Cine

"Estamos perdiendo los complejos a la hora de realizar películas en euskera o catalán"

Paul Urkijo estrena 'Gaua', una nueva fábula fantástica inspirada en la mitología nocturna del País Vasco

Fotograma de 'Gaua', de Paul Urkijo.
13/11/2025
3 min

BarcelonaEn el contexto del País Vasco, el cine de Paul Urkijo (Vitoria, 1941) es un fenómeno que recuerda al de Carla Simón en Cataluña. Con su debut, Errementario (2016), demostró el potencial del folclore vasco con un notable ejercicio de cine fantástico con una clara simpatía por el diablo; y con Irati (2022) siguió explorando el folclore de su tierra para dar forma a una fantasía medieval que rompió el récord histórico de taquilla del cine en euskera. Porque para Urkijo rodar en euskera no es solo la opción más natural, sino "una declaración de intenciones". "Como amante de mi cultura, intento promover y fortalecer el euskera, que necesita que se consuman cosas en esta lengua y que la gente la hable", asegura.

Gaua, la película que Urkijo estrena este viernes, se inspira en la mitología nocturna del País Vasco: el dios de las tinieblas Gaueko, el demonio Inguma y aquelarres de brujas forman un quebradizo de mitos atravesados ​​por la historia central de Kattalin que, huyendo de un marido que la maltrata que la maltrata río. Sin embargo, para añadirse hay que pagar un precio: contar un cuento de miedo. Gaua, que se estrenó en octubre en el Festival de Sitges, tiene una notable ambición visual, efectos CGI bastante bien resueltos, un presupuesto de 3,5 millones y, por supuesto, está rodada en euskera.

"Las ayudas de los gobiernos autónomos han hecho que se pueda rodar en la lengua propia con naturalidad, en el País Vasco se empezó a hacer en los años 70 –dice el director–. Pero también ocurre que estamos perdiendo los complejos a la hora de hacer películas en euskera o catalán, y empezamos a dar importancia a lo que es nuestro". Urkijo reconoce que le han "tentado" para hacer sus películas en otras lenguas: "Con Errementario ya me decían que por qué no lo hacíamos en castellano o inglés, que tendríamos más dinero y un casting internacional. Pero es que el cuento en el que se basa la película lo leí de pequeño en euskera. Y la lengua es parte intrínseca de la leyenda, sobre todo porque es una historia que se ha transmitido oralmente”.

Yune Nogueiras en 'Gaua'.

Hijo del folclore

Quizás sorprende que el cine de Urkijo se interese siempre por el folclore vasco, pero para él es lo más natural del mundo. "De pequeño íbamos mucho al campo los domingos, y todos esos mitos y cuentos los aprendí allí, en los escenarios donde supuestamente habían sucedido: la cueva donde vivía Mari, los ríos donde estaban las làmias... –explica–. De mayor iba de noche con los colegas, ya todos nos habían explicado las hiedo". En realidad, añade Urkijo, "desde los orígenes del cine la mitología ha inspirado siempre al cine fantástico", que es su otra obsesión.

A Gaua, sin embargo, Urkijo ofrece su propia versión de los mitos, sitúa las historias en el País Vasco rural del siglo XVII y mezcla todas las leyendas nocturnas ("que no dejan de ser cuentos que informan sobre los peligros naturales de la noche", apunta) con personajes reales de la época, incluidos un puñado de curas e inquisidores. "Al final, muchas de las historias sobre el demonio las creó la inquisición como instrumento de represión de ciertos colectivos; y las sectas satánicas, las orgías y toda la iconografía del aquelarre la inventaron directamente los inquisidores", dice Urkijo, que en Gaua hace un ejercicio de resignificación transformando todo ese sustrato represivo en una celebración de la libertad sexual y religiosa. "Quería dignificar a través de la ficción tanto los mitos de la brujería y los aquelarres como las víctimas reales de las persecuciones de la época", explica. "Al fin y al cabo, los mitos están vivos porque se transforman y actualizan".

A través de la historia de Kattalin, pues, Gaua también debe entenderse como una reivindicación de todas las formas de amor y sexualidad disidentes de la norma social perseguidas y castigadas por la iglesia a lo largo de la historia. Hay un momento, de hecho, en el que la protagonista asegura que prefiere besar el culo de una cabra antes que acostarse con un cura. Más adelante se le presentará la oportunidad de hacer realidad sus palabras. "¿Qué hay de malo en un beso negro?", se pregunta Urkijo sobre este anilingus demoníaco. "Es un símbolo del pacto con el diablo, pero también de la libertad sexual que inquisidores y religiones han retratado durante siglos como algo repugnante", añade.

Trailer de 'Gaua'
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