"He malvivido durante años haciendo periodismo de batalla y ahora podré darme de alta de autónomos"

Los dos ganadores de la beca Finestres, Sergi Tarín y Gabi Martínez, miran al Mediterráneo

Para escribir una historia de largo recorrido se necesita tiempo y recursos. El ensayo, a caballo entre la creación, el pensamiento y la investigación, se puede adentrar por muchos territorios, pero, muchas veces, que acabe tomando forma de libro y se publique depende de la persistencia y la voluntad del autor. Lo saben muy bien los dos ganadores de la beca Finestres de ensayo en catalán y en castellano: Sergi Tarín (Valencia, 1978), periodista freelance, y Gabi Martínez (Barcelona, 1971), colaborador habitual de medios como National Geographic, Altaïr o The Ecologist. Tarín dispondrá de 20.000 euros para escribir, en catalán, No totes les finestres miren al mar, y Martínez, de otros 20.000 euros para Delta, que será en castellano.

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Malvivir de periodista

"He malvivido durante años haciendo periodismo de batalla, hay muchas grandes historias que no he podido explicar, esta será una oportunidad única para darme de alta de los autónomos", dice Tarín, que se ha pasado siete años viviendo en el bloque de los Portuarios del Cabanyal de Valencia. El edificio, muy degradado, fue construido en 1954 para los estibadores del puerto y en la actualidad la mayoría de vecinos son de etnia gitana, familias humildes y precarias que viven de la venta ambulante o de la chatarra. Tarín fue a vivir al Cabanyal en 2010: "Soy un periodista de calle y quería ir a vivir al Cabanyal para formar parte de la resistencia en el momento en el que los vecinos se movilizaron contra la construcción de una autovía desde un barrio burgués hasta la playa que habría destruido el barrio", dice Tarín. No pudo ir a vivir al epicentro de la lucha vecinal pero el bloque, un laberinto con ocho patios, acabó siendo el destino de las familias que fueron desalojadas de otras casas del barrio. "Es un microcosmo de personajes del cual me enamoré", asegura. La lucha vecinal quedó en un segundo término, y Tarín se concentró en escuchar a sus vecinos, que hacen mucha vida en la calle: "Ahora volveré al edificio y podré explicar su historia antes de que el lugar desaparezca", asegura. En Valencia ha habido un cambio político, pero Tarín no cree que el nuevo gobierno de izquierdas dignifique la vida de sus vecinos.

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Vivir las historias en propia piel

La crisis del periodismo de investigación afloró en muchos momentos en la presentación a la prensa de las dos becas. Ante las propuestas que se han recibido: 46 en catalán, 31 hombres y 15 mujeres; y 225 en castellano (la convocatoria está abierta a América Latina), 113 hombres y 72 mujeres, Finestres ha decidido duplicar las becas el próximo año: serán igualmente 20.000 euros pero habrá dos becas en catalán y dos en castellano. Martínez, como Tarín, se pone en la piel de quienes habitan el territorio: pasa temporadas en la última casa de la Illa de Buda , que puede desaparecer durante alguna tormenta porque el mar va ganando territorio. "Hace veinte años recibía ayudas de editores para hacer investigación, pero cada vez es más difícil conseguir adelantos", dice Martínez, que quiere profundizar en la realidad del delta del Ebre, hablar con su gente, pero también de su naturaleza y de los efectos del cambio climático. Lo quiere hacer con ambición universal, porque hablar del Delta también quiere decir pasearse por otros ríos como el Nilo, el Níger o el Misisipí: "Nueva Orleans, por ejemplo, ya tiene un plan para evacuar la ciudad en caso de crecida del río", asegura Martínez. Finestres ha recibido muchísimas propuestas de ensayo sobre biografías, historia, música, literatura, cocina, migraciones, medio ambiente, género... pero, curiosamente, las dos escogidas miran al Mediterráneo y dan voz a historias normalmente invisibilizadas.