'Creatura': ¿por qué nos da miedo el deseo de las mujeres?
Elena Martín explora el despertar y la frustración sexual de una mujer a los treinta, quince y cinco años
- Dirección: Elena Martín. Guión: Elena Martín y Clara Roquet
- 112 minutos
- España (2023)
- Con Elena Martín, Claudia Malagelada y Mila Borràs.
“Está bien hablar las cosas… Es muy propio de tu generación”, dice evasivamente y sin demasiada convicción el padre de Mila, la protagonista de Creatura, cuando ésta le pregunta si su proximidad física le incomoda. Es un momento que define a la perfección el reto (que no la provocación) que nos arroja la película de Elena Martín Gimeno, una exploración del despertar y la frustración sexual de una mujer a los treinta, quince y cinco años. Hay cierta afinidad entre este personaje, interpretado por la actriz y directora, y el que encarnó en el cortometraje de Irene Moray Zumo de sandía, una joven que intentaba desbloquear su cuerpo después de una violación.
En este caso, sin embargo, no hay un trauma capital que descodifique el relato, sino una acumulación de experiencias que han erosionado el deseo de la Mila, como si se tratara de una abyección de la que no se debe hablar. Intentar manifestarlo, compartirlo o comprenderlo choca con el rechazo y la vergüenza, primero de su familia y después de su pareja, y esta problematización se filtra en el subconsciente del personaje, manifestándose en forma de sueños inquietantes, y se somatiza en eczemas que le cubren la piel (no cabe duda de que Martín Gimeno conoce las expresiones más físicas del género de terror).
Analítica y reflexiva en su estructura en tres tiempos y extremadamente intuitiva y orgánica a la hora de encontrar verdad en los gestos y frases de los actores y actrices que construyen cada escena, Creatura es una obra porosa y dialogante, narrada desde una experiencia generacional singular, pero en la que todas las miradas pueden encontrar su sitio, ya sea la de las mujeres (de cualquier edad) enajenadas de su sexualidad o la del padre que se da cuenta (con mayor inquietud de la que estaría dispuesto a admitir) que la relación de su hija con su propio cuerpo es ya una realidad.