El mensajero , de Ivan Fund, una road movie sobre una niña que habla con las almas de las mascotas a través de Argentina rural, inaugura este jueves L'Alternativa. El CCCB, la Filmoteca y el Zumzeig acogerán hasta el 23 de noviembre las proyecciones de una programación de 32 películas, 152 cortos y cinco piezas de cine expandido. Entre los platos fuertes del festival se encuentra la visita de la actriz Charlotte Rampling para presentar L'ancre , de Jen Debauche, pero también las sesiones especiales dedicadas al cine de Jem Cohen o José Luis Guerín, de quien L'Alternativa estrenará la premiada en San Sebastián Historias del buen valle . Y el cine político de René Vautier y el del documentalista Theo Anthony protagonizarán dos de los focos de las secciones paralelas.
"Harvey Weinstein arruinó mi carrera"
Lizzie Borden, referente del cine feminista, protagoniza una retrospectiva en L'Alternativa
BarcelonaNo es fácil buscar información en Google sobre Lizzie Borden, la directora que revolucionó el cine feminista de los 80 con Born in flames (1983) y Working girls (1986), sobre todo desde que Netflix anunció que la cuarta temporada de Monster estará dedicada a esta famosa asesina con la que la cineasta comparte el nombre desde los 12 años. "Mi nombre real es Linda Borden, pero de pequeña, para hacerme la puñeta, los niños me llamaban Elsie por una vaca que salía en las botellas de leche, o Lizzie, por la asesina del hacha –explica Borden, que atiende al ARA por teléfono desde Los Angeles–. I mola más ser una asesina que una vaca, así que un día les dije a mis padres que me llamasen Lizzie".
El espíritu rebelde de aquella niña nacida en Detroit late fuerte en las películas que luego dirigió, que se proyectarán en la retrospectiva que dedica a Borden el Festival L'Alternativa de Barcelona, que arranca este jueves. El foco empezará el 18 de noviembre en la Filmoteca con una proyección de su primer largo, el documental experimental Regrouping (1976), en una sesión presentada de forma telemática por la directora. "De joven intenté ser pintora y escribí en la revista Artforum, pero en el mundo del arte todo el poder estaba en manos de los hombres –recuerda–. Un día conocí a cuatro mujeres militantes feministas que me parecieron muy interesantes y se me ocurrió hacer un documental con ellas". Regrouping debía tener autoría colectiva, pero el grupo se rompió durante la filmación y Borden terminó el proyecto en solitario. "Durante muchos años la guardé en el cajón, no me sentía bien proyectándola", explica.
Pero la película que puso el nombre de Borden en el mapa fue la rompedora Born in flames, un vibrante collage experimental de espíritu agit-prop que imagina unos Estados Unidos donde, a pesar de haber triunfado una revolución socialista, la desigualdad de género, raza y clase sigue siendo una preocupación de primer orden. Utópica y rica en debates sobre acción política, sorprende por la actualidad de los temas que planteaba hace más de cuatro décadas. "A mí también me sorprende –admite–. Yo pensaba que hoy en día todos estos temas habrían quedado resueltos, pero siguen siendo relevantes en muchos sentidos, sobre todo la cuestión del acceso de las mujeres al trabajo".
Una de las actrices de Born in flames es la también directora Kathryn Bigelow, amiga de Borden que de joven también se movía por el ambiente artístico y underground de Nueva York, aunque su cine tomó un rumbo mucho más comercial y en 2010 se convirtió en la primera mujer que ganaba el Oscar a mejor película por el thriller bélico En tierra hostil. "Fue increíble ver cómo sus películas se iban haciendo más y grandes–dice Borden–. Antes estábamos muy unidas, pero su vida cambió mucho cuando se casó con James Cameron. Sin embargo, cuando el año pasado murió Richard Serra estuvimos dos horas charlando, porque ella también le conocía bien".
Chicas trabajadoras
En la tercera película, Borden puso el foco en el mundo de las trabajadoras sexuales de un burdel de Nueva York. "Mientras trabajaba en Born in flames hice todo tipo de trabajos para sobrevivir –explica–. Un día descubrí que una de mis mejores amigas trabajaba en un burdel. Yo no me veía capaz de hacerlo, pero pensé en trabajar un solo día y dejarlo. Y entonces me di cuenta de que era una idea muy interesante para una película. Así que fui con una grabadora escondida y, cuando la madame no estaba, grabé mucho material".
Working girls es, básicamente, un día en la vida de una trabajadora sexual y sus compañeras de trabajo: la rutina del burdel, las horas muertas, los clientes extraños, la presión de los jefes... Nunca se había retratado la prostitución de esta forma, sin erotismo impostado ni tremendismo, con naturalismo y empatía. Una amiga escultora de Borden creó un decorado exacto del burdel real en el loft de la directora, que fichó a actrices de teatro y una working girl real –así se autodenominaban las trabajadoras sexuales– que además de actuar le asesoró en el guión. "Ensayé mucho con las actrices y las hice ir al burdel a pedir trabajo para documentarse –explica Borden–. De hecho, a una le dieron el trabajo enseguida y me preguntó si debía aceptarlo, ¡y le dije que de ninguna manera!"
Lo más fascinante de Working girls es que, más allá de la cuestión de la prostitución, es una de las películas más incisivas y universales que se han hecho sobre el mundo laboral y las dinámicas de tener un trabajo de mierda. "Absolutamente, es una película sobre el trabajo, sobre cómo lidiar con un trabajo con muchos tiempos muertos y un jefe que te exprime al máximo. El mejor elogio que me han hecho del filme fue de un hombre que no era trabajador sexual y, tras una proyección, se me acercó y me dijo: «Yo tuve un jefe que era como la madame». Los hombres no son el enemigo en la película, sino ella, porque empuja a las trabajadoras más allá de su capacidad".
Working girls es, por cierto, uno de los títulos más citados como precedente de la oscarizada Anora en el tratamiento humano y respetuoso de las trabajadoras sexuales en el cine. "Me gusta mucho Anora y el cine de Sean Baker, pero creo que el tema deAnora es más la clase social que el trabajo sexual –apunta Borden–. También me gustan mucho Tangerine y The Florida project, sobre todo cómo retrata la trabajadora sexual de esta película".
La película maldita
Borden solo dirigió una película después de Working girls, el thriller de 1992 Love crimes, pero no se proyecta en L'Alternativa porque la directora reniega de la película. "No la considero mía. El productor era Harvey Weinstein, y durante el rodaje recibíamos notas todos los días con cambios en el guion original. Además, añadieron a la película escenas que no eran mías, como los flashbacks, que rodó otro director. Quise quitar mi nombre de los créditos, porque no se parecía en nada al guion original, pero Harvey me dijo que arruinaría mi carrera y no me atreví. Con el tiempo me he dado cuenta de que habría tenido que largarme de allí la primera semana, pero era muy inocente".
La ironía es que, aunque Borden accedió a firmar una película que no sentía como suya, igualmente acabó siendo considerada una "directora difícil", una etiqueta detrás de la que estaba la mano de Weinstein. "Emocionalmente, fue muy duro –señala Borden, que después de Love crimas dirigió sobre todo series de televisión–. Harvey Weinstein arruinó mi carrera, pero también la de otras directoras. Cuando estalló Me Too supe de otras directoras a las que había hecho lo mismo. Él nos acosó. Conmigo no hubo nada sexual, pero tirar sillas a la pared también es violencia".
A raíz del Me Too, Sean Young, la protagonista de Love crimes, explicó que Weinstein intentó abusar de ella y que una vez se sacó el pene frente a ella. "No tengo nada malo que decir de Sean, pero había otras actrices, actrices increíbles y potentes, que querían hacer ese papel, pero Harvey Weinstein impuso a Sean –recuerda–. Entonces no entendía por qué, pero más tarde me di cuenta de que se trataba de una compensación". En cualquier caso, Borden espera rodar una película a partir de un guion en el que lleva muchos años trabajando: "Es sobre una mujer que dirige una clínica abortista en el sótano de un cine durante los años 50. Espero rodarla el próximo verano".