Cine

El Festival de San Sebastián hace frente a las polémicas y la huelga de los actores

Los nuevos filmes de Miyazaki, Coixet y el tándem Trueba/Mariscal se verán en la 61 edición del certamen

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Fotograma de 'El chico y la garza', de Hayao Miyazaki

BarcelonaEl Festival de San Sebastián, el más importante de España, encara este viernes una edición marcada por la huelga de actores y guionistas estadounidenses, que ha reducido a mínimos la afluencia de visitantes de Hollywood. Basta con ver los Premios Donostia de esta edición, que recibirán el esquivo Víctor Erice –el primero que se otorga a un cineasta vasco– con motivo de la presentación de su primera película en más de tres décadas, Cerrar los ojos, y también Hayao Miyazaki, el veterano maestro de la animación japonesa, que inaugurará el festival con El chico y la garza, pero no podrá viajar a San Sebastián y, por tanto, recogerá el premio virtualmente. También debía recibir un premio Javier Bardem, que protagoniza el cartel de esta edición, pero las reglas del sindicato de actores le obligaron a posponer su aceptación en el 2024.

Sin embargo, las alfombras rojas no estarán huérfanas de glamour: Jessica Chastain presentará el drama de Michel Franco Reality, Juliette Binoche el festín gastronómico y cinéfilo A fuego lento, Gabriel Byrne y Sandrine Bonnaire el biopic sobre Samuel Beckett Dance first y Mads Mikkelsen el violento drama de época Bastarden. También pasará por San Sebastián el Dominic West de The wire, pero con una agenda relajada: sólo participa en la gala inaugural. Y cuidado con el siempre imprevisible C. Tangana, que estrenará en el festival un documental sobre su última y triunfal gira: Esa ambición desmedida.

La Concha más deseada

Con más o menos invitados, la programación sigue siendo desbordante: más de 230 títulos y una sección oficial de 20 largos y una serie (La mesías, de los Javis) donde las tres producciones españolas que luchan por la Concha de Oro están dirigidas por mujeres: el drama ambientado en la costa gallega O cuerno, de Jaione Camborda, la utopía feminista de animación El sueño de la sultana, de Isabel Herguera, y el debut en la competición oficial de Isabel Coixet, que estrenará en San Sebastián su adaptación de la novela de Sara Mesa Un amor, con Laia Costa liderando una turbia historia de heridas emocionales y pasiones desatadas.

Entre sus rivales hay algunos nombres potentes del panorama cinéfilo: el francés Robin Campillo explora los últimos días del colonialismo francés en L’île rouge, el argentino Martin Rejtman se adentra en la ruptura de una pareja de profesores de yoga en La práctica y el rumano Cristi Puiu (Sierranevada) plantea varias historias que se creen en MMXX. La Kitty Green de The assistant sigue examinando el acoso sexual en The royal hotel y Xavier Legrand (Custodia compartida) vuelve a San Sebastián con un drama sobre el duelo y el legado, Le successeur. La sección oficial acogerá fuera de concurso el documental animado Dispararon al pianista, que reúne a Fernando Trueba y Javier Mariscal trece años después de Chico y Rita para reconstruir la historia del pianista Tenorio Jr., figura de la samba jazz que hicieron desaparecer a los militares argentinos. Y antes de pasar por Sitges y de empezar la carrera de los Oscar, La sociedad de la nieve de JA Bayona se verá en San Sebastián.

ETA entra en juego

El ruido informativo de las semanas previas al festival, sin embargo, se ha centrado en un documental de la sección paralela Made in Spain: No me llamo Ternera, donde Jordi Évole entrevista al exdirigente de ETA Josu Urrutikoetxea. Ni las denuncias en la Fiscalía ni las cartas firmadas por escritores y políticos han logrado detener la proyección de un documental que el director del festival, José Luis Rebordinos, ha defendido con argumentos de peso y demostrando –como ya hizo en 2021 programando Woody Allen o en 2022 premiando a Johnny Depp– que no teme a la polémica. El filme que no pudo escapar de la censura, en cambio, fue Furia española, la incorrecta comedia protagonizada por Cassen que Francesc Betriu rodó en 1975 y que, tras un visionado privado de Franco en El Pardo –se dice que fue el último–, fue masacrada por los censores de la época. La Filmoteca de Catalunya ha recuperado su versión sin censurar en una copia restaurada de la película que se exhibirá por primera vez en San Sebastián en la sección dedicada a los clásicos, que también verá otro momento histórico: el estreno mundial del filme inédito de Raoul Ruiz El realismo socialista.

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