Dani de la Orden: “Recibir amor incondicional desde pequeño puede convertirte en un monstruo”

BarcelonaPara su 12ª película –con sólo 35 años–, la comedia dramática Casa en llamas, Dani de la Orden (Barcelona, ​​1989) decidió que quería explicar las dinámicas de “las familias que se quieren mal”, concretamente las del “ambiente de pijolandia”, que conoce porque su propia familia veraneaba en Begur y porque cree que las familias con más recursos se quieren peor que las más pobres. “En una familia con problemas económicos quizás lo más importante para una madre no sería que sus hijos no la quisieran o que se sienta muy sola, sino llevar el pan a casa”, reflexiona.

A Casa en llamas, que se estrena este viernes, la madre de la que habla el director se concreta en Montse, una Emma Vilarasau tan ilusionada por el fin de semana que reunirá a toda la familia en la casa de Cadaqués que edifica a su alrededor un castillo de mentiras condenado a derrumbarse. “Quería hablar de la parte oscura de la maternidad, de qué ocurre cuando lo das todo por la familia y, de un día para otro, te das cuenta de que esto no tiene ninguna recompensa, sólo reproches y olvidos”, dice De la Orden, que entiende las mentiras de la madre como un ejercicio más bien inconsciente. “Emma me preguntó un día: «¿Esta madre cómo es?» Y yo, que no soy de pegar demasiado la chapa a los actores y hacer análisis psicológicos, le dije que creía que era una persona que está profundamente triste pero que ni ella misma lo sabe. Y parece que esto ayudó a Emma a hacer el clic con el personaje”.

Cabe decir que, a pesar del foco en la madre, en Casa en llamas recibe a todo el mundo. De la Orden rodea a Vilarasau de un reparto estelar, empezando por los dos actores de moda del cine catalán, Maria Rodríguez Soto y Enric Auquer (los hijos), Alberto San Juan (el exmarido), Clara Segura (la nueva pareja del exmarido) y Macarena García (la novia del hijo). “Todos quieren mal –dice el director–. El padre lo hace desde el egoísmo de quien cree que ya ha hecho suficiente, la hija desde el rechazo de quien está agotada de todos. Y el hijo es un niño consentido al que se lo han dado todo y siempre lo ha tenido todo fácil. Pero recibir amor incondicional y atención desde pequeño puede convertirte en monstruo; una grieta en este cariño puede hacer que un narcisista absoluto se comporte de forma muy tóxica”.

El personaje de Auquer, adicto compulsivo al enamoramiento, puede leerse incluso como una parodia cruel de la pasión por la comedia romántica que definió los inicios del director de Barcelona noche de verano. “Sí, absolutamente –admite De la Orden–. Es un personaje ridículo. A ver, yo soy ahora mucho menos romántico que antes. Estar locamente enamorado te convierte en una persona estúpida porque no paras de segregar dopamina. Alberto [San Juan] tiene un chiste: «Te quiero normal». Y es la clave, así prefiere mejor. El romanticismo loco maquilla muchos problemas de soledad y de no quererte a ti mismo. De todo esto hablé en mi libro, Darse un tiempo (y otras mentiras), que sólo leyó a mi madre”.

El director más productivo pone el freno

En los últimos años De la Orden no sólo ha reconstruido su relación con el romanticismo y el amor, sino con el trabajo. Sigue siendo el director joven más productivo del cine catalán –12 películas, dos documentales, muchos episodios de series como Élite–, pero explica que en 2021 paró un año entero. "Y el año que viene no ruedo nada", añade. El director ha dejado de sentir "ese miedo" a dejar escapar oportunidades o que los encargos dejen de llegar. “Me estaba despreciando a mí mismo, como si fuera una gran suerte que me ofrecieran películas –dice–. Y bueno, tal vez sea una suerte compartida, porque si me las ofrecen es porque yo también estoy aportando algo, ¿no? En esta industria nadie hace ningún favor, todo el mundo se aprovecha de los demás. Basta de menospreciarme”.

Durante su año sabático, sin embargo, verá la luz un proyecto que ya tiene terminado, la serie A muerte, que protagonizan Verònica Echegui y Joan Amargós, y que de hecho es su primera colaboración con Emma Vilarasau. “Vino un día a rodar y se asustó un poco porque era un despropósito de rodaje, en el buen sentido, porque todos éramos amigos y se trabajaba mucho en familia –recuerda–. Y ella me dijo: «Dani, ¿la peli será así?» Y yo: «No da, tranquila»”. Pese al propósito de no rodar, De la Orden ya prepara un proyecto de serie para TV3: una sitcom. “La televisión era una de las pocas cosas que nos unía y que hacíamos en familia, y tengo un recuerdo increíble de Platos sucios, How I met your mother, Jet lag y, obviamente, Friends. Y queremos recuperar esa intrascendencia maravillosa de las sitcoms, pero con una factura más de cine”.