Netflix inaugura San Sebastián en clave argentina
La plataforma abre el festival por primera vez con la comedia '27 noches', de Daniel Hendler
Enviado especial a San SebastiánPrecedido en el calendario por dos gigantes del circuito de festivales como Toronto y Venecia, el Festival de San Sebastián debe lidiar con todas las armas posibles para ser relevante en el panorama internacional. Por eso, en el 2017, mientras los grandes festivales de clase A pensaban qué hacer con Netflix, San Sebastián abrió sus puertas a la plataforma y ha acabado convirtiéndose en uno de sus aliados estratégicos, sobre todo en lo que se refiere a estrenar las producciones latinoamericanas. Este es el contexto que explica que una simpática y bastante convencional comedia de Netflix como 27 noches, dirigida por el uruguayo Daniel Hendler, haya inaugurado este viernes el certamen vasco, que nunca había ofrecido ese puesto de honor a un filme de una plataforma.
La elección de esta producción argentina también debe leerse en clave de homenaje del festival a una cinematografía que vive un momento muy complicado a raíz de los recortes arbitrarios y brutales de la sierra mecánica de Milei, que ha dejado prácticamente paralizado y sin financiación pública el cine argentino, uno de los más vitales y creativos del continente americano. "Este año no se ha producido ninguna película con apoyo del gobierno argentino -ha señalado la productora de 27 noches, Agustina Campbell–. Las películas argentinas que se programan este año en San Sebastián se financiaron antes de la llegada del gobierno de Milei o son producciones originales de plataformas". El panorama de cara al próximo año es, por tanto, muy preocupante.
Como dice el otro coproductor del filme, Santiago Mitre –también director de'Argentina, 1985–, "que una película argentina abra el festival es una señal de la importancia que tiene el cine argentino para el mundo". Y así es, aunque quizás no gracias a obras como 27 noches, en la que Martha Hoffman, una rica y excéntrica viuda que pasa los días entre fiestas y happenings artísticos, es internada en un psiquiátrico por sus hijas, que creen que derrochará el patrimonio familiar con sus donaciones y vida disoluta. El conflicto se observa a través de la mirada atribulada del perito que debe diagnosticar el estado mental de la mujer, un hombre más bien pusilánime al que interpreta con poca convicción el propio Hendler, un actor de larga trayectoria que, por cierto, tiene otra cinta como director en el festival, Un cabo anda suelto.
Una historia real
27 noches, que se inspira en la historia real de la artista y escritora Natalia Kohen, internada a los 87 años por sus hijas –un juicio posterior demostró que tenía las facultades intactas–, concentra su interés en el juego de contrastes entre la personalidad apocada del perito y el vitalismo extravagante de la viuda (una entrañable Mari sacar más réditos humorísticos. Pese a la previsibilidad de la trama y la falta de sutileza, la fórmula del choque entre caracteres opuestos funciona, pero la película cae en picado cuando los flashbacks recrean el paso de Hoffman por el psiquiátrico, es decir, las 27 noches del título. En cualquier caso, es de agradecer que una película tan elemental en sus planteamientos dramáticos asuma finalmente la complejidad de los cuidados a una persona mayor y frágil: ni encerrarla en un psiquiátrico ni dejarla completamente a su aire suele ser la mejor solución.