Crítica teatral

'Marie, la roja': sólo para celebrar el 8-M

El texto de Rosa Maria Arquimbau conectaba con el momento histórico, la República, pero hoy en día es más difícil encontrar a alguien que se reconozca proletario que un lenguado de costa a buen precio

Una escena de 'Marie, la roja'
10/03/2025
2 min
  • Directora: Ester Villamor Baliarda
  • Intérpretes: Mercè Arànega, Borja Espinosa, Tai Fati, Oriol Guinart, Meritxell Huertas, Antonia Jaume, Jordi Llovet, Alba Montaño, Carlota Olcina, Martina Roura
  • Sala Pequeña del Teatro Nacional de Cataluña. Hasta el 6 de abril

Una de las obligaciones (lo decimos así porque figura en el contrato programa que asume la directora o director de turno) del TNC es la recuperación de la dramaturgia catalana histórica. A instancias del escritor Julià Guillamon, esta temporada se ha puesto la mirada sobre la también escritora, periodista, dramaturga y activista Rosa Maria Arquimbau (1909-1992), considerada una referencia como "mujer de letras" y una de las seis mejores novelistas catalanas de los años 30 del siglo pasado junto a Merca Aña y Merca Aña con Merce Aná Murcia Análite con Merce A.

Marie, la roja habla de política, de feminismo y de amor en una prisión de mujeres que la autora sitúa en Francia. La protagonista es una chica encarcelada por haberse abalanzado sobre un policía. Le rodean una prostituta, una gitana, una infanticida, una asesina que ha matado al marido y una chica preñada. Ciertamente que Marie, la roja debió de verse y oírse de una manera muy diferente cuando se estrenó en el Teatro Catalán de la Comedia (ahora el Poliorama) en noviembre de 1938. Seguro que la reivindicación marxista de la protagonista conectaba plenamente con el momento histórico (la República), así como la feminista evidenciaba el camino pendiente para llegar a la igualdad entre mujeres y hombres. Ya sabemos que el marxismo por ahora no está en boga y que es más difícil encontrar a alguien que se reconozca proletario que un lenguado de costa a buen precio. En consecuencia, los monólogos reivindicativos de Marie desprenden la dolorosa ingenuidad de un personaje poco desarrollado, más allá de la historia de amor con un guardia con la que se pelea la siempre eficaz Carlota Olsina.

El grupito de mujeres encarceladas (con actrices de la talla de Mercè Arànega) resultan tan tópicas y esquematizadas, incluso en el vestuario, sin ningún tipo de desarrollo, que su reivindicación, que curiosamente hace un hombre, no sirve mucho más que para celebrar el 8 de marzo. Y eso que directora y adaptador han perpetrado algunas notables modificaciones (entre ellas, cambiar el cándido final), pero sin suerte por quitarle el polvo y acercarnos la obra y la autora.

stats