Cómic

El cómic y la ilustración levantan la voz contra la inteligencia artificial

El uso comercial y sin regular de imágenes creadas por IA preocupa al sector

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Fotomontaje de Jordi OIivé

BarcelonaHace unos meses, el nombre de Rubén Lucas García se viralizó en X al saberse que este ilustrador sin perfil público en redes sociales había ganado en los últimos años cerca de un centenar de concursos de carteles de fiestas populares. Más que admiración, sus triunfos despertaron entre sus colegas sospechas y acusaciones de haber creado muchos de los carteles con herramientas de inteligencia artificial (IA). Desde entonces, ayuntamientos como los de Teruel, Tudela y Calvià han vetado expresamente el uso de la tecnología en el reglamento de sus concursos, y el debate sobre el uso ético de la IA y sus consecuencias en el mundo laboral no hace más que calentarse en el mundo de las artes visuales. El propio presidente de la Asociación Profesional de Ilustradores de Catalunya (Apic), Xavi Ramiro, reconoce que la IA es una revolución que "ha cogido por sorpresa" al sector. "No pensábamos que nuestro trabajo pudiera mecanizarse, la verdad –dice–. De hecho, somos un colectivo bastante tecnófilo, porque la tecnología nos ha ayudado mucho. Pero ahora empezamos a dividirlo en dos grupos: el que nos ayuda y la que nos hace competencia”.

A raíz de detectar la aparición de carteles generados por IA y de constatar que el uso de la tecnología se ha generalizado en el mundo publicitario, Apic programó una jornada de debates sobre el tema ya finales del 2023 va elaborar un manifiesto que advertía de "la amenaza" de que "un cierto uso de la IA" suponía para el sector de la ilustración profesional. El texto pone el énfasis en la necesidad de regular el uso de la tecnología y, sobre todo, en el "reconocimiento de los derechos de autor" de los dibujantes. Y lo hace porque las IA que producen imágenes lo hacen después de chupar bancos de imágenes que las empresas de software utilizan sin permiso de los propietarios. "Las IA se entrenan con Scraping, un programa que recorre internet y descarga todas las imágenes –señala el dibujante canario David López, muy crítico con la lA generativa–. Por eso, si preguntas a las empresas si entrenan su software con imágenes sin copyright, responden simplemente que con imágenes disponibles en internet".

Contenido o arte?

Un ejemplo que ilustra esto es el conocido caso de Pepe Larraz, dibujante muy cotizado en Marvel que hace un año descubrió en internet unas ilustraciones creadas por una IA entrenada con dibujos suyos. Los resultados eran de inferior calidad, pero el estilo del madrileño era claramente reconocible. Las imágenes no se habían creado con afán comercial, pero la posibilidad de sustituir a un artista de éxito por una máquina ya está sobre la mesa. "Pero el arte es un diálogo entre seres humanos –recuerda López–. Una imagen generada por IA es contenido, no arte. Las IA no pueden generar nada nuevo, solo regurgitar. Y eso es el fin del arte". ¿Pero qué ocurre cuando es el artista quien utiliza la IA para completar su trabajo? David Hernando, director editorial de Planeta Cómic, asegura que no prevén en ningún caso publicar un cómic generado por IA. "Para nosotros los autores son lo más importante, queremos hacer cómic con ellos", dice, pero matiza que no se van a oponer "si la tecnología evoluciona y son los autores quienes deciden utilizar la IA como un recurso más".

De momento, ya hay autores que están utilizando la IA con una intención más reflexiva y experimental que productiva. El dibujante británico Dave McKean, por ejemplo, publicó el año pasado un ensayo visual con IA (Pronto. Conversaciones with AI) para estudiar a fondo la tecnología. El dibujante y artista conceptual Ilan Manouach creó con un ingeniero el proyecto The Neural Yorker, que publicaba en X una especie de "chistes sintéticos" más bien grotescos generados por IA que anunciaban la llegada de una "nueva sensibilidad estética" en el lector. Y el escritor Jordi Carrión, guionista de cómics tan notables como Los vagabundos de la chatarra o El museo, creó el año pasado el experimento literario Los campos electromagnéticos (Caja Negra) en colaboración con los ingenieros y artistas de Taller Estampa y GPT-2 y GPT-3. "No tiene ningún sentido oponerse a una nueva tecnología, que avanzará al margen de tu voluntad o tu negación –dice Carrión–. Sí es lícito, obviamente, no utilizar la IA o intentar por todos los medios que no sea entrenada con tu obra. Pero mi experiencia es que se trata de herramientas muy interesantes y con mucho potencial, que pueden impulsar la creatividad humana hacia nuevos territorios”.

La primera ley integral sobre IA del mundo

¿Se impondrá la IA generativa tanto si gusta a los artistas como si no? El ilustrador Luis Demano, miembro de la Asociación de Profesionales de la Ilustración Valenciana (APIV) y muy activo contra el uso de la tecnología en las artes visuales, ha formado parte de varios grupos de trabajo sobre IA en ámbito valenciano, español, europeo e internacional. De hecho, la plataforma europea de la que forma parte, EGAIR, ha actuado como lobi de los ilustradores en Bruselas para influir en la redacción de la ley IA, que el Parlamento Europeo aprobó en marzo. Se trata de la primera ley integral de IA del mundo y se empezará a aplicar a los países miembros de la UE a partir de 2025 y, sobre todo, de 2026. "Lo más importante de la ley es que hace referencia a los derechos de autoría, y esto es gracias al trabajo de EGAIR – explica Pido–. También es positivo que la ley pida a las IA transparencia en cuanto a los materiales con los que han sido entrenadas; no será un detalle obra por obra, pero sí algún tipo de resumen”.

Para Pido, la ley IA "no es perfecta, pero sí un primer paso". El principal problema del texto, señala, es que "deja un poco a la libre interpretación los casos en los que un modelo IA puede entrenarse con las imágenes que quiera", y que la ley "responsabiliza al autor de la protección de su obra contra su uso para entrenar una IA". Entre las funciones de los grupos de trabajo de Demano, por cierto, estaba la de reunirse con partidos políticos para transmitirles las preocupaciones y tratar de sumarles a su causa. "Los más receptivos a nuestras peticiones han sido Sumar, PSOE y Bildu, y el más indiferente el PP", explica Demano.

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