Música y arte

Yoko Ono, entre Oriente y Occidente

El grupo Ekho de la Universidad de Barcelona se inspira en la multiculturalidad para realizar la 'Yoko Ono's suite'

Magda Polo Pujadas
y Magda Polo Pujadas

BarcelonaLa identidad japonesa de Yoko Ono ha influenciado su forma de entender el mundo desde Occidente y su enfoque en la paz y el activismo social. La historia de Japón, especialmente en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y la búsqueda posterior de la paz, modeló muchas de sus obras y su activismo pacifista junto a quien fue uno de sus maridos, John Lennon. Ella misma reconoce que su primera obra artística surgió a raíz de la huida de su familia cuando se marcharon de Tokio el 9 de marzo de 1945 para ir al campo, huyendo de las bombas que caían sobre la ciudad, escondidos en un bunker . Lo único que podía evadirla de aquella realidad fue la imaginación y desear con todas sus fuerzas todo lo que habían tenido y no tenían por sobrevivir en unos momentos muy difíciles de guerra y hambre.

La obra de Ono integra múltiples aspectos de la cultura y la filosofía orientales. Es necesario reconocer su capacidad para fusionar la herencia japonesa y las corrientes artísticas occidentales contemporáneas. Así pues, la huella del zen y del budismo se reflejan en las nociones de vacuidad, en el enfoque en el "aquí y ahora", en la simplicidad y en la exigencia de contemplación que piden muchas de sus obras. Su estética minimalista también es heredera de Oriente, caracterizada por el uso de pocos elementos, de líneas limpias, de espacios vacíos, de la caligrafía tradicional y de la poesía haiku. Todo esto ha estructurado sus acciones y los conceptos en sus piezas. Ono también ha incorporado en sus obras materiales y técnicas que son comunes en el arte oriental, como el papel washi, la cerámica o el tintado.

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Por estos motivos, en el tema Yoko Ono's suite que estrenaremos en el Sónar no podían faltar referencias a la impronta japonesa y, por eso, seleccioné dos temas de tradición nipona, una canción muy popular que habla de los poderes de la flor del cerezo Sakura, sakura (que inspiró también a Rosalía) y una canción de cuna que narra la bella aparición de la luna en el firmamento titulada Tsuki ga deta deta, una pieza de admiración en la naturaleza que se baila en danzas típicas. Estas canciones suelen interpretarse acompañadas de instrumentos de cuerda como el koto, de viento como el sakuhachi y de percusión como el taiko. Estos instrumentos también los utilizamos en Yoko Ono's suite.

La canción popular, en todo el mundo, es un ejemplo de cómo las tradiciones orales y musicales se mantienen vivas a través de la participación comunitaria, y nosotros hemos compuesto esta pieza de manera comunitaria, de forma colectiva –somos cinco los miembros de Ekho en esta ocasión– haciendo unas adaptaciones. Estas piezas potencian la conexión con la naturaleza y el respeto por la belleza del presente y representan valores profundamente arraigados en la cultura japonesa. Sin ir más lejos, la flor del cerezo no sólo expresa la fertilidad, también simboliza la vida y la muerte, la belleza y la violencia, sus brotes prometen una nueva vida y le dan un sentido de vitalidad y dinamismo, a la vez que nos recuerdan la fugacidad de la vida. Vitalidad, dinamismo y fugacidad de la vida son conceptos que están muy presentes en las obras de Yoko Ono y también en la Yoko Ono's suite.

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Magda Polo Subidas

Catedrática de la Universidad de Barcelona

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