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'No mires arriba': Netflix no se luce con su ambiciosa 'Doctor Strangelove' sobre la crisis actual

El principal aliciente de esta sátira apocalíptica es ver a estrellas como Leonardo DiCaprio o Jennifer Lawrence en roles insólitos

2 min
Leonardo DiCaprio a 'No miras llega'

'No mires arriba'

(3 estrellas)

Dirección: Adam McKay. Guion: Adam McKay y David Sirota. 138 min. Estados Unidos (2021). Con Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Meryl Streep y Cate Blanchett. Estreno en cines y, a partir del 24 de diciembre, disponible en Netflix

Pocas figuras más habituales en las películas de ciencia-ficción catastrófica que la del científico que, como una Cassandra contemporánea, clama contra un peligro inminente sin que el mundo lo escuche. El director Adam McKay actualiza este patrón narrativo en una superproducción de Netflix llena de estrellas y de mensajes moralizadores. Aquí son unos inesperados Leonardo DiCaprio, como prototipo de científico despistado, y Jennifer Lawrence, como doctoranda de aspecto cupaire, quienes descubren un cometa a punto de chocar contra la tierra e intentan que el gobierno norteamericano, presidido por una Meryl Streep disfrazada de Sarah Jessica Parker como versión femenina de Trump, adopte las medidas necesarias para evitarlo.

Tráiler de 'No miras llega'

Con No mires arriba, Adam McKay ha querido firmar el Doctor Strangelove de nuestra era, una producción grandiosa que funciona como reverso satírico del típico blockbuster de Roland Emmerich sobre un mundo a punto de estallar porque sus responsables no saben afrontar los peligros que lo amenazan. El film de Stanley Kubrick se ambientaba en plena escalada atómica de la Guerra Fría; No mires arriba juega con un escenario de apocalipsis astral, pero se puede leer en clave de aviso contra la crisis climática o la pandemia. McKay, uno de los artífices de la llamada Nueva Comedia Americana, opta desde hace unos años por unos proyectos más ambiciosos, farsas políticas como La gran apuesta y Vice que abordan las crisis de nuestra historia reciente. Aquí pretende desvelar desde una perspectiva mordaz la inoperancia de gobernantes, la frivolidad de los mass media y la sordera de la sociedad a la hora de concienciarse ante un peligro global real. Y, como en aquellos títulos, McKay se cree mucho más incisivo de lo que acaba siendo, a la vez que considera transgresora una ideología que aquí calificaríamos de progre. No mires arriba se disfruta sobre todo como un gran festín de estrellas bastante convincentes, la mayoría en papeles insospechados.

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