Literatura

Una cuestión personal: 'El mundo interior', de Francesc Serés

La invasión rusa de Ucrania es el punto de partida del nuevo libro del autor de 'La piel de la frontera'

'El mundo interior'

  • Francesc Serés
  • Proa
  • 360 páginas / 21,90 euros

Desde Berlín, donde llega a principios del año 2022, Francisco Serés asiste a la invasión rusa de Ucrania, y esta casualidad histórica le activa toda una serie de resortes de la memoria que tienen que ver con el concepto de guerra: la cabeza le huye hasta el Saidí natal, donde la familia hablaba de la guerra como de la experiencia que les marcó la vida, pero también lo vuelven a visitar los libros de los escritores que escribieron sobre la guerra, desde Ramón J. Sender a Orwell y Simone Weil, pasando por Joan Sales.Empieza a ver cosas en los álbumes de fotos antiguas que encuentra en webs de segunda mano: ¿quiénes eran todos esos hombres y mujeres que vivían en los años treinta del siglo XX y se hacían casas donde clavaban banderas con la cruz gammada? la historia? ¿No la vivimos todos, la historia? A veces encontramos granadas de la Guerra Civil en el tejado de casa los padres, ya veces lavamos decenas de vasos con un lavavajillas industrial de cocina de hotel: son formas diferentes de estar atravesados ​​por el mismo. El mundo interior tiene un subtítulo que dice Una historia europea: tanto europeos son los Monegros como el extremo este de Ucrania, y la decadencia de este continente, que había sido sinónimo de progreso, luces y civilización, es completa.

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Los refugiados ucranianos empiezan a llegar a paladas en Berlín y hay que acogerlos en hoteles: Francisco y su esposa rusa, Daixa, se ofrecen para ayudar. El papel de la esposa del escritor es fundamental en el libro, casi protagonista. A su lado, la posición del marido escritor toma la distancia justa para narrarlo. Hay un viaje a Dresde de Serés con una amiga ucraniana de la pareja: ninguno de los dos ha visto nunca una ciudad en ruinas, pero en Dresde casi todos los edificios son reconstruidos tras un bombardeo terrible de la Segunda Guerra Mundial. Ante los edificios reconstruidos y, por tanto, falsos, la amiga ucraniana se pregunta si todavía tendrá la bici en el balcón de casa, en Lviv, mientras que Serés intenta intuir, sin éxito, una atisbo del humo y la destrucción que una vez presidieron aquel lugar. El regreso a Berlín lo hacen en tren y el paisaje alemán hace de telón de fondo de una conversación muda. Un tiempo después ya no serán amigos, nos explica Serés, porque la guerra ruso-ucraniana les separa. Queramos o no, caemos de un bando o de otro.

Renunciar a nosotros

El libro, escrito en rigurosa primera persona, hace pensar sobre el punto de vista y el género literario adoptado: Serés ha renunciado a nosotros y se refugia en un yo que no encuentra explicaciones a casi nada de lo que ocurre en el mundo y que se mueve más cómodamente en la confesión cercana, porque, viene a decir, cuando los grandes titulares sobre guerras en países lejanos afectan a tu red de amigos, todo se vuelve mucho más complejo y personal. Pero entonces quizá echemos de menos esta complejidad y algo más de opinión personal. "De la misma forma que lugares como Belchite contienen todo el tiempo en que fueron destruidos, hay documentos que cristalizan las corrientes históricas y los convierten en un significado completo": seguro que la no ficción era la opción más adecuada ¿para cristalizar tanta historia y llenar del todo el significado de las cosas? Es una pregunta que no tiene respuesta sencilla.

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