Cine

En prisión por un aborto espontáneo: el caso que cambió la historia de Argentina

El Festival de San Sebastián se emociona con la historia real de 'Belén', de Dolores Fonzi

23/09/2025

Enviado especial a San SebastiánEn el 2014, una mujer joven llegó a un hospital de Tucumán (una provincia conservadora del norte de Argentina) con intenso dolor en el vientre y pérdida de sangre: había sufrido un aborto espontáneo. La policía encontró un feto en uno de los baños del hospital y, sin pruebas ni análisis, la acusaron de homicidio y la encarcelaron. Belén, que se ha presentado este martes en el Festival de San Sebastián, recrea la lucha por liberar a esta mujer, víctima de una sociedad patriarcal y un sistema judicial corrupto que se pusieron de acuerdo para aplicarle un castigo ejemplar.

La elección de Dolores Fonzi como protagonista y directora de la película no es casual: en el 2016, la actriz subió a recoger el premio Sur –el más importante del cine argentino– a la mejor actriz por La patota y mostró un cartel que decía "Libertad para Belén". Fonzi, sin embargo, no interpreta a la víctima sino a Soledad Deza, la abogada que asumió el caso tras una negligente defensa pública. Deza, que se ha presentado por sorpresa en el festival durante la rueda de prensa del filme, logró implicar en el caso a una parte importante de la sociedad argentina, que salió a la calle para exigir la absolución de Belén (nombre falso de la joven). Para muchos, fue uno de los catalizadores del movimiento social que culminó en su aprobación en el 2020 de la primera ley argentina para la interrupción voluntaria del embarazo.

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El cine argentino, en plena crisis por la práctica desaparición de financiación pública de las artes, ha encontrado refugio en las plataformas como Amazon, productora de la película, que ya distribuyó uno de los éxitos argentinos recientes, Argentina, 1985, el filme de Santiago Mitre (también productor de Belén) sobre el juicio a los líderes de la dictadura militar. De hecho, Belén sigue una plantilla muy similar (protagonismo de un abogado carismático, equilibrio entre el humor y el drama) a la deArgentina, 1985, con la que comparte también el sentimiento de rabia ante la injusticia y la voluntad de realizar un ejercicio de memoria pertinente, ya que el actual presidente argentino, Javier Milei, ha dicho que quiere derogar la ley del aborto.

En cualquier caso, Belén es cine político con una gran capacidad para conectar emocionalmente con el público, que en San Sebastián se ha reído, ha llorado y ha ovacionado la película. Cabe decir que Fonzi, que ya había debutado tras las cámaras en Blondi (2023), es una narradora más limitada que Mitre, y su estilo es meramente funcional. Y si Los domingos representaba un cine social incómodo y ambiguo, Belén ejemplifica lo contrario poniendo todas las herramientas dramáticas al servicio de su tesis, que no es otra que denunciar la indefensión de las mujeres en una sociedad que no respeta sus derechos reproductivos. Eso sí, quizás hubiera tenido más sentido que se proyectara fuera de competición, porque lo más importante de este filme no son sus valores cinematográficos.