La impunidad de los genocidas

La larga y fructífera relación entre un criminal nazi y Pinochet

El escritor y abogado Philippe Sands aporta nuevos datos sobre el proceso judicial del dictador y su relación con Walther Rauff

Philippe Sands en el CCCB
3 min

BarcelonaCuando en 1998 la policía detuvo al dictador chileno Augusto Pinochet en Londres, el abogado experto en derecho internacional y escritor Philippe Sands (Londres, 1960) recibió una llamada. Los abogados de Pinochet le ofrecieron participar en el caso y argumentar a favor de su inmunidad como jefe de Estado. "Mi mujer [limpia de un exiliado republicano] me amenazó con divorciarse si lo hacía, así que no lo acepté", explica sonriendo. Asimismo, siguió todo el juicio. Casi dos décadas después, en el 2015, se topó con el nombre de Walther Rauff. Salía en una carta en la que un dirigente de las SS, Otto Wächter, le recomendaba una ruta para poder huir de la justicia. "En ese momento no reconocí el nombre, pero después recordé que lo había leído en los libros de Bruce Chatwin (En la Patagonia) y Roberto Bolaño (Nocturno de Chile). Con el tiempo averigué que había terminado como gerente de una empresa de conservas de cangrejo en la Patagonia", recuerda Sands.

Le costó varios años establecer la relación entre Pinochet y el criminal nazi Rauff. Como si se tratara de una novela de intriga, fue sumando información furgonetas para gasear en 1941 y 1942, sino que también utilizó frigoríficas para ayudar a desaparecer víctimas entre 1974 y 1975 en Chile. Calle Londres 38. Dos casos de impunidad: Pinochet en Inglaterra y un nazi en la Patagonia (Anagrama; con traducción al catalán de Ariadna Pous), Sands analiza el juicio al dictador chileno y, con la ayuda de testigos, aporta información inédita. "Una de las revelaciones del libro que ha provocado bastante conmoción en Chile ha sido un dossier de diez páginas que se elaboró ​​en ese momento para fabricar la mentira que Pinochet tenía demencia y, por tanto, que no podía ser juzgado en España. No tengo ninguna duda de que este documento se produjo con el conocimiento y el apoyo directo o indirecto del gobierno". Otra cuestión importante que revela el libro es la conexión de los fugitivos nazis con los crímenes perpetrados por las dictaduras latinoamericanas. "Siempre había habido rumores, pero hasta ahora no habíamos tenido pruebas. Aporto cinco testigos que lo demuestran", asegura el abogado y escritor, que está en Barcelona para participar en un diálogo en el CCCB y hablar en la librería La Central de los libros que más le han marcado.

La intervención española

Pinochet fue detenido a instancias del juez español Baltasar Garzón. La petición fue por crímenes de genocidio, torturas y desapariciones forzadas. Fue histórico: por primera vez fue detenido un antiguo jefe de estado en otro país por haber cometido un crimen internacional. "Me pregunto qué legitimidad tenía España, que nunca ha hecho ningún tipo de justicia con relación a lo que sucedió durante la Guerra Civil. Creo que moralmente no tenía", asegura Sands.

El hecho de que en España no se hayan juzgado los crímenes franquistas no es un caso aislado, según Sands. "Reino Unido, por ejemplo, tampoco lo ha hecho ni en relación al colonialismo o la esclavitud ni con Irlanda del Norte. Además, hay muchas formas de hacer justicia o de hacer frente al pasado. Por ejemplo con la literatura". Sands se pregunta si preferiría ganar un juicio o escribir un gran libro. "La justicia no es patrimonio sólo de los tribunales, se puede hacer justicia de muchas formas", defiende. Las víctimas se quedaron con un sabor amargo. Tanto Rauff como Pinochet quedaron impunes en el sentido estricto: no fueron juzgados. Tampoco quedaron del todo libres, según Sands. "Pinochet sufrió arresto domiciliario, no pudo volver a pasear por las calles y acabó destrozado. Rauff, fallecido en 1984, vivió con mucho miedo; todos los días temía ser arrestado", argumenta Sands.

A la presentación del libro en Chile acudió un nieto de Rauff con su hija. "Fue muy importante para mí, porque mi única intención ha sido contar los hechos y dejar que el lector llegara a sus propias conclusiones", asegura Sands.

stats