Cine

De icono generacional a payasa deprimida

'Antes era divertido' explora el trauma y la sororidad a partir del carisma y la fragilidad de la humorista Rachel Sennott

Rachel Senott en 'Antes era divertido'
1 min
  • Dirección y guión: Ally Pankiw
  • 105 minutos
  • Canadá (2023)
  • Con Rachel Sennott, Olga Petsa y Jason Jones

Con sólo tres películas, Shiva baby (2020), Muerte, muerte, muerte (2022) y El club de las luchadoras (2023), la actriz Rachel Sennott se ha convertido en un icono de Gen Z. En parte es gracias a su carismática presencia, pero también a un repertorio interpretativo singular, capaz de transmitir la variabilidad emocional de la generación que ha crecido expuesta en las redes sociales. Pero si la ironía pasada de vueltas y filtros había sido hasta ahora su marca personal, en Antes era divertido, debut como directora de Ally Pankiw, la actriz se quita de encima el disfraz de payasa irreverente para interpretar, precisamente, una payasa triste: Sam, aspirante a humorista de stand-up y niñera que lucha con el trastorno de estrés postraumático.

La protagonista del filme fue una prometedora monologuista en Toronto, pero las secuelas le han dejado marginada de la vida social y deprimida. ¿Qué le pasó para que todo se hundiese de esa manera? Cuando desaparece Brooke, una adolescente a la que Sam cuidó durante dos años, la historia se despliega en dos narrativas, pasado y presente, para descubrir dónde se encuentra la chica perdida y, además, el origen del trauma de Sam. No hace falta tener un doctorado para adivinar que un suceso no existiría sin el otro, pero, a pesar de las obviedades, la cineasta y –sobre todo– Sennott ofrecen una visión muy impactante de la vulnerabilidad y de la empatía.

Trailer de 'Antes era divertida'
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