Literatura

"Tengo miedo de todo menos de mi muerte"

Nadia Ghulam aborda en ‘Soñando la paz’ los problemas de Afganistán bajo el nuevo régimen talibán

2 min
Nadia Ghulam

Barcelona"Hace meses que la comunidad internacional ha dejado de mirar hacia Afganistán: dicen que no hay nada que hacer porque mandan los talibanes. Hoy por hoy, el 95% de la población pasa hambre o está en situación de pobreza". Nadia Ghulam habla del país donde nació en 1985 con una mezcla de indignación y de esperanza. Desde el regreso al poder de los talibanes el agosto pasado, las condiciones de vida de los afganos han empeorado, pero la escritora no deja de luchar para revertir la situación desde los libros que escribe y desde la asociación Puentes por la Paz. "Cuando vivía en Kabul en los 80 y 90, las chicas y las mujeres teníamos que ir tapadas. Si salíamos a la calle sin respetarlo, nos castigaban –dice–. Ahora, si pasa esto, no será la mujer quien reciba el castigo, sino el hermano o el padre. Esto ha empeorado la violencia machista, y mucho, en el Afganistán actual".

"Mi mensaje no es el de victimizar a la chica que se tuvo que hacer pasar por chico durante unos años. Tampoco a la que sobrevivió a la bomba, con mucho dolor", explica Ghulam. La autora hace memoria de las vivencias que narraba en el El secreto de mi turbante, con el cual ganó el premio Prudenci Bertrana 2011. Llevará por siempre jamás grabadas en la piel las heridas del explosivo que destruyó su casa en 1993, cuando tenía 8 años, y que la dejó en coma seis meses, pero ella mira adelante: "Soy una mujer que sueña y desea la paz. No es un objetivo imposible".

Sufrir por la familia

Nadia Ghulam llegó a Barcelona en 2006. "A pesar del tiempo que llevo aquí, todavía no tengo la nacionalidad española. No tengo estatuto de refugiada. Fui inmigrante ilegal cinco años, hasta que me acogió y alimentó una familia catalana –dice–. Desde la sociedad civil se hacen cosas maravillosas. Los gobiernos, en cambio, tienen muchas palabras, pero actúan poco". En Soñando la paz (Rosa dels vents, 2022), la autora recuerda que su país "hace 50 años que vive en estado de guerra perpetua". "Europa sigue viendo a Afganistán como un país no desarrollado –asegura–. También somos seres humanos. Necesitamos que nos den una oportunidad". A modo de ejemplo, explica que ha conseguido que una de sus hermanas se haya podido instalar en un centro de acogida español desde hace unos meses. "Está en Salamanca, no la han dejado venir aquí –dice–. Allí era profesora de matemáticas. Aquí está haciendo cursos de limpieza. Es lo único que puede plantearse".

Para Nadia Ghulam, lo más difícil es saber que la parte de la familia que todavía vive en Afganistán lo pasa mal. "Mi madre es mi dios, mi punto débil –afirma–. Cada vez que desde mi país me ven hablando a la cámara, pueden pensar que critico al gobierno, porque no entienden lo que digo. Mis hermanas me piden que me calle. Que puedan castigar a mi familia me horroriza. Pero no puedo dejar de reclamar la libertad y la paz". Y sentencia: "Tengo miedo de todo menos de mi muerte".

stats