Cine

La denuncia contra el fascismo de Javier Mariscal y Fernando Trueba

La película de animación 'Dispararon al pianista' rescata la historia del pianista brasileño Tenório Júnior

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Fernando Trueba y Javier Mariscal

BarcelonaEn 2004, mientras rodaba el documental El milagro de Candeal, Fernando Trueba se instaló en Salvador de Bahia y, en su tiempo libre, se dedicó básicamente a escuchar los discos de bossa nova y samba jazz de los años 60 y 70 que se estaban reeditando en Brasil por aquel entonces, después de muchos años fuera de circulación. En uno de aquellos discos, OLP de Os Cobras, Trueba se fijó en el nombre de un pianista que no conocía, Tenório Júnior, al que acompañaban algunos de los mejores músicos de la escena brasileña. Pero cuando intentó averiguar más sobre él descubrió que Tenório Júnior había desaparecido en 1976 en Buenos Aires, en plena represión de la junta militar. Trueba se dio cuenta de que allí había una buena historia que contar y empezó a hablar con músicos brasileños que conocían al pianista, familiares y especialistas en bossa nova. Dos décadas después, esa pequeña investigación personal se ha convertido en una película animada, Dispararon al pianista, que llega este viernes a los cines y reúne de nuevo a Trueba con Javier Mariscal: es decir, al equipo de la premiada Chico & Rita (2011).

"Al principio quería hacer un documental, un libro, o ambas cosas", reconoce Trueba, que grabó todas las entrevistas con una videocámara. "Pero durante el proceso de Chico & Rita me di cuenta de que, si lo hacíamos de ese modo, sería un documental más sobre un desaparecido que emitirían de madrugada por el Canal Historia y que no vería a nadie. Así que me planteé que fuera una película animada, porque la animación nos permitiría ver a Tenório vivo, actuando y con su familia. Y cuando se lo propuse a Mariscal, él se puso como una moto, se entusiasmó”.

Fotograma de 'Dispararon al pianista'

“Claro que me entusiasmé, porque en un documental cada objeto, cada lugar, cada persona tiene un aspecto específico y eso me parecía un reto fantástico, mucho mayor que en Chico & Rita, donde más o menos nos lo inventábamos todo”, apunta el dibujante valenciano, que importó la filosofía que aplica al diseño, donde cada encargo es “un problema a resolver”. En el caso de Dispararon al pianista, la solución era "no hacer la película al estilo Mariscal sino buscar un estilo más realista, otras formas". No era un registro desconocido para él, que ya se había aproximado a él en su libro de ilustraciones sobre La Habana. Pero con Mariscal, el realismo es relativo. “Siempre hago las cabezas, los ojos, las bocas y las manos un tercio mayores que el resto del cuerpo –confiesa–. Si respetas las proporciones de la fotografía, el dibujo sale poco expresivo”.

De director a periodista

La trama de Dispararon al pianista evoca la investigación de Trueba sobre la figura de Tenório Júnior a través de entrevistas a la plana mayor de la música brasileña y, en paralelo, yuxtapone apuntes sobre la influencia musical entre Brasil y Estados Unidos (más bidireccional de lo que podría parecer ) y las maniobras turbias de la CIA para apoyar las dictaduras militares en el sur del continente. La gran licencia del filme, sin embargo, es que en lugar de Trueba, el protagonista es un periodista estadounidense ficticio. "Es que, aunque sea cierto, que un director español se ponga a investigar 35 años después la desaparición de un músico brasileño sonaba poco creíble", señala Trueba, quien para poner la voz al personaje ha fichado a un viejo amigo: Jeff Goldblum, el actor que en 1989 protagonizó la primera incursión internacional de Trueba, El sueño del mono loco. “Pensé en Jeff porque él también es pianista –explica–. Cuando hacíamos El sueño del mono loco, lo único que pidió a producción fue tener un teclado en el camerino. Y cuando ibas a buscarle, siempre estaba tocando temas de Thelonious Monk”.

Fotograma de 'Dispararon al pianista'

En Dispararon al pianista hay otra conexión con el pasado del director: en un momento de la película, el protagonista acude a un club de jazz de Manhattan donde actúa Bebo Valdés, del que Trueba fue amigo y al que relanzó comercialmente gracias al documental Calle 54, la película Chico & Rita y los discos que le publicó en vida con su propio sello. Valdés, fallecido en el 2013, no aparece solo de fondo: interviene en la historia y toca en el piano una canción de Tenório Júnior. ¿Cómo es posible? “La grabación es real –dice Trueba–. Durante la investigación recuperé partituras del Tenório y se las mostré a Bebo, y le parecieron muy buenas. Un día hizo un arreglo y lo grabamos en el estudio. Y años después, escribiendo el guión, de repente recuerdo la grabación de Bebo, que todavía estaba inédita. El día que encontré la forma de integrarla en la película fue un día feliz, porque me ha permitido resucitar a Bebo para el cine”.

Encajar la enorme cantidad de entrevistas que tenía fue para Trueba “un rompecabezas de tres pares de cojones", pero valió la pena para poder contar “una gran historia” que, de algún modo, “ilustra el choque del arte contra el fascismo y la violencia”, un tema presente en anteriores trabajos del director que vuelve a ser muy actual. “Cambia el nivel de violencia que la gente está dispuesta a tolerar, pero la violencia está ahí y sigue matando a mujeres, destruyendo la naturaleza, bombardeando ciudades y prohibiendo conciertos”, dice el director, que espera que el público, sobre todo el joven, descubra “la historia terrible” de aquellos años de Latinoamérica pero también “la belleza de la música brasileña”.

Mariscal, campesino y albañilería

Mariscal, por su parte, necesita tomar distancia del proyecto, que lo ha absorbido tanto que en casa le llamaban directamente "el monotema". Hay cierta frustración cuando recuerda que la pandemia le impidió viajar a Brasil y Buenos Aires para preparar el proyecto y, sobre todo, cuando admite que le hubiera gustado seguir trabajando en la animación “un par de meses más”, pero que no fue posible. “Yo soy muy autocrítico –reconoce–. Fernando ve una escena, dice que está de puta madre y se queda tan ancho, pero yo veo cosas que se me han escapado, un fondo que podría mejorar... Son cosas que quizás no ve a nadie, pero yo sí, como las diferentes paletas de color que utilizo para expresar distintos sentimientos”. Una vez cerrado el proyecto, el dibujante ha sentido la necesidad de hacer limpieza: “He alquilado una casa en Figueres y llevo cuatro meses haciendo de albañil y de payés, tengo unos tomates impresionantes en el huerto y también estoy trabajando en un cómic que irá del big bang al siglo XXI, ya llevo 100 páginas de 300”.

La apuesta: ¿dónde está JA Bayona?

Dispararon al pianista es, por momentos, un quien es quien de la música brasileña: Caetano Veloso, Gilberto Gil, Joao Gilberto, Vinício de Moraes, Mutinho, Paulo Moura... Pero entre músico y músico, también hay una pequeña aparición dibujada de JA Bayona. “Él hizo un cameo en La reina de España y yo aparezco un segundo en Jurassic World –explica Trueba–. En Dispararon al pianista hace un cameo pequeño, pero al que lo encuentre le regalaremos el fotograma de la película firmado por Mariscal y por mí”.

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