Exposiciones

¿Y si el mar fuera un distrito más de Barcelona?

La exposición 'El océano habla', del DHub, reflexiona sobre la relación con el entorno marino en el contexto de crisis climática actual

Alba Mendoza
y Alba Mendoza

BarcelonaEl Disseny Hub Barcelona (DHub) inicia el otoño con la exposición inmersiva El océano habla. Nuevas ecologías y nuevas economías del mar, que se podrá visitar hasta el 23 de febrero de 2025. La muestra aborda el impacto de la acción humana en el océano y los conflictos y retos que genera. Y lo hace, concretamente, a partir de la relación de Barcelona -y otras ciudades costeras del mundo- con el ecosistema marino, donde se concentra el 40% de la población mundial y buena parte del territorio más preciado. "Vivimos en Barcelona de espaldas al mar, o no sé si de espaldas, pero sí pensamos en la línea del agua como una frontera", señala José Luis de Vicente, comisario de la exposición y director del Museo del Diseño. La muestra está producida por el DHub, dentro del marco de la Regata Cultural de la Copa América y con la colaboración de Fundación Telefónica, Manifesta 12 y iGuzzini.

Barcelona comparte un vínculo estrecho con el mar, ya que después de los Juegos Olímpicos de 1992 la ciudad convirtió su frente marítimo en un elemento indispensable de su imagen y proyección. De esta forma, transformó su relación con la playa. Mireia Escobar, directora del DHub, constata que "en 1992 Barcelona se abrió en la playa y ahora toca abrirnos al mar". "Siempre hemos pensado que el mar debería ser un distrito más de la ciudad", añade Escobar. En un momento político y ambiental conflictivo, en el que la subida del nivel del mar y los efectos del calentamiento global son inminentes, pero que también aparecen nuevos procesos coloniales y de abstracción, la exposición pretende ser un foro de debate y reflexión sobre cómo rediseñar la relación de las ciudades costeras con el océano, desde la sostenibilidad y la innovación. De Vicente asegura que si en los últimos años el debate climático ha girado en torno a la atmósfera, en los próximos veinte años el debate climático será en torno al ecosistema marino.

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La muestra, poliédrica y transversal, está compuesta de quince proyectos de disciplinas como la arquitectura, la tecnología, el diseño especulativo y el urbanismo, que plantean los problemas actuales e imaginan soluciones futuras. De Vicente explica que las obras tratan de imaginar el océano de una forma más concreta y menos misteriosa, para comprender con profundidad este elemento y generar un vínculo sólido con las ciudades. La instalación propone un recorrido libre y permeable para que el visitante experimente la muestra desde múltiples puntos de vista. Los proyectos expuestos son locales, nacionales e internacionales y cinco de ellos están producidos expresamente para la exposición. De estas cinco obras, destaca la instalación audiovisual a gran escalaSeeing echoes en la cumbre de la villa, del colectivo británico de diseño digital Marshmallow Laser Feast, que genera una experiencia multisensorial a partir de conectar las vocalizaciones de las ballenas con la percepción humana.

Lectura de 'Moby Dick'

Dentro del marco de la exposición se ofrecen actividades paralelas como el club de lectura organizado por la Biblioteca el Clot-Josep Benet (dentro del museo) con la colaboración del DHub. A partir de la lectura de la novelaMoby Dick, de Herman Melville, y otros escritos sobre la formación de los océanos, las vidas en el mar, las migraciones y la turistificación, entre otros, se debatirá sobre los usos y abusos del mar. "El mar es un espacio de debate interesante en el que hay muchos problemas, pero también puede ser una parte de la solución en relación con el cambio climático", dice Escobar. El próximo año la ciudad francesa de Niza acogerá la conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, donde se espera que se apruebe el Tratado Global de los Océanos, que pretende garantizar la protección del 30% de los océanos en 2030.

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