El legado del arquitecto que creó el 'modelo Barcelona'
De la Vila Olímpica al Museu del Disseny: 8 obras para conocer a Bohigas
Pocos arquitectos y urbanistas han tenido tanto impacto en una ciudad como Oriol Bohigas en Barcelona. No hizo el trabajo solo, claro, ni tampoco se le puede atribuir todo el mérito o el demérito de la transformación urbanística de la ciudad en la Transición, pero su papel ha sido capital a la hora de definir políticas urbanísticas (la monumentalización de las periferias, la recuperación de las playas o la Vila Olímpica), tendencias arquitectónicas (la invención de la Escuela de Barcelona como movimiento), estructuras culturales (la unificación de los museos de artes decorativas) o también de elegir a las personas y profesionales que lo ayudarían en todas estas estrategias. Está también el Bohigas arquitecto que, a través del estudio MBM (Martorell-Bohigas-Mackay), ha estado casi sesenta años construyendo en Barcelona y afuera. Analizamos su legado con 8 ejemplos.
El edificio Meridiana
Este gigantesco edificio de 121 viviendas sociales en la Avinguda Meridiana lleva la firma de los tres principales socios del estudio: Oriol Bohigas, Josep Martorell y David Mackay (que se incorporó en 1960), y en cierto modo es representativo del espíritu de lo que él mismo denominó Escola de Barcelona, una manera de hacer "realista", que primaba la funcionalidad y los materiales humildes de la tradición constructiva catalana -ladrillo, cerámica, celosías- pero con toda la innovación del racionalismo. Construido entre 1959 y 1965, al final de su etapa en el Grupo R, que recuperó la modernidad durante la posguerra, está situado en una de las grandes vías de salida de Barcelona, entonces en pleno auge, y tiene una disposición y unas dimensiones que ya venían establecidas en el plan urbanístico. La singularidad de este edificio, un intento de dignificar los bloques de vivienda social que proliferaban entonces, son sus ventanas, que sobresalen formando pequeñas tribunas con aperturas hacia el sur para poder aprovechar así al máximo la luz del sol, a la vez que su disposición diversa, por motivos funcionales del interior, otorga también movimiento y ritmo a la fachada, recubierta de placas cerámicas. El uso del ladrillo, la cerámica y otros elementos típicos de la arquitectura tradicional es una de las características de lo que se denominó Escola de Barcelona, que, dentro del rigor y la funcionalidad estricta del racionalismo, bebía de las ideas de los neorealistas italianos.
Escola Garbí
Este centro educativo de Esplugues de Llobregat está considerado uno de los más exitosos del estudio MBM, que en los años setenta construyó también la Escola Thau, en la Avinguda Esplugues, por encima de la Ronda de Dalt, y otros muchos conjuntos escolares, que fueron una de sus especialidades. La Garbí, impulsada por Pere Vergés con la voluntad de continuar el trabajo iniciado en los años veinte y treinta con la Escola del Mar, fue construida entre el 1962 y el 1973 en tres fases, desde el parvulario hasta el bachillerato, con influencias de la arquitectura nórdica. El equipo de pedagogos participó en el diseño de la primera fase para que la arquitectura acompañara el proceso educativo. Llama la atención la organización de las dependencias alrededor de una plaza central cubierta, como una ágora, que funciona sobre todo como comedor. Los cinco hijos de Bohigas, firme defensor de los valores de la escuela republicana, estudiaron allí en algún momento.
El Parc de la Creueta del Coll
La entrada de Oriol Bohigas en el Ayuntamiento de Barcelona en 1980 como delegado de urbanismo, de la mano del entonces alcalde Narcís Serra, supuso una revolución en la manera de hacer urbanismo de la ciudad. El primer problema que se encontraron él y su equipo -integrado principalmente por Albert Puigdomènech en el planeamiento y Josep Anton Acebillo en proyectos- era la acumulación de agravios y peticiones de los diferentes barrios, muy movilizados después de años de abandono y luchas vecinales. Aquellos primeros años se actuó por proyectos, a pequeña escala, para dignificar y mejorar aquellas zonas. Es lo que se conoció con el lema “sanear el centro, monumentalizar la periferia”, o también como la etapa de las plazas duras. El Parc de la Creueta del Coll, construido entre el 1981 y el 1983 por el mismo estudio MBM, está ubicado en una cantera abandonada y ocupa unos 6.000 metros cuadrados. Oriol Bohigas recordaba que en el momento en el que se construyó, la zona, próxima al barrio de la Teixonera, era “un centro de delincuencia y de desgracias sociales”, y que el parque se convirtió “en un nuevo centro urbano” que incluso cambió “la estructura social del entorno”. El parque incluye una explanada para actividades como cine al aire libre y un lago a dos niveles donde la gente se puede bañar, sobrevolado por una gran escultura de Eduardo Chillida que se ha convertido en una de las imágenes más emblemáticas de la ciudad de Barcelona.
La planificación olímpica
Hubo una serie de confluencias a la hora de elegir la zona del Poblenou para instalar la Vila Olímpica, el diseño y la planimetría de la cual fueron a cargo de MBM. Bohigas ya no era delegado de urbanismo durante la preparación de los Juegos, pero sí se mantuvo como consejero particular del alcalde, en ese momento ya Pasqual Maragall, y su papel seguía siendo central en las decisiones urbanísticas de la ciudad, que aquellos años fueron muchas y variadas. Una de las principales fue la ubicación de la Vila en el Poblenou, con una configuración ya de barrio urbano ligado al Eixample y una estructura que se ha demostrado que ha acabado integrada en la trama urbana. Los diferentes bloques y manzanas de casas se encargaron a varios equipos de arquitectos de la ciudad y su estudio se reservó la construcción del Port Olímpic, la Escola de Vela y uno de los conjuntos de viviendas. Aun así, lo más importante de esta operación era que permitía remodelar toda la fachada litoral eliminando las vías del tren y las industrias que hacían de barrera para incorporar la playa al tejido urbano y cambiar así la imagen de Barcelona para siempre jamás.
De la Pompeu a El Corte Inglés
No se puede decir que Bohigas no fuera un gran conocedor del patrimonio arquitectónico catalán. Su libro Arquitectura modernista (1968) fue, precisamente, pionero en la reivindicación del movimiento, y era también un gran defensor del Novecentismo, a la vez que ponía en valor también la estructura urbana tradicional de una ciudad densa y compacta en lugar de la ciudad dispersa reivindicada por algunos urbanistas en los años sesenta. Aún así, no le temblaba el pulso a la hora de intervenir en la ciudad antigua con propuestas osadas y potentes. Un caso es la remodelación que MBM hizo del antiguo cuartel de Roger de Llúria para convertirla en un edificio universitario para la UPF, en una transformación finalizada en 2001. O, anteriormente, la ampliación de El Corte Inglés de Plaça Catalunya, finalizada en 1993. Esta tiene una parte, la que da a la Plaça Catalunya, diseñada por Elías Torres y Martínez Lapeña, y otra, la de la calle Fontanella, del equipo de MBM, que incorporó la memoria de la Casa Sicart empotrando la tribuna modernista de aquel edificio en la fachada. Años más tarde, en 2004, también llevaron a cabo la ampliación y remodelación de El Corte Inglés de la Plaça Francesc Macià, las antiguas Galerías Preciados, esta vez dándole una fachada acristalada.
Puertas en las dos ramblas
La mayoría de los miles de peatones que pasan cada día por la Rambla quizás no saben que uno de los pocos edificios modernos de la vía, y quizás no el más exitoso, es de Bohigas y su estudio MBM. Se trata del conocido como Palau Nou de la Rambla, un edificio de uso comercial y de oficinas famoso cuando se inauguró, en 1993, porque tenía el primer “parking inteligente“ de la ciudad, puesto que todo el proceso de aparcamiento estaba robotizado. El interés de este edificio, con pocas concesiones formales en su fachada a la Rambla en cuanto a materiales y geometría, rae en la apertura del pasaje hacia la calle de atrás, de forma que el campanario de la iglesia del Pi también se puede ver desde la Rambla. Este mismo modelo de gran arco de apertura al edificio que facilita la comunicación entre calles y barrios lo aplicaron, años más tarde, a las viviendas de la UGT, en la rambla del Raval, terminadas en 2008.
Comisaria de los Mossos de la PlaçaEspanya
Coincidiendo con el despliegue de los Mossos d'Esquadra en Barcelona, la entonces consellera de Interior, Montserrat Tura, que ya cuando había sido alcaldesa de Mollet del Vallès había hecho una apuesta firme por la arquitectura de calidad para transformar socialmente la ciudad, aumentó de 5 a 10 el número de comisarías, y las nuevas llevaron la firma de arquitectos de prestigio. La de la Plaça Espanya, la más grande, la construyó MBM, y entonces Bohigas estaba convencido, quizás de manera demasiado optimista, de que aquel edificio, inaugurado en 2007, hecho con dos bloques unidos por uno más bajo que les hace de pórtico, transformaría la Plaça Espanya.
El Museu del Disseny
Si hay un proyecto que define el pensamiento y la obra de Bohigas es, sin duda, el Museu del Disseny. Este centro se puede perfectamente decir que se lo inventó él, porque en 1991, cuando era concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona, una etapa estimuladamente convulsa, propuso reunir en un solo espacio el Museu d'Arts Decoratives, el Museu Tèxtil i de la Indumentària, el Museu de Ceràmica, la aún incipiente colección de diseño de producto, el Gabinet d'Arts Gràfiques y la colección de carruajes. A pesar de los recovecos y los cambios de nombre y de rumbo del proyecto, al final todas estas colecciones, y otras de instituciones privadas que se sumaron, están agrupadas ahora en un solo edificio en la Plaça de les Glòries, también obra suya. El estudio MBM, desde principios de 2000 con dos socios más, Francesc Gual y Oriol Capdevila -que, de hecho, llevaron el peso de este proyecto-, diseñó el edificio cuando todavía existía el anillo de Glòries, y por eso previó una especie de voladizo sobre el anillo. Conocido popularmente como la grapadora, el edificio, inaugurado finalmente en 2014, se ha incorporado bien en el paisaje urbano, a pesar de que el entorno todavía está en construcción.