Los Ventanas, los premios donde se pide que los ricos paguen más impuestos
Barcelona"Me encanta! ¡Quiero una camiseta como la tuya!" Esto le decía Eduard Escoffet, director de la Institución de las Letras Catalanas, al empresario farmacéutico Sergi Ferrer-Salat. Se encontraron al final del acto de entrega de los premios Ventanas, que organiza la librería del mismo nombre, y de la que Ferrer-Salat es fundador y mecenas. La camiseta en cuestión podía parecer una especie de boutade, porque decía "Tax the rich", i qui la portava era, certament, una persona rica. Però Ferrer-Salat no fa ironia, amb això, i la prova va ser el discurs que va obrir l'acte. Després de la benvinguda a càrrec de la presentadora, l'Ana Polo, va parlar l'Estefania Rico, que dirigeix les Fundacions Ferrer. Va citar l'economista francès Thomas Piketty, que defensa la creació d'un impost progressiu, que gravaria a les persones amb més patrimoni, cosa que permetria redistribuir la riquesa, molt concentrada, i permetria augmentar recursos per finançar serveis públics i programes socials. "Perquè no oblidem que la riquesa és d'origen col·lectiu", deia Rico. També va fer una radiografia ràpida de desigualtats a la ciutat de Barcelona, i recuperava una dada que no parem de repetir, però que segueix sent una realitat: el pressupost de cultura de la Generalitat encara no arriba al 2%. Llegeixo que el 2024 va assolir un rècord històric, l'1,7%, i la consellera Sònia Hernández treballa perquè aquest 2025 se llegue a la cifra simbólica del 2%. Digo simbólica porque la cifra ya se ha convertido en esto, una especie de símbolo, pero también porque, francamente, un 2% para la cultura tampoco creo que sea tirar la casa por la ventana. Pero ese debate, otro día.
La precariedad de la creación en el sector cultural se hizo evidente en el discurso de Giulia Sagramola, ganadora del premio Ventanas de cómic por su proyecto Hacia adelante. Después de cinco años tendrá los recursos para dedicarse a terminarlo sin sufrir por pagar el alquiler. Me hizo ilusión ver que la ganadora era italiana, y que la gallega Uxía Larrosa ganara la mención al talento joven por la obra El desprendimiento. Hizo una alusión directa a su amor por esta lengua, que empezó a aprender en Barcelona cuando llegó con 18 años, y que le hacía celebrar que se premien los cómics escritos en catalán.
Topar con una librería, un golpe de suerte
Ferran Grau, ganador del premio de narrativa en catalán por Hiperrabia(Ángulo), decía que se había planteado empezar su discurso de forma reivindicativa. "Puedes decir que te niegas rotundamente a dejar morir tu idioma, el catalán. O puedes decir lo terrorífico, aberrante y vomitivo que te parece cualquier pensamiento o acción que se acerque mínimamente a los conceptos derecha, ultraderecha y capitalismo". Acabó hablando del bloqueo que sufrió durante la pandemia, pero su discurso destilaba la misma pasión por leer y escribir que el de César Aira, ganador del premio de narrativa en castellano por En el pensamiento (Random House). En un vídeo, desde Buenos Aires, explicaba que ha escrito mucho, pero que siempre ha preferido leer, y hacía una declaración de amor en las librerías. "La existencia de las librerías, para mí, ha tenido siempre algo de milagro. Toparme con una librería al dar una esquina siempre me pareció, y me sigue pareciendo, un suerte, un azar de lujo". ¿Qué idea tan bonita, que tropezar con una librería sea un golpe de suerte, verdad?