Cine

El legado de Pere Portabella resuena en la Muestra de Venecia

El documental 'Constelación Portabella' se estrena en la sección Venice Classics

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Pere Portabella en el documental 'Constelación Portabella'.

Enviado especial a VeneciaDiecisiete años después del estreno mundial, en la Muestra de Venecia, deEl silencio antes de Bach –el penúltimo largometraje de Pedro Portabella–, el certamen italiano ha homenajeado al cineasta figuerense con la presentación del documental Constelación Portabella. Esta producción catalana dirigida por el italiano Claudio Zulian, que se ha programado en la sección Venice Classics, celebra el legado artístico del autor de Vampiro Cuadecuc, sin olvidar la dimensión política de quien fue senador por Girona en la legislatura constituyente española, entre 1977 y 1979. Es posible que Constelación Portabella, con su vocación didáctica, se sitúe en las antípodas del espíritu transgresor del cine de Portabella, pero no cabe duda de que estamos ante un trabajo ejemplar de análisis periodístico. Así, el filme propone un recorrido cronológico por la obra del director de Puente de Varsovia, desde sus inicios como productor –con el polémico triunfo de Viridiana de Luis Buñuel en Cannes como cenit traumático– hasta la dimensión conceptual de sus últimos trabajos. “Para llevar a Bach hasta el siglo XXI, tenía que mezclar su música con los ruidos urbanos del presente”, declara el cineasta en unas imágenes de archivo.

Las imágenes de los filmes de Portabella conviven con intervenciones de él en diferentes medios de comunicación. “Los códigos formales son importantes, los argumentos subsidiarios”, defiende en medio de la película, justo después de que los títulos de crédito recorran la pantalla (una de las pocas guiños a la heterodoxia del cineasta). Mientras, del lado de la política, Zulian selecciona un fragmento del programa Tres señoras y un señor en la que Susanna Griso preguntaba: “¿Usted habría preferido hacer un punto y aparte, una ruptura, en lugar de la Transición?”. La respuesta de Portabella: “Yo era de los que defendíamos la ruptura democrática..., pero una de las cosas buenas que tiene la política es que puede pasar lo impredecible. Se debe ser sensible a la realidad, que suele tener la razón”.

A Constelación Portabella, las imágenes y el testimonio del cineasta están bien acompañados por las voces de un conjunto de expertos que analizan su obra. Jordi Balló destaca el talento de Portabella por “hacer películas sobre el presente para espectadores del futuro”. Marcelo Expósito reivindica la condición de “inventor de formas” del autor deLa cena, el documental de creación estrenado 1974 sobre la condición del preso político. Y, como la guinda elogiosa del pastel, el historiador británico Steven Marsh, autor del valioso libro El cine español contra sí mismo, sitúa a Portabella en el triunvirato canónico del cine español, junto a Luis Buñuel y Pedro Almodóvar.

Rupturista Kitano

En una afortunada coincidencia, el estreno de Constelación Portabella en Venecia ha coincidido con la proyección, fuera de competición, de Broken rage, una genialidad irreverente del japonés Takeshi Kitano. Si las nociones de “ruptura” y “fragmentación” definen, según Zulian, la obra de Portabella, Kitano lleva estos principios a la práctica en una película partida en dos mitades que propone un hilarante ejercicio de reescritura fílmica. En la primera parte, Kitano recupera el nihilismo de su obra temprana encarnando a un asesino a sueldo lacónico y solitario. Pero, en la segunda mitad, el mismo relato noir es devorado por la comedia física, heredera de Buster Keaton, y el humor surrealista que Kitano ha explorado en su carrera televisiva. El resultado es una joya de 62 minutos que luce como una mezcla imposible de los imaginarios de Jean-Pierre Melville y los Monty Python.

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