Marcel Barrena i Dani de la Orden: "Quizá el cine en catalán no tenía público porque nos mirábamos demasiado el ombligo"

BarcelonaEl cine en catalán vive un año de resultados excepcionales en taquilla gracias a dos filmes que están superando las previsiones más optimistas: la comedia Casa en llamas y el drama histórico El 47. El ARA ha reunido a sus directores –Dani de la Orden (Barcelona, ​​1989) y Marcel Barrena (Barcelona, ​​1981)– para reflexionar sobre el éxito de sus películas. Una conversación distendida entre dos amigos que comparten referentes, sentido del humor y el amor por el cine con vocación de llegar al gran público.

La enhorabuena: Casa en llamas ya es la película en catalán más taquillera de la historia y El 47el segundo mejor estreno en catalán de este mismo período.

— Dani de la Orden: Remarcamos esto: la segunda.

— Marcel Barrena: Pero yo he sido número 1 de taquilla y él no. Quede claro.

— DO: Tu número 1 es esporádico; el mío se está institucionalizando.

— MB: Pero tú has doblado tu película y nosotros no.

— DO: Da igual. La mía no la ha visto nadie doblada; por tanto, no cuenta. Yo estaba muy en contra del doblaje de Casa en llamas, de hecho, y me llovieron muchas críticas por así decirlo.

— MB: Nosotros hemos conseguido que no se doble la película cuando se pase por Televisión Española; se emitirá con subtítulos.

— DO: ¿Y cómo lo consiguió? ¿Se plantó?

— MB: En Televisión Española fueron ellos mismos que dijeron que no tenía ni pies ni cabeza doblar aquello. Pensé, cojones, muy bien: una comida. Pero con TV3 no fue así y sí que nos plantamos un poco. Es que ver hablando en catalán a un guardia civil o unos extremeños que van a clases de catalán... El catalán se defiende mejor haciendo una película bilingüe sobre aprender el catalán.

De hecho, una de las cosas que tienen en común ambas películas es que, siendo mayoritariamente en catalán, hay presencia del castellano. ¿Qué importante era esto para vosotros?

— MB: Es que es la vida. Yo vivo en Barcelona, ​​y antes vivía en Hospitalet de Llobregat; es mi día a día. Mi cultura es bilingüe: unos abuelos eran de Córdoba y otros catalanes. Negar esto no tiene sentido.

— DO: Yo lo he hecho incluso en películas como Barcelona noche de verano o Barcelona noche de invierno, que eran comedias románticas, porque se ambientaban en Barcelona. Para mí era importante que se viera la Barcelona bilingüe, que no sé si es la real pero es la mía, la que yo vivo todos los días. Hay gente a la que el hecho de que la película no sea íntegramente en catalán le genera rechazo. Bien, están en su derecho de decir que si es en catalán debería ser en catalán al 100%.

— MB: Esa gente que se molesta por los idiomas son gente que, de entrada, no me interesa. Tanto los que se molestan por que alguien hable castellano o porque alguien hable catalán. En el discurso de desprecio hacia el catalán o el castellano a mí no me van a encontrar.

El estreno de Casa en llamas fue buena, pero no tan buena como la deEl 47. Dani, ¿en qué momento te diste cuenta de que la película no sólo funcionaba bien, sino que era un fenómeno?

— DO: A lo largo del verano y gracias a la prensa, que nos ha acompañado mucho, y cada vez que la película hacía cualquier éxito lo celebraba mucho.

¿Y tú, Marcel? ¿Te esperabas un estreno tan bueno?

— MB: Yo sufría mucho por los números del primer fin de semana, que determina el futuro de la película. Nuestra misión era salir fuertes porque sabíamos que si nos manteníamos bien podríamos generar un buen boca a boca, como ha sido. Luego llegaron los prescriptores de la película, como el presidente del gobierno de España, que hizo un tuit recomendándola.

— DO: Hoy he metido bronca a los compañeros de marketing porque no hemos conseguido un tuit del presidente.

— MB: Pero es que tú has hecho una película de pijos, hombre.

— DO: Claro, siendo socialista quedaría mal. Y quizás mañana hace un tuit el Abascal diciendo que le ha gustado la mía.

— MB: A mí me hicieron muchos de estos tuits con Mediterráneo, y no te lo recomiendo, porque de repente verás cómo cae tu media de Filmaffinity, que, por cierto, es un 0,1 más alta que la mía, y no entiendo por qué.

— DO: Algo bonito del éxito de las dos películas es que ambas tienen un target de público relativamente adulto y se alejan algo de los ganchos del cine muy comercial sin ser una lata de películas.

— MB: El cine que nos gusta a Dani ya mí, el que nos ha hecho cinéfilos, es el de Spielberg y Zemeckis. No podemos hacer las películas que hacen ellos, porque con dos millones de euros es imposible, pero la vocación de llegar a la gente y hacer cosas bien hechas y populares está en ambas películas. Podemos acertar más o menos, pero hacemos un cine para la gente. Y el éxito de Casa en llamas va muy bien para recordarle a la gente que, si tenemos la financiación, podemos hacer grandes cosas. El éxito de uno es el éxito de todos.

— DO: Sí, más allá del cachondeo que nos traemos, que es un beef divertidísimo que pienso llevar hasta el extremo, que le vaya bien a uno es que le vaya bien al otro.

— MB: Después vendrán los hateros de siempre que dirán que nadie va a ver el cine en catalán, que no hace falta poner más líneas de financiación si después no va nadie. Pero quizás el cine en catalán no tenía público porque nos mirábamos demasiado el ombligo y hacíamos un cine que, más allá de la lengua, no era comercial. Y es difícil defender algunas cosas si después no tienen repercusión.

En el cine comercial que les gusta las secuelas son habituales. Habrá que Casa en llamas o deEl 47?

— DO: Yo veo una posible fusión, con los personajes de Casa en llamas debiendo ir a vivir a Torre Baró.

El 47 en llamas!

— MB: Lo que deberíamos hacer es yo dirigir la secuela de Casa en llamas y Dani la deEl 47. Y yo también pondría música de Manel, porque Dani siempre me coge todas las ideas que he tenido.

— DO: ¡Pero si tú no has puesto nunca a Manel!

— MB: Lo primero que hice fue un telefilme que monté entero con canciones del primer disco de Manel, pero la productora me dijo que no podía sonar nada en catalán. Así que me quedé con las ganas de ponerle una canción de Manel. Y ahora ellos lo han dejado y me han destrozado la vida.

— DO: Uno de mis sueños sería hacer un documental sobre Manel hablando de qué significa esta canción o la otra, porque no tienen demasiadas entrevistas.

Dani, el otro día bromeaba en X sobre lo azucarado que era el final de Casa en llamas. ¿Perder el miedo a las emociones es una de las claves para llegar al público?

— DO: No necesariamente. El problema es que yo no sé hacerlo de otra manera. Si lo hago así es más por mi falta de habilidades. Aftersun te toca la tecla y se te queda dentro, aunque es muy contenida y neutra; no hay ningún tipo de pornografía emocional. Yo siempre tengo miedo a quedarme en terreno de nadie y por eso apunto un poco demasiado arriba. Ojalá supiera hacerlo de otra manera.

— MB: Quien tiene alergia a las emociones es la crítica. Nosotros no, porque venimos de un cine más emotivo. Y el público tampoco. La emoción es la base para conectar con la gente. El problema es que alguien en la crítica decidió que las cosas emotivas son malas o lacrimógenas. A mí me parece un triunfo que una película me emocione. Y a veces ves unas películas con críticas de cinco estrellas que...

— DO: ¿Tú lees tus críticas?

— MB: Sí, y no sólo las leo, sino que no las olvido. Las buenas sí que las olvido, pero me quedo con la matrícula de las malas; las tengo grabadas a fuego. Con El 47 no tengo ninguna mala. Tú has tenido alguna mala, de Casa en llamas?

— DO: Sí, tengo alguna. Yo tengo una relación algo didáctica con la crítica negativa. En vez de enfadarme pienso: "Bueno, quizás tiene razón". Sí me molestan las que hablan sin saber. "Es así porque después irá a Netflix". Y también me molestan las críticas sin literatura. Una crítica debe ser un texto hermoso y agradable de leer. Si te cargas una película, hazlo con estilo. Hay una crítica a Nube que me destroza y dice que hago comida precalentada pero que conozco bien la fórmula y siempre salgo adelante. Es una crítica muy dura pero tiene personalidad y está bien escrita.

Por cierto, cuando La guerra de las galaxias superó Tiburón como película más taquillera de la historia, Spielberg encargó una felicitación, y la tradición se ha repetido con cada relieve en el número 1. Eso deberíamos instaurarlo en el cine en catalán, ¿no?

— DO: Sí, estaría bien, a mí me gustaría. Hay que recordar que todo esto de los récords no es nuestro objetivo, que nosotros no queríamos superar ni Alcarràs ni Pan negro; son sólo titulares que sirven para transmitir el éxito de la película. Para mí, lo ideal sería que Casa en llamas superara Pan negro y que, aunque me rompa el alma, después El 47 tome el relevo de Casa en llamas.

— MB: Será muy complicado, porque en diciembre se estrenan muchas películas que serán competencia. Además del nuevo Almodóvar deben llegar Soy Nevenka, La virgen roja, Polvo serán, Marco, Los Tortuga…

— DO: Yo sería partidario de que sólo se estrenen mis películas, y quizá alguna de Marcel cada año bisiesto.

Ya falta menos para Goya y Gaudí. ¿Qué importancia le da a todo esto de los récords y premios?

— MB: Hombre, hace ilusión. Las películas son las mismas con récords que sin ella. Pero realizar una película es muy doloroso. Mucho, ¿eh? Y la sensación que tienes cuando de repente la ve mucha gente es muy especial. ¿Hagamos las películas para los premios? No. Pero cuando estamos ahí los queremos, claro que sí.

— DO: A mí en realidad no me han nominado tanto y no conozco la sensación. Con la película de Leo Harlem ya te digo yo que no me nominaron.

— MB: Cada película tiene su momento y su camino. Con esa película hiciste una pasta que no la haces sumando todas las películas nominadas a los Gaudí ese año.

— DO: Yo es que tengo tendencia a restarle importancia a todo. Si vienen las nominaciones a los Goya oa los Gaudí, lo que me motiva es hacerle la vida imposible a Marcel con coñas. Si después va bien, me alegro, pero tampoco mucho. ¿Qué va mal? Tampoco me importa tanto; ya irá mejor la siguiente. Lo que sí me gustaría es que la gala de los Gaudí fuera un buen show y que sirviera para promocionar las películas. En el cine a veces somos muy endogámicos; nos gusta demasiado hablar de nosotros.

— MB: Lo que seguro gustaría al público es que una cámara enfocara la cara de Dani e ir viendo cómo le cambia a medida que van entregando premios y su contador se mantiene a cero.

¿Qué proyectos tiene entre manos?

— MB: Todavía está muy verde, pero estoy escribiendo otro proyecto con Alberto Marini, el coguionista deEl 47.

— DO: Que también estrenarás tres meses después de que yo, ¿no?

— MB: Seguro. A partir de ahora será siempre así.

— DO: Yo estoy con la adaptación del libro El director de David Jiménez, sobre su experiencia como director del diario El Mundo.