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Sebastian Stan, de superhéroe de Marvel en "monstruo desfigurado"

El actor protagoniza la tragicomedia 'A different man' en el Festival de Berlín

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Sebastian Stan en la Berlinale

BarcelonaEn las películas y series del universo Marvel, Sebastian Stan es el Soldado de Invierno, un superhéroe arrepentido de su pasado como asesino del KGB, pero en la perturbadora A different man, producida por el estudio A24 y presentada este viernes en competición en la Berlinale, interpreta (magníficamente) a un personaje mucho más frágil y torturado: Edward es un actor que sufre neurofibromatosis, condición que le desfigura terriblemente la cara. Los únicos papeles que encuentra son en vídeos educativos para enseñar a tratar mejor a los compañeros de trabajo con deformaciones. Recluido en su burbuja de frustración y soledad, ve pasar la vida sin participar, ajeno al amor o la amistad hasta que una droga milagrosa le cura y, de repente, se abren para él las puertas del sexo fácil, el respeto y el éxito profesional.

Aaron Schimberg, el director de esta tragicomedia oscura y excéntrica, ha explicado en Berlín de dónde viene su interés por las desfiguraciones, tema que ya vertebraba su anterior film, Chained for life (2018): "Nací con labio leporino y fisura palatina, que es una especie de agujero en la cara. Me lo fueron corrigiendo con los años, hasta cierto punto. Pero las marcas quedan y toda mi vida me he preguntado hasta qué punto esto me ha definido, tanto de cara a los demás como para mí mismo. O cómo sería haber nacido sin esto y qué pasaría si un día pudiera arreglarlo del todo". A different man reflexiona sobre la idea de normalidad a través de la nueva vida de un Edward confundido y todavía frustrado, que se obsesiona con interpretarse a sí mismo en la obra que prepara una antigua vecina, una dramaturga que se ha inspirado en la relación platónica que tuvieron durante semanas.

Adam Pearson en la Berlinale

Es en este punto que la aparición de Adam Pearson sacude a Edward y la película: Pearson es un actor con neurofibromatosis en la vida real que ya tenía un papel importante en la extraordinaria Under the skin (2013), de Jonathan Glazer, y que en A different man interpreta a Oswald, que un buen día se deja caer por el teatro y se mete a todo el mundo en el bolsillo con su carisma y su simpatía. Edward, desconcertado, ve amenazado su papel en la obra e incluso su nueva identidad: que Oswald sea feliz con una cara tan desfigurada, moviéndose por la vida como un eslogan viviente sobre la belleza interior, hace que se cuestione a sí mismo ya su transformación.

Tocada por el negrísimo sentido del humor de Todd Solondz y el existencialismo crispado de Charlie Kaufman, la película señala la incapacidad de las personas para cambiar lo que somos. En el fondo, Schimberg nos dice que lo mejor que podemos hacer es aceptarnos como somos y aceptarnos lo antes posible. Ya lo expresa un personaje secundario al principio del filme, citando a Lady Gaga, cuando asegura que "toda la infelicidad viene de no aceptar lo que hay". A pesar de decaer en el último tramo, A different man es una propuesta bastante estimulante, una historia sobre la belleza que no teme ser monstruosa cuando es necesario.

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