Con esta voluntad de cambiar la forma en que se cuenta la historia, desde la ACPC se impulsa el proyectoLos ojos de la historia. Una mirada inmersiva sobre el patrimoniocatalán una experiencia que propone al visitante acercarse a los monumentos de Cataluña a través de la realidad virtual y de experiencias inmersivas. Sin embargo, Carme Bergés destaca que la gran fortaleza de este proyecto es la oportunidad que ofrece "para actualizar y revisar los relatos", para después poner estas herramientas tecnológicas que permiten aproximar estos contenidos a la ciudadanía de manera más atractiva y accesible. Es el caso, por ejemplo, de la Roca de los Moros del Cogul, donde se reivindica el papel de las mujeres en la prehistoria basándose en toda la investigación científica que existe y que reubica a las mujeres en su momento histórico. Por su parte, en la cartuja de Escaladei se ha apostado por introducir la perspectiva de clase a través de la figura de Joaquín Juncosa, artífice de la decoración de la iglesia. Los próximos monumentos a sumarse al proyecto serán el castillo de Miravet, que descubriremos con los ojos de un niño, o Sant Pere de Rodes, trabajándolo a partir de una mujer que vivió en el yacimiento de la Santa Cruz.
La historia también la hicieron ellas
El ARA y el departamento de Cultura de la Generalitat apuestan por dar a conocer nuestro patrimonio monumental con perspectiva de género
BarcelonaLa historia que conocemos con demasiada frecuencia se basa en la versión que han contado los hombres y, especialmente, los hombres poderosos. Esto significa que, en cierto modo, nos hemos estado perdiendo la mitad de la historia, la que tiene que ver con las mujeres. Con la voluntad de intentar revertir esta realidad, el diario ARA y la Agencia Catalana del Patrimonio Cultural (ACPC) ponemos en marcha este mes de enero una nueva serie de artículos que tienen como objetivo, precisamente, hacer valer la participación de las mujeres en la historia a partir de su vinculación con una treintena de espacios y monumentos emblemáticos del país.
Con esta voluntad, los reportajes se fijarán en una treintena de monumentos de todo el país y, a través de ellos, en personajes femeninos que han sido trascendentales en su evolución y que con demasiada frecuencia han sido invisibilizados. Así, por ejemplo, visitando la colegiata de San Pedro de Àger descubriremos todo el poder que ostentó Arsenda de Àger; vinculada al monasterio de San Juan de las Abadesas, conoceremos la figura de Ingilberga, última abadesa del lugar; pasando por Reus visitaremos la Casa Navàs, donde vivió Josepa Blasco, artífice de este magnífico ejemplo de la obra modernista de Domènech i Montaner; o pasearemos por la Tarraco romana con Fulvia Celera, una dama de la aristocracia local que ocupó el cargo de sacerdotisa flamínica.
En los últimos años ha ido creciendo el número de investigadoras e investigadores que trabajan con perspectiva de género, con una nueva mirada feminista que debe servir para contar la historia de forma completa. En este sentido, Carme Bergés, jefe del Área de Monumentos y Yacimientos de la ACPC, explica que aunque es cierto que se está haciendo muy buen trabajo en materia de investigación, han detectado "que todavía cuesta trasladar toda esta investigación que hace valer el papel fundamental de las mujeres en la historia en la actualización y reconversión de relatos. Es necesario que este esfuerzo tenga una traducción estructural que transforme realmente cómo explicamos y entendemos la historia y que permita reubicar y reivindicar el papel de las mujeres".
Para Bergés, este cambio no debe pasar únicamente por hablar en clave femenina y realizar actuaciones puntuales que pongan en el centro a las mujeres, sino que el objetivo debe ser que formen parte con normalidad del discurso general de monumentos y museos. En este sentido, añade que desde la ACPC se trabaja "por la introducción de una perspectiva de género y de clase": "Es decir, trabajamos desde un feminismo interseccional, no sólo para hacer entrar a las mujeres en la historia sino también todos aquellos colectivos minoritarios y minorizados que nunca han sido protagonistas de la historia".
Así, reclama poder hablar del vencido y no sólo del vencedor, de la microeconomía y no sólo de la macroeconomía, "o de la cotidianidad y no sólo de la gran historia más masculinizada y que se basa a menudo en la épica en lugar de las pequeñas historias que nos ayudan a contarnos como colectividad y que nos permiten conectar de forma más directa y vivencial". En definitiva, reivindicando también nuevos relatos y nuevos patrimonios que permitan que el conjunto de la ciudadanía se sienta interpelada y contribuyan a sacudir concepciones preestablecidas.
Transformar la historia
La jefa del Área de Monumentos y Yacimientos de la ACPC remarca que mirar la historia con perspectiva de género y de clase supone "transformar y remover cómo explicamos los hechos históricos ya partir de qué protagonistas lo hacemos, pero sobre todo pide realizar un cambio en la metodología historiográfica": "Hasta ahora se ha estudiado la historia desde las fuentes oficiales, que refuerzan los discursos dominantes. Por eso es necesario este cambio radical en la forma de estudiar la historia, reivindicando toda una serie de fuentes que hasta hace pocos años han sido menospreciadas", como la correspondencia privada, los libros de cuentas de una casa, álbumes fotográficos o determinados objetos cotidianos que sólo se habían mirado como a objetos artísticos, aislados de su uso y funciones y de aquellas personas que los utilizaron y que, con esta nueva mirada, pueden aportarnos una información significativa.
"Como gestores patrimoniales debemos entender que la introducción de la perspectiva de género debe ser una tarea transversal que debe recorrer todos los ámbitos de trabajo, desde la documentación y estudio de nuestras colecciones patrimoniales, hasta el 'atribución de valor que nos debe permitir decidir, de forma conjunta, políticas de adquisición, de conservación y restauración, de comunicación y difusión", concluye Bergés.