Cine

Cuerpos petrificados por el sida en el regreso a Cannes de Julia Ducournau

El festival también acoge el 'Magalhaes' anticolonial de Lav Diaz, con producción de Albert Serra y protagonismo de Gael García Bernal

El equipo de la película Alpha desfila por la alfombra roja del Festival de Cannes, en la 78 edición del certamen.
20/05/2025
3 min

Enviado especial al Festival de CannesDe algunas películas se te graba para siempre una secuencia, un diálogo o una imagen; quizá sólo un gesto. Pero de la película que Julia Ducournau ha presentado en Cannes este lunes será difícil olvidar sus síntomas del virus ficticio que va convirtiendo poco a poco los cuerpos de los enfermos en piedra, el mármol avanzando por la piel y polvo en la respiración. En la directora de Crudo (2016) y Titane (2021) le sigue interesante explorar el body horror y las mutaciones, pero en Alpha lo hace en el contexto de una historia de transformaciones internas protagonizada por una adolescente de trece años que vive sola con su madre y que hace saltar las alarmas cuando un buen día aparece con un tatuaje que se ha hecho en una fiesta con la que sabe qué agujas. "¿Se habrá infectado?", se preguntan la madre, los compañeros de clase y ella misma, víctimas del estado de paranoia y desconfianza que se ha apoderado de la sociedad.

El regreso de un autor a la competición de Cannes después de ganar la Palma de Oro no es cualquier cosa, y más cuando Ducournau fue sólo la segunda mujer en conquistar el galardón en más de 70 años de festival. Y en Alpha queda claro que la directora ha querido dar un paso adelante y ofrecer una historia mucho más arraigada en la realidad, concretamente en la epidemia de sida de los años 80 y 90. Pero el centro de la película es la relación a tres bandas entre la joven protagonista, la madre y el tío adicto a la heroína que un Tahar Rahim magnífico. presente el gusto por el grotesco de Ducournau, pero Alpha es una película menos extrema que Titane y más convencional en la narración a pesar de unas fugas oníricas que recuerdan incluso a Terry Gilliam en su energía maníaca. Por lo general, se echa de menos la dimensión tan contemporánea y radical que tenían las anteriores películas de la directora, aquí bastante menos disruptiva y fascinante.

Trailer de 'Alpha'

Fernão Magalhães revisidad por Lav Diaz

Hace tiempo que Albert Serra defiende la belleza y la complejidad del cine del filipino Lav Diaz, uno de los directores más radicales del siglo XXI, premiado en el Festival de Locarno y la Muestra de Venecia y famoso por la duración de películas sus come A lullaby to the sorrowful mystery (483 minutos) o Melancholia (450 minutos). A su lado, los 156 minutos de la película que Diaz acaba de estrenar en Cannes no son nada: Magallanes, presentada fuera de competición con coproducción catalana de Albert Serra y su productora Montse Triola, revisita en clave anticolonial la figura de Fernão Magalhães, el navegante portugués que lideró la expedición naval que dio la primera vuelta al mundo, aunque él mismo no la completó, ya que murió, precisamente, en las islas.

El equipo de 'Magalhães' en Cannes: Toni Gonzaga, Paul Soriano, Montse Triola, Alberto Serra, Angela Azevedo, Lav Diaz, Gael García Bernal, Amado Arjay Babon, Joaquín Sapinho y Marta Alves.

Tiene todo el sentido de que sea Diaz, cronista habitual de la historia de Filipinas, quien se acerque a la figura de Magalhães, hasta ahora contada desde la perspectiva europea. Con el mexicano Gael García Bernal de protagonista, la película se abre y se cierra con el panorama devastado que dejan dos batallas brutales en Kochi, en la India portuguesa, y en la isla de Cebu, donde muere Magalhães, y sus hazañas son desnudas de épica y enmarcadas en la deriva militarista, expansionista y colonista. Los planes estáticos de composición virtuosa de Diaz dan forma, por tanto, al derecho del pueblo filipino a reescribir un episodio clave de la historia de la humanidad como el verdadero inicio de su lucha por la libertad y contra la opresión occidental.

Tarik Saleh cierra la trilogía de El Cairo

"Pronunciamos palabras de otros y sentimos cosas que no nos pertenecen", responde George, la mayor estrella de cine de Egipto, cuando una amiga actriz se pregunta cómo han acabado colaborando con un régimen autoritario que desprecian. Después deEl Cairo confidencial (2007) y Conspiración en El Cairo (2022), Tarik Saleh cierra la trilogía de El Cairo con el tenso thriller político Eagles of the republic, presentado en competición oficial, donde el cineasta sueco de padre egipcio pone el foco en el mundo del cine para explicar los mecanismos de represión de una sociedad en la que tener una mirada crítica es un lujo que ni siquiera pueden permitirse los más privilegiados como George, que para proteger su vida de lujos y su hijo acepta protagonizar un biopic sobre el actual presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi. Sin embargo, se echa de menos más profundidad en el retrato del cine egipcio y una visión menos arquetípica de la estrella de cine protagonista, interpretada por el siempre carismático actor sueco Fares Fares, habitual del cine de Saleh.

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