Viva Verdi con la Sinfónica del Vallés y el ARA
El compositor italiano protagoniza el concierto del 15 aniversario del diario en el Palau de la Música
BarcelonaEl ARA apenas llevaba unos meses caminando cuando, el 12 de marzo del 2011, el director italiano Riccardo Muti protagonizó un acto de resistencia cultural en la Ópera de Roma durante una función de la ópera Nabucco, de Giuseppe Verdi (1813-1901). Berlusconi, entonces primer ministro italiano, había anunciado un recorte salvaje en los presupuestos de cultura. El público romano estaba cabreado con Berlusconi, y al final de Va, pensiero, el corazón de los esclavos hebreos del tercer acto, llamó contra el primer ministro. Muti emergió del foso de la orquesta e invitó al público a cantar Va, pensiero ya reivindicar juntos el valor de la cultura.
Ese mismo corazón de Nabucco llenó de dignidad el Palau de la Música al término del concierto de clausura de los actos de celebración del 15 aniversario del ARA. Como en los conciertos de los dos años anteriores, dedicados a Maria Callas y en Puccini, el de ayer tenía un hilo conductor: la música de Verdi, sobre todo las arias operísticas, pero también el Días irae del Réquiem del compositor italiano. También como en 2023 y 2024, el escenario lo ocupaba la Orquesta Sinfónica del Vallés, esta vez dirigida por la valenciana Beatriz Fernández Aucejo y con la participación del Coro Madrigal y de tres solistas: la soprano malagueña Berna Perles, el tenor mallorquín Antoni Lliteres y el barino. Y de pies a cabeza, con la calidez del público, que enseguida premió las interpretaciones con aplausos.
El título del concierto era ¡Viva Verdi!, traducción del ¡Viva Verdi! que los italianos de mediados del siglo XIX también utilizaban para reclamar "Vittorio Emanuele re di Italia" y liberarse de la dominación austríaca. De hecho, libertad, poder y política a menudo son el contexto moral e histórico sobre el que Verdi levantó óperas como Macbeth, Otello, Il trovatore (una intriga de revanchas en tiempo del Compromiso de Caspe) y Don Carlo (adaptación de un drama de Schiller sobre el primogénito de Felipe II). En cualquier caso, siempre hay emoción, y emocionante ha sido el concierto, que empezó con la Sinfónica del Vallès desplegando la apertura de La fuerza del destino y preparando el terreno para que Lliteres se encarnase en el duque de Mantua para cantar la popular La donna è mobile. A continuación, Perles y Òdena protagonizaron el dueto Mira, di acerbe lagrime del último acto deIl trovatore, y el Coro Madrigal, después de acompañar el tenor a Di quella pira (Il trovatore), tomó con plenitud Chico siamo zingarelle y Di Madride chico siam mattadori, de La traviata. Presentados todos los participantes, la noche avanzó con la fluidez habitual de la formación vallesana (que estos días afronta El holandés errante de Wagner en la temporada de la Fundació Òpera Catalunya).
La soprano malagueña pudo lucirse encarnando a Violetta del primer acto de La traviata (también en el bis con el siempre estimulante brindis), en el trío Di celoso amor, deIl trovatore, y en el dúo Teco yo sto!, deUn ballo in maschera, con el tenor de Artà, destacado también como Otello. Y Òdena supo aprovechar algunos de los grandes papeles para barítono que escribió Verdi, como Macbeth (el aria Pietano, rispetto, amore, recompensada con una ovación y unos bravos), y también el Rodrigo de Don Carlo que comparte con el tenor el juramento de amistad Dio, che nell'alma infondere y que en el Palau de la Música cantó con Lliteres.
El Coro Madrigal fue aplaudido con entusiasmo en varios momentos del concierto. Por ejemplo, al final de la primera parte, con el Gloria all'Egitto de Aida, en el Días irae del Réquiem y, claro, en la emocionante épica del Va, pensiero. Larga vida a Verdi, siempre. Y como dijo la directora del ARA, Esther Vera, en el pórtico del concierto: "Larga vida al periodismo".