Cine

“No se puede vivir con una pareja que siempre está mal”

Laura Mañá estrena la comedia antirromántica 'Un novio para mi mujer', con Belén Cuesta, Diego Martín y Hugo Silva

3 min
Laura Maña, actriz, guionista y directora de cine

BarcelonaA pesar de que últimamente no lo parezca, hay directoras catalanas mayores de 40 años que no han pasado por escuelas de cine y sin un compromiso militante con el realismo. Laura Mañá (Barcelona, 1968) no estudió cine (no había escuelas en su época) y sus primeros rodajes fueron como actriz: era una de las milicianas anarquistas de Libertarias o la madre que ya no da el pecho a Biel Duran en La teta y la luna. Pero en 2000 saltó a la dirección con un guion escrito por ella misma (Sexo por compasión). “Tuve mucha suerte de encontrar a un productor valiente, porque yo no había hecho nada ni había estudiado –dice–. Hoy no sé si sería posible, ahora hay mucha gente preparada que quiere dirigir”. Por cierto, Sexo por compasión ganó el Festival de Málaga. Después lo harían cineastas catalanas como Carla Simón, Elena Trapé y Pilar Palomero, pero ella fue la primera.

Veintidós años y un Gaudí después (por el telefilm Frederica Montseny, la dona que parla), Mañá estrena este viernes su séptimo largo, la comedia Un novio para mi mujer, sobre una pareja en crisis: ella está amargada y sin trabajo, y se ha vuelto un poco insoportable; él, indeciso y pusilánime, quiere perderla de vista, pero no se ve con fuerzas de dar el paso. Primero intenta decírselo de espaldas para no tener que mirarla a la cara –spoiler: no funciona– y después contrata a un gigoló en horas bajas especializado en el insólito nicho de mercado de romper parejas ligándose a la mujer para sacarle de encima al marido, que es quien paga el servicio. Cornudo, pero libre.

“Es un plan un poco tonto –reconoce Mañá–, pero les permitirá a los tres reconectar con la persona que eran antes y recuperar la autoestima”. La directora subraya que la película “no es una comedia romántica, sino una comedia vitalista y entrañable que no habla de enamorarse, sino de reenamorarse, que es mucho más complicado”. Los problemas de los personajes, apunta, tienen un elemento generacional. “Todos tenemos una crisis cada 10 años y la de los 30 llega cuando te das cuenta de que has ido avanzando en la vida, pero te has olvidado de tus sueños –dice–. Además, la pandemia ha hecho que tengamos mucha necesidad de no perder el tiempo”. Para las parejas, claro, el reto es sobrevivir a estas crisis. “Es importante tener al lado a alguien que te haga ver que no estás bien. Y no se puede vivir con alguien que siempre está mal. En una pareja tiene que haber al menos una persona que esté bien. Si los dos estáis mal, vete”.

Hugo Silva y Belén Cuesta a 'Un novio para mí mujer'.

Para hacer funcionar los mecanismos de una premisa tan extrema, Mañá cuenta con la ayuda de un terceto de intérpretes entregados a la causa: el marido cobarde y con ideas de bombero es Diego Martín; la mujer tocacojones, Belén Cuesta, y Hugo Silva carga a cuestas el peso de interpretar a este seductor que parece salido del landismo. “Hugo es muy guapo y carismático, pero ya no tiene veinte años, así que hemos jugado mucho a imaginar a un seductor con tripa y un poco anticuado, un hombre que ya no es lo que era”, dice la directora.

Querer a los actores

Mañá se exalta cuando habla de los actores. “Hay directores que los ven como un mal necesario, seres sensibles y caprichosos, pero yo los quiero y los entiendo, aprecio su sensibilidad –dice–. El trabajo con los intérpretes para mí es lo más importante”. La dirección la acercó a los intérpretes, pero paró en seco su carrera como actriz. “Desde que soy directora me han dejado de llamar para hacer de actriz –explica–. Y no soy la única, también les ha pasado a Inés París, Iciar Bollaín... Quizás se creen que me pondré a opinar, pero es a la inversa, me encantaría ponerme en manos de otros”. Echa de menos la actuación, pero ni así se ha regalado un papel en un film suyo. “Dirigir es muy intenso y tienes que estar muy concentrada, no quiero tenerme que ocupar también de mí misma”.

Mañá está escribiendo su próximo guion, el primero que hace en un montón de años. Se llamará No te vayas sin decirme adiós y será “una historia de amor” sobre la decisión de morir de un hombre y la reacción de sus hijos. “Acompañar a tu padre en la muerte no deja de ser un acto de amor”, dice Mañá, que ya habló de la muerte en clave vitalista en Morir en San Hilario. “Tengo ganas de luz, estoy cansada de malas noticias –asegura–. Me han ofrecido trabajos muy oscuros y las he rechazado. Yo reivindico la comedia como género que puede transmitir cualquier idea, pero el drama siempre se valora más. Y por eso solo he ganado el Gaudí con Frederica Montseny, un drama histórico muy serio”.

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