Literatura

Bienvenidos a la primera (y prometedora) 'space opera' de la literatura catalana

Ricard Efa publica los dos primeros volúmenes de 'Stella Signata', protagonizada por una chica con poderes perseguida por una flota espacial

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Detalle de la cubierta del primer volumen de 'Stella firma'

BarcelonaUna imagen enigmática persiguió Ricard Efa (Sabadell, 1976) durante años. "Veía una nave espacial que bajaba del cielo hacia un planeta lleno de campos de cereales. Me preguntaba de dónde salía, quién viajaba y qué buscaba, esa nave", hace memoria. Primero trató de explorar el misterio en formato cómic, género que cultiva desde hace más de tres décadas, con ejemplos como Las Icariades (Paquete, 2001) y Monet. Nomade de la lumière (Le Lombard, 2017 / Norma, 2018), con el que estuvo nominado al premio Eisner. "No lo salí", continúa, desde la casa de Isona, en el Pallars Jussà, donde pasa los veranos con la familia y dedica unas horas cada mañana a su gran obsesión, crear historias, sean dibujadas o escritas. Fue mientras trabajaba en su primera novela, Las máquinas del caos (Nunca Más, 2021), que la nave espacial volvió a hacer acto de presencia en la trastienda creativa del autor. "Cada vez tenía más pistas del universo que rodeaba esa imagen inicial –admite–. Entonces decidí lanzarme".

Esto ocurría poco antes del confinamiento. Mientras parecía que, en la primavera del 2020, el entonces llamado coronavirus acabaría con el mundo, Efa ideaba todo un sistema solar en el que la humanidad ha vivido recluida en los últimos dos mil años. En Stella Signata, una sublevación militar pretende romper la llamada Paz de los Confines, y uno de los daños colaterales de los rebeldes será el intento de borrar del mapa a una joven cadete, Baran Aion, acusada de haber asesinado a una compañera durante un ejercicio táctico. La chica no sólo conseguirá huir, sino que se convertirá en la heroína de una aventura espacial en la que le acompañan una sargento insumisa, Tasse-Tar, y un chico intrépido, Nikölha Weisser, mientras el equilibrio de la sociedad en la que viven comienza a agrietarse. "La aventura empieza a partir de algunos de los personajes, que creen saber algunas cosas pero desconocen otras muchas –dice Efa–. Es una manera de involucrar al lector, que va descubriendo qué ocurre al mismo tiempo que ellos".

El dibujante y escritor Ricard Efa

Una obra pionera

Ningún autor catalán había ambientado hasta ahora una serie de novelas en el espacio exterior

Ha sido la editorial Mai Més quien se ha decidido a publicar la saga. Los dos primeros volúmenes, Los confines y la tiniebla y Desde siempre hasta el infinito, han llegado este verano, y ya han anunciado el tercero para febrero de 2025. "Hará un par de años, cuando ya habíamos publicado Las máquinas del caos, que Ricard se volvió a poner en contacto con nosotros para enviarnos la primera parte de Stella Signata y un larguísimo correo en el que nos explicaba el arco argumental en el que se inscribían, muy potente e interesante –recuerda Sergio Pérez, que junto con Judit Terradellas fundó Mai Més a finales del 2019–. Stella Signata debía superar las 1.800 páginas. Decidimos que dividiríamos la primera novela en dos volúmenes y que publicaríamos el resto en otras cuatro entregas entre 2025 y 2026".

El proyecto de Ricard Efa es uno de los más insólitos de la literatura catalana contemporánea, no sólo por su extensión, sino por la ambición de lo que plantea y por el género en el que se inscribe, hasta ahora tierra incógnita en nuestra tradición literaria. "De adolescente me encantaba jugar a rol, leer a Tolkien y la primera trilogía de La guerra de las galaxias –dice Efa–. Si el interés por el ciberpunk y los géneros postapocalípticos alimentaba Las máquinas del caos, Stella Signata recoge otra fijación mía, la space opera". Entre los referentes del autor en este subgénero, que cuenta historias de aventuras ambientadas en un futuro lejano y en el espacio exterior, hay novelas como la trilogía de la Fundación, de Isaac Asimov –publicada en inglés entre 1951 y 1953–, y El juego de Ender, de Orson Scott Card (1985), pero también series de televisión como Star Trek (puesta en marcha en 1966) y Battlestar Galactica (1978) y el anime Ulysses 31 (creado en 1981). "El espacio exterior, esa gran extensión vacía, siempre me ha intrigado por todo lo que puede pasar. De hecho, siempre que me encuentre una historia con naves y planetas estoy un poco vendido: mi sentido crítico se relaja y me adentro maravillado, como si volviera a ser un niño pequeño", explica Efa.

Sergio Pérez, de Nunca Más, confirma que Stella Signata es la primera space opera escrita en catalán, "con la excepción de algún proyecto del ámbito de la autoedición que no ha llegado a librerías" y destaca, en castellano, la trilogía Los ojos bizcos del sol, obra del valenciano Emilio Bueso (Castellón, 1974), publicada por Gigamesh entre 2017 y 2020. "Ahora mismo, la space opera no funciona tanto como el terror y la fantasía –reconoce Pérez–. En el mercado anglosajón, que es donde la space opera creció y se popularizó, el último gran éxito ha sido la saga The expanse, que empezó a ver la luz en el 2011 [y que firman los canadienses Daniel Abraham y Ty Franck con el seudónimo de James SA Corey]". Aun así, Nunca Más decidió lanzarse a la piscina.

" Una saga de seis libros escrita en catalán de un género como la space opera es un experimento arriesgado, pero a nosotros los experimentos nos gustan", admite Pérez, que en Mai Més ya ha publicado 12 de las más de 40 novelas de Discmon, de Terry Pratchett, y que a través de Duna Llibres –tándem con Raig Verd– está traduciendo al catalán los libros de Dune, de Frank Herbert; la Fundación, de Isaac Asimov, y la trilogía de Cixin Liu que comienza con El problema de los tres cuerpos. Una temeridad inminente es que a partir del otoño Mai Més y Duna publicarán un joven referente de la ciencia ficción, el prolífico Brandon Sanderson. "Nuestra intención es lanzar cuatro libros por año, combinando recuperaciones y novedades –adelanta el editor–. Era una de las ideas que teníamos cuando fundamos Mai Més y esperamos a salir adelante, convencidos de que un gran grupo se nos adelantaría. Al final nos hemos atrevido nosotros, con la esperanza de que, al igual que en el caso de Pratchett, la operación sea rentable".

"Si escribir fantástico en catalán ya es colocarte en un margen, dedicarte a hacer una space opera puede parecerlo aún más –dice Ricard Efa–. Aun así, es un género absolutamente comercial. En cine, muchos de los grandes éxitos de los últimos 40 años son sagas galácticas". El autor de Stella Signata también recurre a la importancia del cómic en Francia para modernizar el género: "Dos referentes fundamentales en este sentido han sido Valerian, agente espaciotemporal, de Christin y Mézières [1967], y El Incal, de Jodorowsky y Moebius [1981-1988]". Tanto Valerian cómo El Incal han inspirado también la última trilogía de cómics de Efa, Noceano, de la que Mai Més publicará la última entrega este otoño.

Fragmento de los 'Archivos de la custodia' que acompañan a la primera edición de la novela

Un futuro que viene de nuestro presente

'Stella Signata' enlaza el mundo actual con el universo dentro de dos mil años

La space opera es un subgénero literario que viene de lejos. Entre los precedentes se encuentran Lumen (Luz), de Camille Flammarion, publicada en 1872, y The struggle for empire (Las penurias del imperio), que Robert William Cole dio a conocer en 1900. No mucho después de que Wilson Tucker bautizara el género en el fanzín Le Zombie en 1941, llegaron los primeros ejemplos canónicos, desde la Fundación, de Asimov, en Starship troopers, de Robert A. Heinlein (1959), y El orfelin de Perdide (El huérfano de Perdido), de Stefan Wul (1958), que inspiraría más adelante Los dueños del tiempo, de René Laloux (1981), con dibujos de Moebius. En la Rusia soviética, el pionero fue Sergei Snégov con Lyudi kak bogi (Hombres como dioses, 1966). Alemania es uno de los casos más singulares: desde 1961, el personaje de Perry Rhodan ha inspirado más de 3.000 novelas de kiosco firmadas por numerosos autores, de las que se han vendido decenas de millones de ejemplares.

Ricard Efa trabaja solo desde su "cueva" de Sabadell. "Hace tanto tiempo que me dedico profesionalmente a dibujar y escribir que he aprendido a aprovechar el tiempo –asegura–. Es importante trabajar todos los días, darte cuenta de que vas avanzando, aunque no sea mucho. Cedo poco a la procrastinación ya la pérdida de tiempo". Efa reconoce que, pese a ser un autor guiado por la constancia, en las fases iniciales de cada proyecto duda si podrá terminarlo. "Cuanto mayor es el universo que me invento, más cómodo me siento por jugar –continúa–. En este caso, Stella Signata era ideal".

Estas semanas de agosto, Ricard Efa ha empezado a escribir el quinto libro del proyecto. "Desde el principio tuve claro que la protagonista sería Baran Aion –dice–. Si pienso en ciencia ficción, lo primero que me viene a la cabeza es una chica con poderes". Baran Aion "rompe con la normalidad y se convierte en una excepción" en un sistema en crisis. "La primera y la segunda parte de Stella Signata están ambientadas en un futuro lejano, ubicado en dos mil años –explica–. A medida que los personajes se cuestionan el lugar donde viven y sus creencias, se va haciendo más importante saber qué ocurrió en nuestro presente para que todo cambiara". La tercera parte del proyecto dará un salto atrás en el tiempo para indagar en " el tráfico" de una realidad que conocemos muy bien –la nuestra– a la exploración del sistema solar que culmina en las peripecias de los personajes de la saga.

Si continúa al ritmo de ahora, Ricard Efa acabará de escribir Stella Signata durante el próximo año. "Debido a inercias de la literatura catalana, pocos autores publican un libro al año, y menos dos –comenta–. La gran pregunta que me hago es «¿Hasta qué punto estarán dispuestos a seguirme, los lectores?» ". Desde que los dos primeros volúmenes han salido, Efa ha recibido bastantes "reacciones entusiastas", pero quedan dos años por delante, cuatro libros por publicar, de los que dos todavía no están escritos. Al igual que ocurre dentro de las novelas, para superar los límites a menudo es necesario, además de constancia y temeridad, un golpe de suerte.

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