Un editor rico y revolucionario llamado Feltrinelli
Nacido en una de las familias más acomodadas de Italia, Giangiacomo Feltrinelli mostró siempre un compromiso coherente con la causa de la izquierda radical
- Carlo Feltrinelli
- Anagrama
- Traducción de Mercè Ubach
- 520 páginas / 24,90 euros
Son muchos los hijos de familias más o menos acomodadas que abarcan los ideales y la retórica de la revolución socialcomunista pero que, después, se dedican a vivir, con perfecta paz de espíritu, una vida de privilegios que desentona con su presunto programa ideológico. Es un reproche que no se le puede hacer a Giangiacomo Feltrinelli (Milán, 1926-Segrate, 1972), que fue siempre consciente de sus privilegios y siempre mostró un compromiso coherente con la causa de la izquierda radical. Queda claro leyendo la biografía, amorosa y comprensiva (pero no hagiográfica), que escribió su hijo Carlo: Senior Service. Biografía de un editor.
Nacido en una de las familias más acomodadas de Italia, que se había enriquecido gracias al negocio de la madera y de la banca, Feltrinelli tuvo una niñez de niño millonario pero descuidado. Esto le insufló un carácter rebelde, que alcanzó una dimensión político-ideológica durante los años 40, en la lucha contra el nazismo y el fascismo mussoliniano. Aunque por extracción social todo le empujaba a ingresar en la Democracia Cristiana, su sentido insurreccional de la historia y sus anhelos de igualdad y justicia le llevaron a militar al Partido Comunista Italiano. El río Feltrinelli, culto y lleno de convicciones, destacó enseguida entre sus camaradas. Se abocó a la causa del comunismo y del partido destinando tiempo, dinero y contactos. Marxista-leninista empresarial, creía menos en los dogmas que en "hacer cosas". Hizo muchas. La más importante: fundar la editorial que todavía hoy lleva su nombre.
La aventura de publicar el 'Givago' de Pasternak
La grandeza de Feltrinelli –y eso la biografía escrita por el hijo, llena de testimonios de gente que le conoció y de documentos privados de todo tipo, lo explica perfectamente– es que fue capaz de combinar unas férreas convicciones ideológicas con una concepción abierta y flexible tanto de la creatividad y la cultura como de la militancia. En este sentido, los capítulos sobre la relación entre el editor y el novelista ruso Boris Pasternak para publicar en Italia la versión no censurada deEl Doctor Givago puede decirse que consignan una de las aventuras culturales más nobles y emocionantes de todo el siglo XX. Estamos a finales de los 50. Feltrinelli ya ha dejado el PCI (después de los hechos de Hungría) pero todavía es comunista, Pasternak siente que su final está cerca pero sabe que ha escrito una obra maestra y quiere que vea la luz, y ambos se alían (contra los boicots y las amenazas del PCUS y de sus libros). Acaba existiendo, y es un éxito. Es el primer gran éxito del Feltrinelli editor, que a su vez va publicando tantos libros con carga ideológica como puede. El segundo gran éxito, de poco después, será El Gattopardo de Lampedusa.
Los convulsos finales de los 60 y principios de los 70 –años de revueltas y de plomo, la guerra de Vietnam y Mayo francés, el autoritarismo y la involución de los estados democráticos, la tensión social y las maniobras del poder– lo crispan todo. Si durante tres cuartas partes Senior Service se lee como una imponente aventura cultural y política, como el retrato moral, intelectual e ideológico de un hombre escindido entre el lugar de donde viene y el lugar al que quiere llegar, el tramo final es un thriller caótico y conspiranoico. Amigo de Fidel Castro, harto del inmovilismo conservador del PCI y similares, levantado de antiimperialismo, Feltrinelli renuncia a todo –a la familia, a la comodidad, al prestigio– y se va a la clandestinidad y funda un grupo terrorista. Su objetivo es hacer un mundo más justo. El Feltrinelli terminal –murió en 1972 cuando accidentalmente le explotó una bomba que trataba de colocar en una torre eléctrica– tiene esa mezcla de coraje heroico y de ingenuidad sórdida de los idealistas desesperados. Un personaje enorme. Y un libro.