Obituario

Muere el cantautor Ramon Muntaner, el músico de los poetas

Un infarto acaba a los 71 años con un referente de la Nova Cançó y delegado de la SGAE en Catalunya

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Ramon Muntaner en su homenaje al Barnasants

Barcelona"Ramon Muntaner es para muchos de nosotros un referente permanente y magnífico". Quien lo afirma es Lluís Llach, el primer músico en reaccionar a la repentina noticia de la muerte de Ramon Muntaner a los 71 años. Según confirma la SGAE, el músico no ha podido superar un infarto. La carrera del músico había empezado en 1971 y se dio a conocer justamente como telonero de Llach, en 1974, pero su trayectoria se elevaría pronto, con discos tan populares como Cançó de carrer. Muntaner, nacido en Cornellà de Llobregat en 1950, fue uno de los músicos destacados de la Nova Cançó, autor de un cancionero inmortal, un artista que destacó sobre todo poniendo voz y música a los poetas catalanes, a poemas de amor y de lucha, a versos de Miquel Martí i Pol y Maria Mercè Marçal, de Joan Salvat-Papasseit y Josep Maria de Sagarra, de Pere Quart y Josep Palau i Fabre.

El aprecio de la profesión fue evidente hace apenas tres años, cuando Joan Isaac, compañero de generación, impulsó un concierto de homenaje que reunió a nombres de varias generaciones, como Joan Manuel Serrat, Gemma Humet, Sílvia Comes, Borja Penalba o Roger Mas. Muntaner tiraba de modestia: “En realidad, mi carrera fue como cantautor a medias, porque no tengo ninguna canción publicada con letra mía”, reconocía, y de hecho no quiso interpretar ninguna canción para no dejar en mal lugar el recuerdo de su potencia vocal y un carácter –y una cabellera– que sedujo a la juventud de los 70. "He conocido a pocos artistas que disfrutaran tanto de los conciertos y del hecho de ir de bolo. Gran autor de melodías y maestro de convertir poemas en canciones", afirma su amigo y músico, Toni Xuclà.

Publicó nueve discos todos seguidos –como Cançó de carrer (1975); Presagi (1976), el primer disco dedicado íntegramente a Miquel Martí i Pol; Crónicas (1977); Veus de lluna y celobert (1979), un álbum con escritos de Joan Ollé sobre la niñez; Balades i cançons (1980), en parte dedicado a Josep Maria de Sagarra; El pas del temps (1982), de nuevo con textos de Joan Ollé, y Fugida (1988), escrito por Vicenç Villatoro y compuso la popular banda sonora de la de la película La plaça del Diamant de Francesc Betriu (1982) y la de La teranyina de Antoni Verdaguer (1990). Contaba con más de 220 obras de autoría propia, tanto música para canciones, como para películas, series de televisión, teatro e, incluso, ballet.

Después de su etapa autoral, tuvo una segunda vida como gestor. En 1990 fue nombrado director del centro Ecos de la Generalitat de Catalunya, y en 1992 del Espai de Dansa i Música y del Mercat de Música Viva de Vic. Hacía 30 años que estaba alejado de los escenarios y estudios de grabación, de forma que llevaba más años lejos de los focos de los que dedicó a la canción de autor. Desde el 1996 era el delegado en Catalunya de la Sociedad General de Autores y Editores.

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