Música

Muere Jordi Roch, la voz de la Schubertíada

Médico y gestor musical, fue presidente de las Juventudes Musicales

El doctor Jordi Roch.
15/12/2025
2 min

BarcelonaHay personajes que se cree que no morirán nunca. Sencillamente, porque uno los ha visto toda su vida. Es el caso de Jordi Roch, que ha muerto este lunes a los 94 años. Lo recuerdo desde los primerísimos conciertos a los que asistí, ya de niño. Sabía quién era por haberlo visto retratado en periódicos y revistas. Y porque el doctor Roch (era licenciado en medicina y ejerció como médico hasta la jubilación) se hacía notar. No por vanidad o por aparentar, sino porque su presencia como espectador denotaba una pasión por la música que se contagiaba. Y más adelante, vinieron el conocimiento y la amistad personales de un hombre socarrón, inteligente y curioso, excelente conversador y que siempre estaba dispuesto a descubrir o redescubrir cosas que le interesaban sobre modo, y que sabía compartir con la bonhomía y generosidad que siempre le caracterizaban.

Jordi Roch no era un espectador cualquiera: era un animador, un gestor, un organizador... y un estimulante. Convenció a jóvenes intérpretes internacionales para que hicieran un agujero en las respectivas agendas para actuar, durante la segunda quincena de agosto, en un pueblecito del Alt Empordà. Era el marco de unas schubertíadas que para muchos eran verdaderos rituales en los que la palabra, la música y el silencio constituían una ceremonia única que desde Vilabertran anunciaba ya el próximo otoño, al compás de bellas molineras. En muchos casos, Jordi Roch detectó entre aquellos jóvenes pianistas y cantantes un talento innato a inicios de una tímida carrera que, a la larga, se convertiría en gloriosa y reconocida internacionalmente. Pero todo esto ocurría cuando Jordi Roch ya los había descubierto y hablaba con orgullo y convicción: Matthias Goerne y Juliane Banse son dos de esos ejemplos.

Pero Jordi Roch había sido impulsor y líder de otras muchas iniciativas, dentro y fuera de las Juventudes Musicales: en 1963 contribuyó a la fundación –junto a Manuel Capdevila– del Festival Internacional de Música de Barcelona, ​​que tantas alegrías dio a una ciudad que todavía no era punto de referencia cultural ni musical. A esto hay que añadir la capacidad de Roch para promover jóvenes artistas, para incentivar nuevas composiciones a músicos consagrados de nuestro país y la presentación de conciertos, óperas y recitales en diversos espacios culturales, desde el Palau de la Música hasta el Casal del Metge, pasando por auditorios de todo el país.

Pese a su edad, Jordi Roch no se perdía ni uno. Y, atento a los signos de los tiempos, supo aceptar nuevos medios y nuevos canales de difusión, incluyendo internet y las redes sociales como promotores y soportes indispensables para la difusión del hecho musical.

Jordi Roch ha iniciado ahora su particular Winterreise. Por suerte, la voz de la Schubertíada que él espoleó seguirá cantando la mejor de las melodías, con el recuerdo perenne de un gran hombre de cultura.

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