Obituario

Muere Martin Parr, el fotógrafo del turismo y la vida cotidiana, a los 73 años

Considerado uno de los documentalistas más importantes de los últimos 50 años, presidió la agencia Magnum de 2013 a 2017

BarcelonaEl fotógrafo británico Martin Parr (Epsom, 1952), autor de más de un centenar de fotolibros y miembro de la agencia Magnum, ha fallecido este sábado a los 73 años, según ha anunciado en las redes sociales la fundación que lleva su nombre. Considerado uno de los fotógrafos documentales más importantes de los últimos 50 años, Parr tenía una gran capacidad narrativa para captar con lucidez e ironía la realidad que le rodeaba a través de la cámara. Desde 1994 formaba parte de la agencia Magnum, que presidió de 2013 a 2017.

Cargando
No hay anuncios

Parr tomó las primeras fotografías cuando tenía 9 años con una cámara que le regaló su abuelo, aficionado a ese arte. Con 14 años ya empezó a dar algunos pasos en la fotografía documental y en 1970 entró en la Manchester Polytechnic para formarse. Salió en 1973 y se puso a fotografiar las ciudades textiles de Hebden Bridge y Calderdale, documentando una forma de vida que empezaba a desaparecer.

En esta línea, uno de sus primeros proyectos fotográficos fue Los inconformistas, en la que retrataba la vida cotidiana de los trabajadores de las fábricas textiles, los mineros del carbón, los granjeros de las montañas y los criadores de palomas. El fotógrafo ideó estas imágenes junto a Susie Mitchell, con la que se casaría en 1980, y en el 2014 se expusieron en La Virreina, en Barcelona, ​​con la voluntad de mostrar los inicios de un artista que, entonces, ya tenía una gran trayectoria.

Cargando
No hay anuncios

Precursor de la fotografía en color

Las primeras fotografías de Parr fueron en blanco y negro, hasta que en 1982 decidió empezar a trabajar en color. La decisión era arriesgada: entonces nadie lo hacía, porque se consideraba que la fotografía seria debía ser en blanco y negro. La opción artística resultó acertada cuando a mediados de los años 80 Parr publicó The last resort, una serie de imágenes hechas entre 1982 y 1985 que inmortalizaban a la clase trabajadora en las playas cercanas a New Brighton. Con esa obra, Parr marcó un antes y un después en la fotografía, tanto en términos formales —por publicarlas en color— como también para poner el foco en una realidad que hasta entonces nadie había considerado que valía la pena inmortalizar.

Cargando
No hay anuncios

En los años siguientes, el fotógrafo se fijó en la clase media (The cost of living, 1987-1989), en el turismo de masas (Small world, 1987-1994) y en el consumismo (Common sin, 1995-1999). Éstos son los ejes fundamentales que marcarían toda su obra, atravesada por una mirada profunda ya la vez brillante de la realidad que le rodeaba. "Tenemos una idea mitificada de los destinos turísticos, y cuando llegas es otra cosa. Yo intento retratar esa distancia", decía Parr en una entrevista con elAHORA Baleares en 2019, en el que ponía Barcelona como ejemplo de lugar donde "el turismo ha enloquecido y ha enfadado a los vecinos".

A partir de la década de los 90, el fotógrafo se dedicó a viajar para retratar a turistas por todo el mundo. Santiago de Compostela, la Torre de Pisa, la Acrópolis de Atenas, Shanghai, la esfinge de Guiza, Venecia, la ciudad de los canales de cartón piedra que hay en Las Vegas, el Gran Palacio de Bangkok, Belén y París son algunos de los lugares que captó con su cámara.

Cargando
No hay anuncios

Las fotografías de Parr, saturadas de colores llamativos y sin una brizna de oscuridad, demuestran que entre el turismo y el kitsch hay vínculos indisolubles. Lo hacen, además, desde la agudeza y la ironía, porque Parr se situaba en el extremo opuesto del lenguaje heroico de la fotografía social. El fotógrafo, de hecho, se definía a sí mismo como "populista", entendiendo que el término hace referencia a "lo que puede gustar a la gente, lo popular". Parr no podía estar más lejos de la mirada elitista de la fotografía y siempre que podía defendía su visión. "Mi prioridad es hacer imágenes interesantes. No quiero imágenes aburridas", decía. Aparte de fotógrafo, Parr era un coleccionista empedernido. Durante años se dedicó a recorrer los mercados de viejo de Estados Unidos buscando fotografías de prensa de famosos con anotaciones sobre encuadres y fragmentos descartados que evidenciaban el papel de los editores de diario y manías como, por ejemplo, la de suprimir Yoko Ono de las imágenes donde aparecía John Lennon.

A lo largo de su vida, Parr visitó Barcelona en varias ocasiones, que aprovechó para fotografiarla. En uno de sus viajes a la capital catalana, en 1994, el fotógrafo retrató sus espacios más turísticos —desde la Sagrada Família hasta el Parc Güell, el Camp Nou y la Rambla— en una muestra de que en el 2012 se expuso en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Aquella exposición también incluyó algunos trabajos fotográficos sobre Barcelona y el turismo que Parr realizó expresamente para la muestra. El fotógrafo llegó a la conclusión de que, en la era del iPhone, la fotografía del viaje ha terminado reemplazando la experiencia misma del viaje. La última vez que Parr visitó Barcelona fue justo hace un año, en el marco del festival Fujikina, que tuvo lugar en el Teatre Nacional de Catalunya, donde repasó su trayectoria.