Teatro

Un espectáculo catalán, descabezado por la guerra entre Israel y Palestina

'Jenin feat. Raval' en el Teatro Tantarantana conecta "dos territorios en disputa" de Cisjordania y Barcelona

BarcelonaEn diciembre del 2022, la directora y dramaturga Xantal Gabarró propuso a Amanda Forcadas, Ana Cortiñes y Mariam Bahous que le acompañaran a Jenin, en el norte de Cisjordania. A pesar de tener historias de vida completamente distintas, las tres eran mujeres de clase obrera que vivían en el barrio del Raval. En Jenin conocieron a Rania Wasfi e Israa M. Awartani, dos mujeres palestinas que trabajaban en el campo de refugiados de la ciudad, así como al director artístico de la compañía The Freedom Theatre, Ahmed Tobasi. De ese encuentro nació Jenin feat. Raval, un proyecto de teatro documental de La Material Teatre y The Freedom Theatre que cuenta con la financiación del Servicio Civil Internacional y que, hasta el 22 de septiembre, se podrá ver por segunda vez en el Teatre Tantarantana. "El Raval y Jenin son dos territorios en disputa", explica Gabarró, quien resalta que no han caído en "comparaciones odiosas", sino que a través de las historias de las cinco mujeres abordan cuestiones como "el arraigo en el espacio físico" , el sentimiento de pertenencia a un sitio, la capacidad de resistencia y la construcción del género en mujeres que han crecido en contextos desfavorables".

La dramaturga, que ya había viajado a Palestina en el 2017 para grabar el documental Saber Sumud Palestina (disponible en 3Cat), también ha tenido en cuenta conexiones "más directas" entre ambos territorios: "La tanqueta de agua que sacaron los Mossos d'Esquadra durante las protestas de Urquinaona del 2019 la había comprado la Generalitat en Israel en 1994. Y muchos de los fondos buitre que desahucian a la gente del Raval son israelíes. Aquí nos roban las casas y allá la tierra”. "Yo me crié en el Raval, pero hace unos años tuve que marcharme por culpa de la gentrificación", añade la actriz Amanda Forcadas. "El Raval se ve amenazado por el Ayuntamiento de Barcelona", dice Gabarró. La directora explica que han querido citar al ARA en la Antiga Massana porque, aparte de ser "uno de los escenarios de la obra", es "un espacio bajo control popular donde la clase trabajadora se organiza de mil maneras diferentes" . "Señor Collboni, la Antiga Massana también es un espacio de cultura en Barcelona", reclama.

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Mustafa Sheta, en detención administrativa

Jenin feat. Raval se presentó en junio del 2023 en el Teatro Tantarantana de Barcelona y, teóricamente, tres meses después también debería haberse estrenado en el Festival Feminista de Jenin. "Era un espectáculo pensado para que se pudiera representar simultáneamente en ambos lugares, sólo con las actrices locales, que interpretan a su vez su papel y el de las mujeres del otro país", explica Gabarró. Sin embargo, el estreno en Jenin quedó descabezado por el estallido de la guerra: "Aquel verano la ciudad sufrió uno de los ataques más graves desde la Segunda Intifada del 2002 y una parte del teatro quedó destrozado. Decidimos dejar -lo para enero del 2024, pero ya no pudimos empezar a ensayar".

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A partir de entonces, The Freedom Theatre se ha visto gravemente afectado por el conflicto. "Los proyectos artísticos que rodean por todo el mundo, que internacionalizan el conflicto, son vistos como uno target que hay que perseguir", explica Gabarró. El director ejecutivo de la compañía, Mustafa Sheta, está en detención administrativa desde diciembre del 2023. "La detención administrativa es una de las armas represivas más macabras de Israel. Te pueden encarcelar sin decirte por qué y se puede prorrogar in aeternum. Desde hace meses, nadie sabe prácticamente nada del Mustafa, ni siquiera su familia", explica la dramaturga.

¿La escalada del conflicto condiciona la recepción de la obra? "Yo creo que sigue teniendo la misma lectura – dice Forcadas–. La obra retrata precisamente el nivel de represión que ha habido durante muchos años, que sirve para entender cómo hemos llegado al genocidio actual".

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"La clase obrera también tenemos derecho a la belleza"

"Desde el principio tuve claro que quería trabajar con actrices no profesionales y de clase trabajadora –explica Gabarró–. No por conseguir más verdad escénica ni por ninguna motivación artística, sino por una razón política. Estoy convencida de que el teatro tiene código postal y la clase obrera producimos demasiado poco. También tenemos derecho a la belleza. quería que estas mujeres sirvieran sólo como inspiración y que después vinieran actrices famosas a darles voz".

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"Ahora se hacen muchas obras sobre personas pobres que sufren, que tienen vidas interesantes, pero la mayoría están escritas por hombres superfamosos que han sido directores de teatro toda la vida", dice Forcadas, quien cree que "hay mucha confusión con la etiqueta de «teatro social», que no significa simplemente poner en escena a una persona racializada, o sin recursos o maltratada". "La gente se sorprende mucho del nivel artístico que tiene esta obra, porque no lo esperan", explica la actriz. Y Gabarró añade "Llevo muchos años dedicándome al teatro con colectivos y estoy muy obsesionada con no renunciar a la excelencia artística".