Diseño

Diseño en vez de armas: así se hizo la revolución en Chile

El Disseny Hub muestra 250 piezas de los diseñadores que quisieron transformar la sociedad chilena

Barcelona"En la exposición no hemos querido hablar del dolor de la dictadura, sino de un momento único en el que hubo la esperanza de cambiar el mundo", asegura Pedro Ignacio Alonso, que junto a Eden Medina y Hugo Palmarola, comisaría Cómo diseñar una revolución: La vía chilena al diseño, que se puede visitar en el Disseny Hub Barcelona hasta el 16 de noviembre. La exposición se inauguró en 2023 en Santiago de Chile durante la conmemoración de los 50 años del golpe de estado de Pinochet y, de momento, solo podrá verse en Barcelona. El único rastro de Pinochet es una imagen en la que los militares queman un póster que se exhibió en la 36 Bienal de Venecia.

Salvador Allende (1908-1973), escogido democráticamente, no tuvo mucho tiempo de hacer realidad el sueño de cambiar Chile. Sólo pudo ser presidente del país durante tres años, desde 1970 hasta 1973, concretamente el 11 de septiembre. Ese día bombardearon el palacio del gobierno chileno, con el presidente y sus colaboradores dentro. También atacaron la casa donde estaba la familia de Allende, y en todo el país persiguieron y detuvieron a los dirigentes de todas las organizaciones cercanas al gobierno democrático. Pinochet instauró la dictadura y destruyó todo el legado de Allende, que murió ese mismo día. Una de las piezas que pueden verse en la muestra son reproducciones de los carteles para combatir el fascismo. Formaban parte de una exposición que Allende debía inaugurar ese día en la Universidad Técnica del Estado, donde le esperaba el compositor y cantante Víctor Jara, que sólo tres días después fue asesinado por los militares chilenos. Los carteles sobrevivieron porque alguien los escondió en un desván.

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Mujeres acogedoras en vez de armas

Los tres comisarios han necesitado casi 25 años para investigar y recuperar todo lo que se hizo desde el diseño. La exposición se inicia con un imponente cartel de una mujer que acoge a un grupo de personas y muestra 250 piezas de diseño industrial y de diseño gráfico. "Normalmente, se asocia la revolución con armas o con el puño en alto, pero éste era un proyecto colectivo que daba mucha importancia al cuidado, era la creación de un hombre y una mujer nuevos, y también de un niño nuevo, por eso hemos escogido esta imagen", destaca Palmarola. La muestra se divide según la problemática que quería resolverse: la democratización de la lectura, la música popular –que también tenía una función pedagógica–, la reducción de la dependencia tecnológica, el fomento de la coexistencia pacífica y la superación de la desnutrición infantil.

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"Mucha de la información la hemos conseguido entrevistando a los diseñadores que participaron y hemos reproducido muchas piezas", señala Alonso. Los comisarios están especialmente orgullosos de la reproducción que han hecho de una cucharilla para la dosificación de leche en polvo destinada a combatir la elevada desnutrición infantil del país. Hay también cunas, mobiliario infantil y juguetes, el Citroën Yagán (un coche que era muy económico y se fabricaba en Chile), y el televisor Antó, también diseñado para que todo el mundo pudiera tener uno en su casa. Con el gobierno de Allende se hizo un plan para que la lectura llegara a todo el mundo. Uno de los primeros pasos fue crear la editorial estatal Quimantú, y se distribuyeron más de 11 millones de ejemplares para una población de 9 millones de personas.

Hay una gran sala futurista, Cybersyn, que parece salida de la película de Stanley Kubrick 2001: una odisea del espacio. Se instaló en el centro de Santiago de Chile, aunque pocas semanas antes del golpe de estado Allende pidió trasladarla al Palacio de la Moneda. Cybersyn desapareció, pero en el Disseny Hub de Barcelona se ha hecho una reproducción. En la real no había botones, pero como se habían proyectado y, por tanto, existen planos, en la exposición los hay. El visitante puede sentarse en una silla, con los botones y un cenicero (eran los años setenta), ir repasando datos de distintas industrias del país que aparecen en las pantallas e imaginar que toma decisiones y gestiona la economía. Cataluña estuvo a punto de tener su propio Cybersyn. Durante el gobierno del tripartito (2003-2010), se quería instalar uno en el Palau de la Generalitat, pero nunca se hizo realidad. Una de las actividades en torno a la exposición será precisamente un debate entre Raúl Espejo, jefe de operaciones de Cybersyn, y Andreu Ulied, encargado del proyecto jamás ejecutado de la Sala de Mapas de la Generalitat.

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"Fue un momento de efervescencia y optimismo. No sé si sería posible en nuestra época con toda la crisis medioambiental. Entonces el futuro era una hoja en blanco, estaba todo abierto. La idea era hacer pocos diseños pero que duraran mucho tiempo. El sistema neoliberal ha impuesto la obsolescencia programada".