Un binomio milagroso: Mozart-Jacobs
Deliciosa velada en el Liceu con la versión concierto de la ópera 'Idomeneo'

'Idomeneo'
- Música: Mozart. Libreto de Giambattista Varesco
- Versión concierto a cargo de la Freiburger Barockorchester, dirigida por René Jacobs, y el corazón Zürcher Sing-Akademie
- Solistas: Ian Koziara, Olivia Vermeulen, Polina Pastirchak, Kateryna Kasper, Mark Milhofer y Krešimir Špicer
Estrenada el 29 de enero de 1781, dos días después de que Mozart hubiera celebrado su vigésimo quinto aniversario, Idomeneo, re di Creta ha reaparecido en el Liceu exactamente 244 años más tarde de la primera función en Múnich.
Ópera de madurez y obra maestra sin paliativos, Idomeneo marcaría un punto de inflexión y no retorno en la concepción teatro-musical del compositor de Salzburgo. Sintetizando la tragedia lírica francesa, la reforma operística de Gluck y la mejor tradición de laopera sería, Mozart se erige con esta obra en un sabio hombre de teatro. Lo prueba una ingente correspondencia con el padre, remarcando la necesidad de síntesis –sobre todo en torno a la voz del oráculo– pero, sobre todo, un lenguaje musical en el que armonía, orquestación y tratamiento vocal ponen de manifiesto la genialidad del autor de Don Giovanni.
El Liceu no ha sido demasiado generoso con esta ópera, aunque recordamos buenas versiones. La del miércoles (en concierto) con René Jacobs deja el listón bien alto. El maestro flamenco, artífice de una grabación de la ópera de quienes hacen historia, demostró que diecisiete años más tarde de la grabación sigue explorando los mil y un senderos de una partitura que es un pozo sin fondo. Ante este instrumento perfecto que es la Orquesta Barroca de Friburgo y de la Zürcher Sing-Akademie, Jacobs firma una versión de perfectos acabados, con un indescriptible trabajo de acentos que incide en los aspectos más cantiles del drama, sin renunciar a la belleza de los pasajes destinados a Idamante e Ilia, como el dúo del tercer acto. Y sin olvidar la fogosidad histérica de Elettra o el patético heroísmo del rey de Creta. Todo ello con un plantel de solistas sólido y que defendió con buenos argumentos la partitura mozartiana.
El rol titular no es fácil, porque pide agilidad (especialmente en arias como Fuor del mar) pero también robustez, tanto en números concertantes como en los recitativos acompañados. Y el tenor Ian Koziara tiene todos sus recursos al servicio de Idomeneo. Dúctil y versátil el Elettra de Kateryna Kasper y correcto el dúo de enamorados, Idamante (Olivia Vermeulen) e Ilia (Polina Pastirchak). A más distancia el Arbace de Mark Milhofer, de timbre ingrato, y el doble papel de Gran Sacerdote y voz del oráculo de Krešimir Špicer. Larga y deliciosa velada con un binomio de lujo.