Leer es una fiesta: ¿te apuntas?

BarcelonaEste año hemos disfrutado de la última edición de la Semana del Libro en Catalán que, según los datos publicados, ha sido un éxito de asistencia y ventas. Personalmente, zoco del equipo pro paseo Lluís Companys de cara a futuras ediciones, por tres motivos que, aviso de entrada, son egocéntricos: me parece un emplazamiento más bonito para dar la vuelta y distraerse, me queda bien comunicado desde casa y hay más lugares cerca donde poder continuar el jolgorio con la gente del sector, una vez se cierran las paradas y el bar [un bar tristón, todo hay que decir, que parecía más una barra propia de Fiestas de Gracia, con una oferta reducida a (una marca de) cerveza y ( pocos) refrescos, sin opción de acompañar la bebida ni con unas patatas o tristes aceitunas, ya no digamos probar un buen vino].

Destaco el tercer motivo porque soy una persona más bien introvertida y, por tanto, no me gusta demasiado socializar con gente que no conozco o conozco poco. Pero el otro día, un editor me hacía notar que La Semana es el evento ideal para los que son como yo porque nos permite relacionarnos, sin el estrés de Sant Jordi, con gente similar y con quien compartimos los mismos intereses. Así, no sólo no se hacen pesadas las "conversaciones de ascensor" sino que, sin esperarlo, te encuentras saliendo a cenar ya tomar una bebida dos sábados seguidos con un grupo lleno de gente que conoces poco o nada. lo pasas en grande.

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Observando este ambiente alegre y festivo, y rodeada de enamorados de la lengua catalana y las letras, pensé en una amiga, también lectora e introvertida, que me contaba que tenía ganas de conocer a gente con la que compartir la pasión por los libros. Ha rodeado por clubes de lectura y agrupaciones culturales, pero parece que no acaba de encontrar su sitio. He vuelto a recordar la conversación porque hace unos días he leído sobre unas fiestas de lectura que son todo un éxito en Nueva York. Se hacen decir Reading Rhythms y agrupan a un buen puñado de lectores que leen su propio libro en un lugar con encanto. Combinan ratos de lectura en silencio con debates en grupo, o uno a uno, sobre lo que leen. La diferencia con otros encuentros de lectura en común es que la experiencia se acompaña de listas musicales seleccionadas por los organizadores, que se anuncian así en las redes sociales: "No es un club de lectura. Es una fiesta lectora. En un mundo que a menudo parece carecer de interés y conexiones significativas, reunimos a lectores para reconectar con el amor para aprender, disfrutar de espacios bonitos, música seleccionada y compartir la experiencia con otros". Parece que, efectivamente, los eventos se llenan de gente con ganas de leer, escuchar música y compartir, así que están exportando la experiencia a otras ciudades como Los Angeles o Roma. ¿Sería Barcelona, ​​u otras ciudades de Cataluña, un lugar donde organizar encuentros similares? La Semana del Libro en Catalán ha reunido a más de 100.000 personas en 10 días; por tanto, me da la impresión de que, como mi amiga, somos unos cuantos, los que tenemos ganas de seguir leyendo, charlando y conectando en catalán. Sea cual sea el formato, al final, una cosa es segura y ¡es que leer es una fiesta!