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¿Un 'Superman' 'woke' y pro-Palestina? El Hombre de Acero más político y comiquero enfada al trumpismo

James Gunn firma una película optimista y pop que reinicia el universo superheroico de Warner

David Corenswet en 'Superman'
10/07/2025
4 min

BarcelonaLa patata más caliente de Hollywood llega a los cines. Rara vez se han puesto tantas expectativas en una película como en el nuevo Superman de James Gunn, reinicio del proyecto superheroico de Warner que ha costado 190 millones y está obligado a recaudar más de 600 para ser rentable. La experiencia de Gunn en el cine superheroico es un grado y el director de Guardianes de la Galaxia confronta la gravedad de Zack Snyder, el anterior arquitecto del universo cinematográfico DC, con una visión más luminosa de Superman que abraza sin miedo al ridículo el imaginario pop de sus cómics de los años 50 y 60 –la llamada Silver Age–, desde los superrobots de la Fortaleza de la Soledad y los monstruos gigantes hasta Krypto, el superperrete robaescenas que protagoniza algunos de los mejores momentos.

El nuevo Superman va por trabajo y nos ahorra la enésima explicación de los orígenes del personaje. Después de ocho películas, un puñado de series y más de un millar de cómics, ¿quién no conoce la historia del niño de un planeta a punto de estallar que envían a la Tierra y es adoptado por unos granjeros? Así, después de veinticinco años de películas sobre superhéroes, Superman es quizás la que mejor traslada al cine la sensación de empezar a leer in media nada una colección y descubrir sobre la marcha a los compañeros de trabajo de Clark Kent, el magnate alopécico que se la tiene jurada o los superhéroes con los que interactúa. Casi cómo llegar a la fiesta en el número 353 de la serie.

Fotograma de la película 'Superman'.

Otro acierto de la película es potenciar la tensión romántica entre Superman y Lois Lane, que están en los primeros meses de una relación sentimental aún por definir. Rachel Brosnahan es una Lois estupenda y aporta la energía screwball de comedia clásica que ya exhibía en The marvelous Mrs. Maisel y David Corenswet es un Superman creíble en la faceta superheroica, pero también vulnerable e incluso inmaduro, quizá demasiado, cuando pierde los papeles durante una discusión con Lois. Eso sí, no hay mucho espacio para el Clark Kent reportero torpe del Daily Planet; en ese aspecto Christopher Reeve es insuperable.

¿Un inmigrante en Estados Unidos de Trump?

Los problemas de la película son más bien los típicos del género. La dificultad para crear escenas de acción carismáticas que no parezcan intercambiables con cualquier otra producción superheroica de los últimos años. El ruido y la furia de los combates no llega al paroxismo de El hombre de acero (2013), pero se acerca. Y hay que decir que el nuevo Superman hace suyo un aspecto clave del filme de Snyder: el foco en la búsqueda de la propia identidad del protagonista, al fin y al cabo un extranjero que busca su sitio en la tierra que lo acoge.

No es una idea original: Superman siempre se ha estudiado como una metáfora de la experiencia migrante; de hecho, fue creado por dos judíos inmigrantes, Jerry Siegel y Joe Schuster. Pero, aun así, unas declaraciones de Gunn recordando que Superman es un inmigrante en la Tierra y la importancia de la bondad en el personaje han bastado para poner en pie de guerra a los seguidores de Trump y medios afines, que, antes de ver la película, han atacado a Gunn por haber ofrecido una "versión woke" del héroe. Ya lo dice Superman en el filme: "Quizás la amabilidad es el nuevo punk", una frase 100% Gunn que el director remata a su estilo cerrando la película con el tema Punkrocker de los Teddybears cantado por Iggy Pop.

Lo curioso es que la polémica resuena en la trama de la película, en la que el Lex Luthor encarnado por un Nicholas Hoult cruel y megalómano orquesta una campaña de desprestigio de Superman que apunta a su origen alienígena. Y otro elemento interesante del film es que confronta la realidad de la geopolítica internacional y las buenas intenciones de Superman cuando el héroe acude al auxilio de un país ficticio de Oriente Medio que es invadido por un país vecino aliado de Estados Unidos y con un ejército infinitamente más poderoso. Básicamente, y eso sí que es punk, Gunn se pregunta qué haría Superman si se encontrase ante un escenario similar al de la guerra de Gaza, una idea valiente y poco habitual en un blockbuster. Y por si hubiera dudas, subraya la analogía haciendo que el malvado que defiende los intereses del país invasor se esconda bajo una armadura que recuerda a la figura del gólem, mito de la tradición hebrea.

Aunque lejos de ser redonda, Superman pone una primera piedra bastante sólida en el nuevo universo superheroico que prepara Gunn y deja buenas sensaciones, tanto en el tono lúdico y desacomplejado de la cinta como en dos de los superhéroes invitados a la fiesta, el Green Lantern berzotas encarnado por Nathan Fillion y el sensacional Mr. Terrific que interpreta Edi Gathegi. Warner se juega mucho en la película, porque cada vez está más cerca el 1 de enero del 2038, el día en el que Superman pasará a ser de dominio público. Y por eso no se están de nada en la producción, hasta el punto de encargar el tejido de la icónica capa de Superman a la histórica firma catalana Gratacós.

Trailer de 'Superman'
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