'Todos los cuentos' de Andersen, en catalán: sin azúcar ni amputaciones
Adesiara publica los 160 relatos traducidos del danés y con las ilustraciones originales


BarcelonaHay libros que marcan un antes y un después en la historia de la literatura. Todos los cuentos, de Hans Christian Andersen (Odense, 1805-Rolighed, 1875), es uno de ellos. Hace una década, la editorial Adesiara —capitaneada por Jordi Raventós— emprendió la aventura de traducir íntegramente del danés al catalán todos los relatos del escritor, publicados mensualmente entre 1835 y 1872. La empresa era monumental: trasladar a nuestra lengua 160 cuentos Pedersen y Lorenz Frølich. Los traductores Henrik Brockdorff y Miquel-Àngel Sánchez y Fèrriz asumieron su reto y, a lo largo de ocho años, se han enfrentado a la labor compleja pero a la vez gratificante de llevar al catalán las historias originales de cuentos como El patito feo, La sirenita, La princesa y el guisante y El soldadito de plomo.
"Es un escritor que a todo el mundo le suena pero que no todo el mundo ha leído. Decidimos publicarlo porque, si somos un país normal, debemos tener a Andersen como dios manda en catalán", afirma Jordi Raventós. Cuando se adentren en los relatos, los lectores se encontrarán con un Andersen que quizá no acaba de encajar con el recuerdo de su infancia. "Hay una operación todavía activa de amputar la oscuridad de los cuentos de hadas para no ensombrecer las mentes de los jóvenes lectores. Ha pasado y sigue pasando en muchas de las adaptaciones de la obra de Andersen", escribe el periodista del ARA y escritor Jordi Nopca en el epílogo del libro. Leer los cuentos originales implica descubrir los relatos más populares "sin amputaciones y sin edulcorar", añade Raventós, y dota al escritor de una dimensión más profunda, pero también luminosa, del alma humana.
Un escritor de cuentos de hadas
Andersen empezó a publicar los relatos en la revista literaria Kjøbenhavns flyvende Post, desde donde nació y creció como un escritor de cuentos de hadas. "A diferencia de los hermanos Grimm, él no toma los cuentos tradicionales para preservarlos, sino que se apropia de algunas figuras mitológicas al servicio de cada relato", señala el editor. "Algunos cuentos son trágicos, otros son lacrimógenos, los hay duros y truculentos. Era moderno en el sentido de que incorporaba la violencia gratuita, como los thrillers de ahora, y que tenía un ritmo muy cinematográfico. Las descripciones de las escenas son de una alta calidad literaria", destaca el traductor Miquel-Àngel Sànchez i Fèrriz.
El corpus completo con todos los cuentos también permite captar la influencia que tuvo la literatura medieval en su obra. "El personaje de Otger el presente de algunos relatos, que acompañaba a Carlem. También aparecen episodios de la historia de Dinamarca que hemos contextualizado en las notas del final del volumen, pensando en el lector catalán actual”, subraya Raventós. a los" y "con un exceso de aventuras", tal y como recuerda Nopca en el epílogo. La gran acogida entre los lectores de todo el mundo durante generaciones y generaciones ha demostrado que aquellas primeras opiniones estaban completamente desencaminadas. En el siglo XXI, con una parte de la literatura infantil y juvenil contemporánea que hace bandera de historias políticamente correctas¿Qué lugar pueden ocupar los cuentos de Andersen entre las criaturas? Raventós es tajante: "Esto no dependerá de los niños, sino de los padres". El libro de Adesiara busca lectores con ganas de riesgo y aventura, sean grandes o pequeños.