Crítica de teatro

Un buen musical 100% catalán

El TNC abre la temporada con 'Alma', un cuento bien contado, bien cantado y bien bailado

Una imagen del musical 'Alma', en el TNC.
2 min
  • Autoría: Blanca Bardagil, Oriol Burés, Víctor G. Casademunt y Marc Gómez
  • Música: Adrià Barbosa y Abel Garriga. Dirección escénica: Gara Roda
  • Intérpretes: Alexandre Ars, Oriol Burés, Bernat Cot, Víctor G. Casademunt, Marc Gómez, Paula Malia, Bernat Mestre, Berta Peñalver, Diana Roig, Joana Roselló, Polo Roselló Weisz, Aina Sánchez, Clara Solé, Lucía Torres, Annabel Totusaus y Toni Viñals

Alma es un grito a la libertad creativa e individual de las mujeres en forma de musical”, dicen las creadoras del primer musical de gran formato (¿o deberíamos llamarlo opereta?) con libreto y música original que hace el TNC. Y ciertamente que el argumento nos habla de Greta Edwards (Paula Malia), una chica norteamericana a la que le gusta mucho dibujar y que quiere convertirse en profesional del cine de animación. Por eso dejará a la familia y marchará hacia el Hollywood soñado de los años 30, donde tendrá que luchar duro para imponer su talento frente a una sociedad y un mundo artístico que margina a las mujeres. Se titula Alma, pero se podría titular Walt, título quizá menos inspirado pero también menos retórico, porque tan importante como la vida de esta joven heroína es la de Walt Disney, porque Greta llama a la puerta del dibujante y productor convertido, pues, en coprotagonista, aunque en jefe momento se le llame el apellido. Por eso y porque tanto el argumento como el texto tienen el olor y la textura de los cuentos de la famosa productora.

Seguramente que, para los más entendidos, la propuesta tiene los ribetes de las que se hacían en Broadway hace ya un montón de años y que nosotros no conocíamos, pero a ciencia cierta que la función funciona con frescura y ritmo de principio a fino y, sin llegar a emocionar, tiene duetos muy bonitos (Paula Malia y Diana Roig) y momentos cómicos muy eficaces, sobre todo con Georges de Victor G. Casademunt.

Un cuento bien explicado (hay mucho texto), bien bailado (hay muchas y vistosas coreografías de Clara Casals y Chema Zamora) y bien cantado (aunque, como suele ocurrir, el fraseo en los corazones no es siempre claro) por un grupo de intérpretes (muy bien vestidos por Oriol Burés) y con una dirección muy funcional y dinámica (Gara Roda) sobre una brillante partitura de swing y jazz que suena en grande en manos de una orquestrina de diez músicos dirigidos por Enric Garcia. Vale la pena ir al TNC y sería deseable que el esfuerzo, personal y financiero, tuviera continuidad después de las funciones en el espacio de las Glòries.

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