El Teatro Nacional lanza "una bomba radioactiva" con 'Anna Karènina'
Ariadna Gil encabeza la adaptación teatral del clásico, que se estrena el próximo jueves
BarcelonaTodo el reparto deAnna Karenina está tocado. "Me ha pasado rara vez que me conmoviera tanto un espectáculo", dice Eduard Farelo. "Es un mosaico en el que te reconoces y que te afecta", subraya Ariadna Gil, y Borja Espinosa lo certifica: "Me identifico con todos los personajes". Por el grupo de WhatsApp que comparte el equipo del montaje incluso se han llegado a enviar fotos de las pastillas naturales que toman para combatir el insomnio al que les ha arrastrado ese proceso creativo. "Estamos todos algo acelerados. Tolstoi es un volcán de sentimientos fantástico", admite la directora del montaje y del Teatro Nacional de Catalunya, Carme Portaceli.
La adaptación teatral de la novela del autor ruso se estrena el próximo jueves en la Sala Gran del TNC y es una de las principales apuestas del equipamiento cultural para esta temporada. Como ya ha hecho en anteriores ocasiones (Mrs. Dalloway en 2019 y La madre de Frankenstein en el 2023 son dos ejemplos), Portaceli traslada al escenario una obra literaria para hacer resonar todo lo que la vincula con la actualidad y que la ha convertido en un clásico. "A pesar de que hoy en día divorciarse no es tan dramático como en la época de Anna Karènina, la mirada sobre las mujeres sigue siendo negativa y llena de prejuicios, todavía", señala la directora.
Esta vez Portaceli también se acompañó de la dramaturga Anna Maria Ricart, que se encargó de transformar el millar de páginas de la novela en tres horas de espectáculo. "El amor es la espina dorsal del libro, que también habla de cómo conseguir la felicidad y del papel de la mujer. Es, sobre todo, una disección del alma humana", destaca Ricart. Para acotar la historia, el espectáculo se centra en tres parejas que representan, según Ricart, "tres formas de encarar el amor y de buscar la felicidad": Anna Karènina (Ariadna Gil) y Alexei (Jordi Collet) –con la irrupción de Vronsky (Borja Espinosa) como amante de Anna–; Stiva (Eduard Farelo) y Dolly (Bea Segura), y Levin (Bernat Quintana) y Kitti (Miriam Moukhles). Portaceli explica que los primeros son "un matrimonio roto por un amor nuevo, como ocurre cada segundo y medio en todo el planeta"; los segundos representan "un amor de mucho tiempo" y los terceros encarnan "un amor incipiente".
Una sensación compartida entre los intérpretes es el hecho de que empatizan con todos los personajes. "La novela habla de nosotros, y por eso nos llega tan adentro", dice Ariadna Gil. La actriz, que ya había trabajado con Portaceli en Jane Eyre (2017), se preguntaba durante el proceso creativo el porqué del título de la novela, si Anna Karènina aparece tarde y no actúa como el motor narrativo de la historia. "Ahora ya lo sé: Anna es una bomba radiactiva que transgrede todas las convenciones y que afecta a todos los personajes. Ella modifica a los demás y los hace querer de otra manera, y por eso la novela lleva su nombre ", subraya Gil.
"No respeto al marido pero le necesito"
En este sentido, uno de los personajes a los que el espectáculo da peso es el de Dolly, madre de familia numerosa e invisibilizada en la mayoría de adaptaciones audiovisuales del clásico. "Es una mujer muy inteligente que acepta lo que le ha tocado vivir porque no tiene otra salida", dice la directora, que cita una de las frases del personaje para definirle: “Tengo un marido al que no respeto, pero lo aguanto porque lo necesito”. La actriz Bea Segura, que interpreta a Dolly, dice que "simboliza a todas las mujeres que tienen muchos hijos y no pueden separarse, por dependencia económica o por otros factores".
Anna Karenina es una coproducción del TNC con el KVS de Bruselas, el Teatro Nacional São João de Oporto y el Théâtre des Amandiers-Nanterre. De acuerdo con este factor internacional, Portaceli ha incorporado una narradora que "es la conciencia de todos los personajes, les dice lo que piensan y lo que sienten aunque a veces esto no se corresponda con lo que hacen de cara a los demás". Este personaje está interpretado por la actriz belga Andie Dushime, que actúa mayoritariamente en inglés. Sus intervenciones estarán subtituladas al catalán.
Para reforzar la vigencia del clásico en la época actual, Portaceli ha optado por una puesta en escena sencilla, sin trajes de época ni elementos que remitan a finales del siglo XIX. Las vías del tren, que dan inicio y final a la historia, configuran la principal escenografía del espectáculo. Anna Karenina estará en la Sala Grande del TNC hasta el 29 de diciembre y después girará por Amsterdam, Bruselas, Cluj, Miskolc, París, Oporto y Zagreb entre abril y junio de 2025.