"Puedes matar al padre, pero no a la madre, porque matarías una parte de ti misma"
Julia Ducournau inaugura el Festival de Cine de Sitges con 'Alpha', el regreso de la directora después de la Palma de Oro de 'Titane'
Silos"Tengo la sensación de que ha pasado mucho tiempo y que nos hemos hecho todos muy grandes", dice con una sonrisa nostálgica Julia Ducournau (Paris, 1983) rememorando la primera visita que hizo al Festival de Cine de Sitges para presentar su opera prima, Crudo, una de las sensaciones de la edición de 2016. "Tengo grandes recuerdos del festival, me lo pasé genial", añade. Nueve años y una Palma de Oro después (por Titane), Ducournau todavía es aquella joven alta y magnética que, por talante y gustos cinematográficos, se podría confundir con el público del festival, pero ahora inaugura Sitges con Alpha. Ha dejado a los vaqueros y camisetas en el armario y allá donde va le rodea un grupo de fans y cámaras, como corresponde a una de las directoras estrella del nuevo cine europeo.
Su tercer largometraje, un triángulo familiar de amor, culpa y desesperación entre una adolescente de trece años, su madre y el tío drogadicto, cuenta una historia más arraigada a la realidad que las anteriores, pero comparte el interés por las transformaciones de la identidad femenina y las mutaciones de los cuerpos. "Todas mis películas hablan de un protagonista que se emancipa de la sociedad o su familia y que, de algún modo, trata de tomar el control de su propia humanidad", dice la directora.
Aunque el éxito de Titane dirigió todas las miradas hacia su siguiente película, Ducournau asegura que Alpha no es una reacción a las expectativas generadas por la Palma de Oro. De hecho, llevaba tiempo en la cabeza la historia del filme, pero como un proyecto para dirigir cuando fuera mayor. "El vínculo entre madre e hija vertebra la película, y es una relación complicada de abordar –dice–. La figura del padre tampoco es fácil, porque trata de la necesidad de validación externa que sentimos y que a veces se transfiere a la sociedad. No es fácil desprenderte de ella, pero se puede hacer: puedes matar a tu padre, pero no a la madre, pero no a la madre, pero no a la madre. simbiótico de dónde venimos, y es un vínculo que no desaparece nunca, siempre permanece dentro de ti. ¿Y cómo te emancipas de esto?".
Alpha, la chica protagonista, vive con la angustia extrema de haberse contagiado de un virus mortal al hacerse un tatuaje en una fiesta. El virus convierte poco a poco el cuerpo de las víctimas en mármol y los infectados (o posibles infectados) son repudiados por la sociedad de forma que hace inevitable pensar en la epidemia del sida de los años ochenta y noventa, también por el periodo en el que se ambienta. Sin embargo, Ducournau dice que la película no habla tanto del sida como de "la contaminación del miedo". "Si hubiera querido hacer una película sobre el sida habría mostrado la enfermedad tal y como es y no me habría inventado otros síntomas y otro nombre –dice–. Pero sí tiene que ver con mis récords de aquella época sobre cómo el mundo entero se giró en contra de una parte de la población, haciendo que se sientan avergonzado. que se merecían la enfermedad. Era una manera particularmente inhumana de tratar a la gente, que llegó a su cumbre en los años 90".
Conexión con Carla Simón
Aunque no quiere entrar en detalles, Ducournau explica que el sida golpeó a su familia y, por tanto, conoce bien el estigma que cargaron aquellos que la sufrieron. En este sentido, su caso recuerda un poco el de Carla Simón, con quien coincidió en el último Festival de Cannes, donde Alpha compitió con Romería por la Palma de Oro. "No es una coincidencia que las dos películas toquen el mismo tema –dice Ducournau–. Me gusta Carla Simón, me encanta ella y su trabajo. Y no somos sólo nosotros dos, últimamente he visto muchas obras de arte que hablan del sida. Y pienso que tiene que ver con los tiempos tan oscuros que vivimos, que nos hacen recordar esa época. generación, pero ésta es la primera vez en mi vida que siento que el mundo está llegando a un punto final, en el que el futuro está extremadamente comprometido".