Música

Los hermanos Gallagher confirman el regreso de Oasis

El grupo realizará una gira por Reino Unido e Irlanda el verano del próximo año

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Liam y Noel Gallagher en un concierto de Oasis en el Anfiteatro de Universal City, en California, en el año 2000.

BarcelonaUna gira por Reino Unido e Irlanda en el verano de 2025 organizada conjuntamente por las promotoras Live Nation y SJM Concerts. Así se concreta por el momento el regreso de Oasis quince años después del último concierto del grupo. El anuncio, que ha llegado este martes a las 9 h (hora española), era la noticia de que seguramente esperaban miles de personas que quieren volver a ver (o ver por primera vez) a los hermanos Noel y Liam Gallagher juntos encima de un escenario, ahora con 57 y 51 años, respectivamente. Serán 14 conciertos, del 4 de julio al 17 de agosto. Las entradas se pondrán a la venta el 31 de agosto. Las actuaciones serán en Cardiff (4 y 5 de julio), Manchester (11, 12, 19 y 20 de julio), Londres (25 y 26 de julio y 2 y 3 de agosto), Edimburgo (8 y 9 de agosto) ) y Dublín (16 y 17 de agosto).

También era una noticia esperada en la industria musical, que lleva años poniendo ofertas sobre la mesa para conseguir un retorno muy goloso económicamente, que podría recaudar unos 500 millones de euros. Sobre este regreso se ha especulado durante mucho tiempo, y cuando todo hacía pensar que nunca llegaría, el lunes se movió por las redes sociales una información compartida por la cuenta oficial de Oasis y por los dos hermanos Gallagher: "27.08.24. 8 am". La paz entre ambos era oficial.

El final de una quimera

Es cierto que el fin de Oasis fue fruto de la enésima pelea entre los hermanos Gallagher, pero en el 2009 la banda estaba sentenciada a causa de la frustración. "La gente ya no escuchaba los discos nuevos, solo venía a los conciertos porque quería que tocáramos los hits", recordaba Noel en 2021 en el documental Noel Gallagher: out of the now, de Sky Arts. El guitarrista y compositor principal del grupo nunca había querido que Oasis fuera un grupo sin presente, pero la realidad era abrumadora: en el 2009 la banda llenaba los conciertos gracias al capital musical acumulado con dos álbumes publicados en 1994 y 1995. En el último concierto de Oasis con los hermanos Gallagher en el escenario, el 22 de agosto de 2009 en Weston-under-Lizard (Inglaterra), de las diecinueve canciones del repertorio, diez eran piezas de los dos primeros álbumes, y el tema final fue I'm the walrus, la versión de The Beatles con la que ya terminaban las actuaciones quince años atrás, como la que hicieron en el Festival de Glastonbury el 26 de junio de 1994, un par de meses antes de la publicación de Definitely maybe y, por tanto, cuando estaban a punto de convertirse en uno de los grandes fenómenos de la música popular británica.

La última pelea fue en el tramo final de la gira del disco Dig out your soul (2008), la misma que les llevó al Pabellón Olímpico de Badalona el 13 de febrero de 2009. A finales de agosto el grupo estaba en Francia. Tenía que tocar el día 28 en el Festival Rock en Seine, en Saint-Cloud, cerca de París. Ante 30.000 espectadores, y justo antes de empezar la actuación del grupo Bloc Party, su cantante, Kele Okereke, anunció: “Oasis ya no existen. No tocarán esta tarde y cancelan el resto de la gira europea [...]. Así que supongo que ahora nosotros somos las cabezas de cartel”, explicó el líder de Bloc Party. Los hermanos Gallagher se habían peleado; Liam incluso había agitado una guitarra como si fuera "un hacha" (recordaba su hermano). Y Noel decidió marcharse. Era "la gota que había colmado el vaso", admitió el guitarrista, seguramente recordando un larguísimo historial de peleas e insultos fratricidas. "Ya no puedo trabajar con mi hermano", dijo esa misma noche Noel en un comunicado en el que pedía disculpas a los fans que habían comprado entradas para los conciertos cancelados de París, Constanza y Milán, los últimos de esa gira.

Una foto sin fecha que Fear PR ha publicado el 27 de agosto de 2024 muestra Liam Gallagher y su hermano Noel Gallagher de la banda Oasis

Bastante habían durado, Oasis, porque en 1994 ya habían estado a punto de dejarlo correr: en septiembre de ese año, durante un concierto desastroso en Los Ángeles, hasta arriba de metanfetaminas y cocaína, Liam golpeó con una pandereta a su hermano, que decidió dejar la banda... hasta que la oficina de management enderezó la situación. El grupo apenas había publicado Definitely maybe, y había demasiado dinero a la vista para matar prematuramente a la gallina de los huevos de oro.

Quince años después del último concierto, Oasis vuelven capitalizando aquel pasado que tanto había frustrado Noel Gallagher en el 2009. En aquella época, quizás no era del todo consciente de la magnitud de su legado, aunque entonces canciones como Wonderwall, Live forever o Dont' look back in anger ya se habían convertido en himnos y, por tanto, en piezas relevantes dentro de la cultura popular británica que la gente cantaba en todo tipo de contextos. Ahora la evidencia no admite discusión, y los propios hermanos Gallagher ya hace tiempo que son conscientes de ello.

Una sombra asumida

La reunión de Oasis es la sombra que sobrevolado cada concierto de Noel y Liam Gallagher desde 2009. De hecho, los grandes éxitos del grupo han formado parte del directo de los proyectos en solitario de ambos hermanos, y cada vez con mayor intensidad. Liam ha hecho este verano una veintena de conciertos para celebrar el trigésimo aniversario de Definitely maybe, y ha dedicado todo el repertorio a canciones de Oasis (sobre todo del primer disco), además de la versión de I am the walrus que acompaña a los Gallagher desde hace más de treinta años. Por cierto, en esta gira ha habido señales de que a posteriori toman un significado especial. En la actuación del 1 de junio en Sheffield, Liam dedicó Half the world away a su hermano, un gesto de reconciliación que repitió después en otros conciertos.

En el caso de Noel, que siempre ha sido el más reacio a volver a tocar con su hermano, los temas de Oasis han ocupado la mitad del repertorio de los conciertos de este verano, como el que hizo el 4 de agosto en Pikehall (Inglaterra), donde reservó Live forever y Don't look back in anger para el bis. Seguramente no vale la pena luchar contra el pasado cuando tienes ante miles de personas dispuestas a demostrarte por qué son tan importantes para ellas esas canciones que compusiste hace treinta años. ¿Retromanía? Sin duda, pero la teoría musical son lágrimas de retórica académica que se diluyen en el sudor de miles de espectadores cantando Wonderwall y Supersonic. Ya pasaba algo de eso en 1994, cuando algunos vieron a Oasis como un grupo revivalista con habilidad para apropiarse de las glorias musicales británicas de las décadas anteriores.

Cuando Oasis actuaron en Glastonbury en 1994, ya tenían un grupo de fans excitados que vivían dentro de Shakermaker, Fade away, Digsy's dinner, Live forever, Bring it on down, Cigarettes & alcohol y Supersonic, las siete canciones (más I am the walrus) que interpretaron en uno de los escenarios secundarios del festival. Entre el público también había quien intentaba entender cómo podían funcionar aquellos temas donde todo sonaba tan familiar, demasiado. Al año siguiente Oasis regresaron a Glastonbury como cabezas de cartel, al mismo nivel que The Cure y The Stone Roses, y aún no habían publicado el segundo álbum, (What's the story) morning glory? (1995), el disco de Wonderwall, Roll with it, Champagne Supernova...

'Hooligans' del City con un plan

El éxito de Oasis no es ningún secreto. Noel Gallagher supo recoger la influencia de los Beatles (y de los Rolling Stones, T.Rex y The Stone Roses) y su hermano Liam era un saco de arrogancia con la actitud de un joven de clase obrera del norte de Inglaterra. Hijos de emigrantes irlandeses, ambos se afanaban por desclasarse triunfando en el rock, uno desde la sensibilidad melódica y el otro cantando con una convicción inquebrantable, incluso cuando bajaba el tono con displicencia. Las composiciones de uno y la forma de cantar y de estar en el escenario del otro fueron una combinación imbatible. Eran los Beatles tocando después de pasar la noche de fiesta con los Happy Mondays en el club The Haçienda de Manchester, canciones de anhelos y esperanza para una vida sacudida por urgencias de todo tipo. Hooligans del Manchester City con un plan.

A pesar de las diferencias de estilo y contexto, el impacto del primer disco de Oasis en Reino Unido quizás solo sea comparable al del primer disco de Estopa en España. Tanto los hermanos de Manchester como los de Cornellà de Llobregat rezumaban un cierto optimismo juvenil, apretando los puños, sí, pero abiertos a la posibilidad de vivir sin estar siempre cabreados con el mundo. Enseñaban las influencias musicales con una transparencia absoluta, y sus canciones conectaban automáticamente con un público que les reconocía como portavoces de su existencia, o de sus anhelos más epidérmicos. Hay un hilo invisible que une Cigarettes & alcohol y Cacho a cacho, Live forever y Como Camarón, Slide away y Tú calorro. Y es tan deslumbrante ese pasado que da la medida de todo lo que hagas después. Le ocurre a Estopa. Le ocurrió a Oasis.

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