Nuevos nombres implicados en la detención de Companys
La información sale de un informe que realizó el abogado catalán Eduard Ragasol y que se encontraba en los archivos nacionales franceses
BarcelonaLos franceses no tardaron mucho en investigar quién había colaborado con los nazis. En diciembre de 1944, cuatro meses después de la liberación de París y cuando la Segunda Guerra Mundial seguía en distintos frentes, las nuevas autoridades democráticas del Gobierno Provisional de la República Francesa, presidido por el general Charles de Gaulle, quisieron depurar responsabilidades en la persecución de las autoridades republicanas exiliadas en 1939. Una de las detenciones que investigaron fue la del presidente de la Generalitat, Lluís Companys.
El investigador e historiador Jordi Pons Pujol encontró un dossier desconocido hasta ahora en los archivos del ministerio del Interior de Francia que este miércoles, cuando hace 85 años del asesinato de Companys, ha publicado en la Asociación Memoria e Historia de Manresa. El dossier lo firma el abogado y miembro de Acció Catalana Republicana Eduard Ragasol, que se exilió en París en 1939. Ragasol trabajó en la organización de la ayuda a los refugiados republicanos. Con la llegada de los nazis, fue detenido varias veces y encerrado en el campo de Vernet (Arieja) por colaborar con la Resistencia francesa. Tras la liberación de París, colaboró con el gobierno De Gaulle y tenía muy buenos contactos. "El informe le pidió Jean Verdier, un funcionario que tenía un alto cargo en la jefatura de París y que durante la ocupación alemana, combatió con la Resistencia", explica Pons. Verdier envió las pesquisas a André Pelabon, director general de la Policía francesa.
El informe de Ragasol demuestra una vez más el interés en detener a Companys y la rapidez con que actuaron las autoridades franquistas. Francia se rindió el 22 de junio de 1940. A finales de julio se había trasladado ya Gabriel Coronado, secretario general del conde de Mayalde, que era el jefe de la policía española. Coronado no perdió el tiempo y se reunió con el coronel Rudolph, comandante del Abwerh en Francia, en el Hotel Majestic de París, para acordar cómo detendrían a Companys.
Órdenes "imperativas" de la España franquista
"Durante la estancia de Companys en la cárcel de la Santé de París tuvo lugar una serie de negociaciones entre la embajada de España y las autoridades alemanas, relativas al procedimiento a seguir para la entrega del detenido a los representantes de la embajada. Las dudas que podían existir al respecto fueron resueltas por una orden imperativa del señor general Franco, dirigida a la embajada de París, y fue en virtud de esta orden imperativa que el señor Cristóbal del Castillo, ministro consejero de la embajada, firmó en recibo de entrega de Companys", se lee en el documento. "Eso es importante, porque corrobora la documentación que ya se conocía que demostraba que la excarcelación de Companys y la entrega a la policía española no fue decisión de los alemanes, sino fruto de una demanda española, y que no fue una decisión solo policial, sino resultado de una orden política desde las más altas instancias del estado franquista", destaca la asociación
En la misma carta, Ragasol detalla que las personas que conocían perfectamente el asunto y intervinieron personalmente eran Gabriel Coronado; Pedro Urraca, el policía español de la embajada española que vivía en la calle de la Université de París; Felip Rodés Baldrich, abogado catalán que trabajaba en la embajada, y el policía Aparicio Monzón. De la banda francesa, destaca el nombre del policía Víctor Druillet. La intervención de Urraca era muy conocida, pero no la de Rodés y Drouillet.
Rodés era un abogado que había empezado militando en el catalanismo político republicano, pero fue evolucionando hacia posiciones más conservadoras. Pasó de militar en el Centro Nacionalista Republicano a colaborar con Francisco Cambó de la Liga Regionalista, ya ser ministro de Instrucción Pública con Alfonso XIII. En 1936 fue diputado con el Frente Catalán de Orden. Cuando estalló la Guerra Civil, se exilió en Génova y después en París, donde se convirtió en la mano derecha del representante de Franco en Francia, Quiñones de León. Trabajó en la creación de la oficina de prensa y propaganda franquista en París e informó sobre las actividades de los republicanos españoles. Cuando los nazis entraron en París, denunció a Lluís Nicolau de Olwer y Eduard Ragasol.
"Drouillet era un fascista francés que había combatido en la Guerra Civil a favor de Franco", destaca Pons. Empezó a colaborar con los nazis en 1939 y participó tanto en la detención de Companys, en 1940, como en la de Josep Tarradellas, al año siguiente. Los nazis confiaban plenamente en él y en 1943 fue nombrado responsable de la Milicia Francesa, cuyo objetivo era luchar contra la Resistencia. Cuando los aliados ocuparon Francia, huyó a la Alemania nazi, porque en Francia le habrían condenado. Cuando los nazis cayeron, en 1945, halló refugio en la España franquista. Vivió en Figueres hasta su muerte, en 1952.