gipi se situaba también en el mundo que han heredado los supervivientes de un apocalipsis, un lugar inhóspito y brutal en el que un padre y sus dos hijos viven en una cabaña sin contacto con otras personas.
El padre escribe un diario compulsivamente, pero no enseña a sus hijos a leer ni les habla del mundo de ayer, como si los quisiera preparar para la realidad cruel que les ha tocado vivir. Pero cuando muere el padre los hijos sienten la necesidad de leer el diario y salen a encontrar a alguien que se lo pueda leer. La película dirigida por Claudio Cupellini transforma a los dos hijos en uno solo (el debutante Leon de la Vallée), que viaja por una tierra moribunda y habitada por hombres más allá de toda redención. La pregunta de fondo, en cualquier caso, es la misma: ¿qué futuro espera a los hijos que heredan los pecados de los padres?