"Vivimos tan rápido que las experiencias no nos dejan marca"

Barcelona"Desde finales del siglo XX, los profesionales que nos dedicamos a escuchar el malestar observamos con preocupación que los que nos consultan han dejado de poder relacionar su sufrimiento con ninguna causa. Sienten angustia, insomnio, irritabilidad, tristeza, desgana, experimentan problemas en las relaciones sociales, se autolesionan, se deprimen, pero no pueden atribuir esos malestares a ninguna circunstancia biográfica o social que les perturbe". Esta constatación clínica es el punto de partida de Sin relato. Atrofia de la capacidad narrativa y crisis de la subjetividad, el texto con el que la psicoanalista y escritora Lola López Mondéjar (Molina de Segura, 1958) ha ganado el 52º premio Anagrama de ensayo y que llegará a librerías el 9 de octubre.

El jurado, formado por Jordi Gracia, Pau Luque, Daniel Rico, Remedios Zafra, Isabel Obiols y Sílvia Sesé, ha seleccionado el texto de López Mondéjar de entre 167 originales de quince países distintos. "Este ensayo reflexiona sobre una contradicción de nuestra época: ahora que aparentemente tenemos más narración y relato que nunca, el sujeto se siente muy perdido; en la época de la sobreexposición, mediada por las pantallas, parece que tenemos más dificultad que nunca para contarnos a nosotros mismos", dice Remedios Zafra. Según Daniel Rico, se trata de "un diálogo intenso y polifónico con la filosofía, el psicoanálisis, el cine y la literatura" que retrata un problema que afecta a "los hijos del capitalismo digital" y es "una señal inequívoca del creciente vaciamiento del mundo interior, de la disminución del pensamiento crítico y de la imaginación".

"El deseo ha caído mucho en las generaciones actuales"

López Mondéjar, que ya había publicado anteriormente Invulnerables e invertebrados, compagina la creación literaria con la investigación en psicoanálisis, sociología y filosofía. Según la autora, el ensayo Sin relato nace de su experiencia como psicoanalista y, también, de la voluntad de "hacer una ontología del presente". "Vivimos tan rápido que las experiencias no nos dejan marca. Hablamos mucho del individualismo, pero paradójicamente se trata de una individualidad sin sujeto", dice la autora. Sin relato argumenta que los ciudadanos del mundo actual ya no tienen "una identidad narrativa", sino que se ha impuesto "una identidad adhesiva", que produce "unos sujetos que, en vez de poder explicarse, repiten eslóganes sociales". Para sustentar su tesis, López Mondéjar "dialoga" con pensadores que le han precedido, como el filósofo francés Jules Achille de Gaultier, que acuñó el concepto "bovarismo" –haciendo un guiño a Emma Bovary, el personaje de Flaubert– para designar "una identidad que se construye copiando el exterior".

También aparecen en el ensayo de López Mondéjar los pensadores René Girard, quien argumenta que "todo deseo es un deseo a través de mediadores", o la lingüista Emily M. Bender, que recurre a la metáfora del "loro estocástico" para describir las implicaciones de la inteligencia artificial. "El problema de nuestro mundo es que los mediadores son youtubers y influencers", añade la autora, que advierte de los peligros a los que se enfrentan los jóvenes por culpa de la digitalización. "El deseo ha caído mucho en las generaciones actuales, que a menudo prefieren tener relaciones con máquinas", dice López Mondéjar. También critica que el mundo contemporáneo se basa en "un ideal de la ignorancia" y "una gamificación de los cuerpos".Lo que le ha ocurrido a Gisèle Pelicot, qué es, si no una gamificación del cuerpo?", se pregunta la autora, que lanza una propuesta constructiva: "Debemos volver a la presencialidad. Los límites son buenos, nos humanizan, nos hacen dar cuenta de dónde termina nuestro yo y dónde comienza la alteridad".