Literatura

¿Qué se esconde tras el éxito de un prestigioso estudio de arquitectura de Seúl?

'Al atardecer', primera novela de Hwang Sok-yong que podemos leer en catalán, es una historia introspectiva y con conciencia social protagonizada por un hombre de origen pobre que ha acabado triunfando

'Al atardecer'

  • Hwang Sok Yong
  • Gata Maula
  • Trad. Mihwa Jo Jeong
  • 168 páginas / 17,90 euros

La flamante editorial Gata Maula acaba de publicar su tercer libro, Al atardecer, de Hwang Sok-yong (Changchun, 1943), un título polisémico que tanto se refiere al crepúsculo de la vida como al momento propicio para apagar los incendios, o también al estado de tráfico entre el día y la noche.

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El protagonista y cultivador de esta historia es Park Min-woo, un hombre sesantín de origen pobre que ahora dirige un prestigioso estudio de arquitectura de Seúl. Min-woo se siente satisfecho tanto del triunfo personal como de haber ayudado a la modernización y al progreso del país. Un día, después de impartir una conferencia —la novela comienza in medias nada, justo finalizada la disertación—, una joven se le acerca a contracorriente de la masa que sale de la sala, le entrega una nota con un nombre (Cha Sun-ah) y con un número de teléfono y, a continuación, desaparece. trabaja de noche en un supermercado, se alimenta de comida caducada y pierde cabello a causa de la falta de sueño. También será la narradora de algunos capítulos, intercalando su voz con la del arquitecto.

En este punto, el autor reflexiona sobre las diversas capas sociales: por un lado, los barrios marginales de Corea donde creció el protagonista, los apartamentos de una sola habitación, los pisos en sótanos a precios desorbitados y, por otra, la vida llena y acomodada de arquitectos y políticos. de escenas durísimas se enfrenta frontalmente con la alta sociedad. ¿ha realmente alguna migaja de humanidad en la arquitectura?" y se acaba contestando a sí mismo, abatido, al atardecer de su vida, que "al final, [los edificios están hechos] sólo de dinero y poder". En medio de estas interrogaciones, Al atardecer incluye aspectos políticos y sociales de Corea del Sur, así como las transformaciones que el país ha vivido a lo largo del tiempo.

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La novela, todo debe decirse, tiene el ritmo narrativo lento característico de buena parte de la literatura oriental. Sok-yong se entretiene en todo tipo de detalles, pero también con todo tipo de cambios que el protagonista observa en el paisaje de su infancia cuando, pocos días después de la conferencia, vuelve para ver al amigo Byeong-gu, que ahora está en coma en el hospital: "El paisaje se transforma tan rápido como si te lo miraras desde la fin." En paralelo, Al atardecer explora temas como la soledad, la memoria y las relaciones humanas, y lo hace a través del estilo introspectivo de Sok-yong, que no deja de encadenar reflexiones sobre la vida y el arte.

La narrativa se centra en las vivencias del protagonista mientras revisita su pasado y las decisiones que ha tomado, haciendo énfasis sobre los lazos con las personas que ha conocido y las que ha perdido. El tono melancólico y poético de la prosa de Sok-yong crea una atmósfera rica y evocadora (y como opiácea) que refleja la belleza, la fragilidad de la vida y la absurdidad de la existencia de clases sociales. Hwang Sok-yong siempre ha estado muy sensibilizado con la problemática social y política de su país, lo que le ha valido la cárcel y el exilio.

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