Magda Puyo dice que el Institut del Teatre "ha tomado medidas que no llegaban al fondo de la cuestión"
La directora se solidariza con las víctimas y lamenta que no activaran el protocolo
BarcelonaLa directora del Institut del Teatre, Magda Puyo, ha asumido "errores" en la gestión de los casos de abuso de poder y acoso sexual y se ha vuelto a "solidarizar" con las víctimas. Además, en una entrevista a Els matins de TV3, ha alegado la falta de herramientas para evitar estas situaciones, que existen "no en el Institut sino en la sociedad", y se ha preguntado por qué el protocolo no ha funcionado para sacar a la luz los casos. Lo ha atribuido a un error de "comunicación". "Las alumnas no han sido muy informadas respecto del protocolo. El miedo hace que no se atrevan a denunciar, y lo tenemos que tratar", ha dicho. Puyo ha defendido su mandato y ha asegurado que solo un caso es actual y que los otros son anteriores a su dirección, que tiene que renovar el próximo mes.
Todo esto, sin embargo, “no son excusas”, ha reiterado: “Si hay una víctima, está ahí, y yo no soy quien para decir que no lo es, y por lo tanto tenemos que trabajar con esa persona, acompañarla y ayudarla y automáticamente quitar al acosador". Y es por eso que la institución ya ha puesto en marcha uno servicio de ayuda psicológica, que empezará el lunes, y uno de atención rápida a las alumnas para sacar adelante cualquier denuncia inmediatamente, que, en función de la gravedad, ha afirmado que podrían llevar a la Fiscalía.
Un protocolo que no funciona
Puyo cree que el problema ha sido no dimensionar el caso y no canalizar el malestar formalmente. "Se han tomado medidas que no llegaban al fondo de la cuestión", admite. Desde el 2018 el Institut se dotó de un protocolo contra los acosos pero no había recibido ninguna instancia hasta el lunes: "El protocolo es magnífico, es la aplicación la que no es buena", ha afirmado Puyo, que también ha dicho que el viernes propusieron a un grupo de siete estudiantes que habían hecho llegar a la dirección una carta de queja contra Ollé formalizarla, cosa que no pasó hasta el lunes. Una queja anterior, del 2016, cuando ella entraba en la dirección, no llegó a tener consecuencias "porque no había protocolo". "Se hizo un trabajo de mediación y corrección de actitudes" y la dirección pensó que se había llegado a un acuerdo con el estudiante, pero se equivocó. "Los errores no son de ella, sino de la institución y de los representantes. No quiero quitarme responsabilidades de encima. Ha caído ahora, y nosotros lo asumimos", ha afirmado en TV3, a pesar de que también cree que se necesitarían "especialistas en este tema, nosotros y otras escuelas", ha dicho.
Será la comisión que se ha creado para hacer seguimiento del caso quien ha asumido la investigación, que durará dos o tres semanas, y tendrá reuniones a todas bandas, también con Joan OIllé, para quien ha pedido "seguridad jurídica" y de quien ha afirmado que "debe de estar dolido". Sobre si las conductas del profesor eran un secreto a voces, ha afirmado que "quizás sí que había personas que lo sabían, pero no se puede trabajar con rumores de pasillo, puesto que es una cosa muy seria, muy fuerte, es denigrante". También ha admitido que el profesor tiene un problema con el alcohol que no supieron abordar. "Es difícil tratar las enfermedades mentales. Una persona enferma es una persona enferma y creo que se tiene que ayudar y es lo que hemos intentado día a día; quizás necesitábamos más ayuda médica, un especialista que nos guiara".
La directora del Institut del Teatre, que ha apuntado que se presentará para optar a la dirección del centro –"Cuando hay problemas no me planteo irme, porque me parece cobarde", ha dicho–, espera que el trabajo que hagan en el Institut sirva para cambiar el paradigma dentro de las artes escénicas, porque ella afirma también haber sufrido unas relaciones de poder tóxicas. "Lo que se hacía no estaba bien pero se toleraba como normal. Que antes hubiera otro paradigma tampoco es excusa ahora".